6. El indicio de mis problemas.

239K 10.1K 1K
                                    

6. El indicio de mis problemas.


Caminé por las oscuras calles de Holmes Chapel, ni siquiera tenía idea de cuanto tiempo llevaba andando porque mi mente se entretenía en pensar en aquella noche. En el entorno que rodeaba a Luke y todo lo peligroso que era aquello.

Oí el ruido de un motor y mi pulso se aceleró, estaba caminando sola, a la una de la madrugada y por una calle solitaria de Holmes Chapel, podía perfectamente servir de víctima para cualquier criminal.

Comencé a tranquilizarme a mí misma y entonces una moto paró justo enfrente de mí, mi corazón se relajó al observar de quién era esa moto aunque mi ceño se frunció al relacionarla con el propietario.

—Mickie... —comenzó a decir.

—¿Ya has terminado de pegarte con ese tío o vienes a avisarme de que hay una segunda ronda? —le interrumpí mientras cruzaba mis brazos sobre mi pecho. Apagó el motor y se bajó de la moto viniendo hacia mí.

—Escúchame, no le he pegado, he tenido que salir detrás de ti.

—¿Has tenido? No te he obligado a nada.

—Lo sé, pero tenía que hacerlo, no iba dejarte deambulando por aquí a estas horas.

—Creo que tengo el suficiente sentido común como para saber cuidar de mí misma.

—No me estoy explicando bien... —dijo mientras se pasaba la mano por el pelo mostrando un tanto la desesperación que le estaba provocando mi testarudez.

—No hay nada que explicar.

—Quería salir detrás de ti. No es que tuviese que hacerlo, es que era lo que quería, ¿estoy siendo claro ahora? —pronunció y le miré fijamente mientras sus ojos azules traspasaban los míos grises y se acercaba más a mí—. Ni siquiera le he tocado, he venido a buscarte tarde, pero estoy aquí, ¿no es lo que importa? —Siguió hablando y miré a otro lado, estaba cansada y solo quería salir de aquel lugar.

—Sólo vámonos —simplemente respondí y la comisura derecha de su boca se elevó.

—Sube, te llevo a casa.

(...)


—Gracias. —Me bajé de la moto cuando aparcó, obligado por mí, una calle antes de mi casa.

—No hay de qué, nena. —Rodeé los ojos ante aquella palabra de nuevo,"nena". Después de despedirme con un "Adiós"comencé a andar pero su mano en mi muñeca me impidió seguir, tiró un poco de mí haciéndome girar hacia él y todas mis defensas cayeron ante su intensa mirada, a pesar de ser de noche, podría apreciar el inmenso azul de sus ojos. —¿Qué te ha parecido la noche?

—No la repetiría —respondí, escondiendo con todas mis fuerzas mi fascinación ante su mirada, e hice un buen trabajo con ello puesto que ninguna mueca egocéntrica apareció en su rostro en demostración de que me lo había notado.

—¿Te ha gustado?

—¿Qué parte de "no la repetiría" no te hace entender que no me ha gustado?

—Necesitas un poco de adrenalina en tu vida, Mickie, y yo puedo dártela —aseguró y sonreí de lado mientras negaba.

—Ya he sentido adrenalina suficiente para el resto de mi vida, se acabó. —Hice un amago de girarme pero él no me lo permitió.

—¿Esto significa que tengo que dejarte en paz como tú has dicho? ¿Tú por tu lado y yo por el mío? —quiso saber mientras sus ojos me miraban fijamente, esperando mi respuesta.

Rebeldía (Luke Hemmings)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora