78. Feliz cumpleaños, mellizo.

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                                                          78. Feliz cumpleaños, mellizo.

¿Estamos listos, entonces?—Preguntó Ashton mientras yo revisaba que algo de lo que hubiésemos traído esos días mientras estábamos en la habitación de mi padre no se quedase allí. Ashton había estado poniendo de su parte con nuestro padre, aunque prefería tener que quedarse con él por la noche o en momentos que este estuviese dormido y yo estaba haciendo lo mejor para entenderle.—Travis estará aquí en cinco minutos, así que más vale que ese médico deje a papá pronto, necesito llegar a casa con la total tranquilidad de que no tendré que volver a este sitio en un par de horas.—Me mantuve callada sin saber que decirle pues estaba totalmente de acuerdo con él. Mi padre entró en la habitación ya cambiado con la ropa que habíamos traído de casa para cuando le diesen el alta. 

Después de que el médico nos diese unas pautas de como tendrían que ser las cosas con nuestro padre, salimos del hospital finalmente, durante la charla con el doctor yo me había dedicado a apuntar tanto las horas que debían pasar desde una cura a otra como las advertencias de nada de alcohol o tabaco mientras que Ashton se encontraba de pie incómodo y podría decir que furioso y yo no entendía por qué su comportamiento, estaba bien, sabía que no estaba contento con todo esto de mi padre intentando hacer las paces, pero no tenía que estar enfadado con el mundo. Caminamos hasta el coche de Travis donde nos esperaba sentado en el capot y se irguió cuando nos vio llegar a la furgoneta, Travis sabía toda la historia con mi padre, y cuando digo toda es toda, y no niego que más de una vez había querido "partirle la puta cara y arrancarle los dientes para luego hacerle tragárselos" como él había citado tan macabro como siempre, y todo el conocimiento de nuestro rubio amigo sobre nuestro padre le hacía erizar el pelo de la nuca, no sabía como actuar frente a él y le entendía.

—Hola, ¿quién eres?—Preguntó mi padre cuando paramos frente a su camioneta y Travis tensó la mandíbula cuando le habló.

—Travis, amigo de sus hijos.—Respondió y suspiré tranquila al observar que no había hecho nada fuera de lo normal, sabía que para Travis mantenerse cordial, ya era un gran esfuerzo. Mi padre asintió sin decir una palabra más y entonces abrí la puerta trasera de la camioneta para dejar entrar a mi padre. Durante todo el viaje, el silencio fue el protagonista y había tanta tensión que estaba segura que podría cortarla con un cuchillo. Travis nos dejó en casa y después de un par de palabras con nosotros, se marchó para que nosotros pudiésemos entrar finalmente. Ashton se dirigió directamente a su habitación con la misma actitud que había llevado durante todo el día y suspiré mientras yo subía a la habitación de mi padre seguida de él para organizar las cosas y realizar la primera cura.

                                                       (...)


—¿Puedo pasar?—Pregunté tocando la puerta de la habitación de mi hermano y abriendo un poco esta, le observé tumbado en la cama con una mano tras la cabeza mientras giraba un balón de baloncesto sobre su dedo índice.

—Pasa.—Respondió cortante y mordí mi labio mientras entraba en la habitación y cerraba la puerta tras de mí.

—¿Qué te pasa, Ash?—Pregunté directamente y no hubo reacción de ningún tipo en él, simplemente se mantuvo girando la pelota. Me acerqué a la cama y le quité el balón cansada de esperar a que decidiese a hablar.

—No me pasa nada. Ahora, ¿me devuelves el balón?—Preguntó aunque no le importó mi respuesta pues hizo amago de coger la pelota.

—No hasta que me digas qué te pasa.

—No es nada, M.

—Habla.

—M, no es nada.

Rebeldía (Luke Hemmings)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora