Rebeldía (Luke Hemmings)

48. Clases de vals.

                                                                              48. Clases de vals.

Miré a Luke por décima vez en aquella clase, ¿o quizá era la duodécima? ¿O había llegado a veinte veces? Decidí no pensarlo pues me hacía sentirme más psicópata de lo que ya era. Ni si quiera me había dirigido la palabra en todo lo que llevábamos de semana, y nos encontrábamos en la última clase de aquel infernal miércoles, al parecer Luke había decidido agradarnos con su presencia en aquella última semana de clase que quedaba antes de finalizar el primer trimestre, o simplemente lo hacía para que yo sufriese con su ley del hielo. 

La campana sonó, anunciando el fin de la clase y Luke se levantó vagamente de su asiento, cogió su mochila y salió por la puerta, a pocos metros le seguí yo, debatiéndome en si acercarme o no, no podíamos continuar enfadados toda la vida por una simple tontería que debía quedar más que en el olvido. Cuando había decidido hablarle, Brook apareció, parándose justo en medio de nosotros dos, haciendo que toda la valentía que había tomado para acercarme a Luke, se desplomase.

—Hola, preciosa.

—Hey.—Sonrió mientras comenzábamos a andar hacia la salida. Miré discretamente hacia los lados, Luke ya no estaba.

—¿Qué tal tu día?

—Aburrido, demasiado diría yo, y esta noche Ashton sale a no sé donde y mi padre tiene no se qué reunión y estaré sola en casa, ¿emocionante, verdad? Sobre todo porque me la pasaré de fiesta con mis amigos los apuntes.

—¿Quieres que te haga una visita?

—¿No tienes que estudiar?—Quise saber y me miró con el ceño fruncido antes de soltar una carcajada.

—Mis "amigas" las chuletas, me ayudan a aprobar, ¿sabes?

—¿Piensas utilizar también a tus amigas el curso que viene en los exámenes finales para la universidad? Porque están más que vigilados.

—M, si quiero apruebo, en serio, pero no estoy inspirado para estudiar estos días.

—¿Inspirado?—Pronuncié aquella palabra que había utilizado con diversión.

—¿Entonces me paso por tu casa esta noche?

—Como quieras.—Me recosté en capot mientras esperábamos a Ashton, el cual estaba más intrigante y escurridizo que nunca y parecía pasarse aquello de la confianza por todas partes.

                                             (...)

El timbre sonó y el último apunte fue lanzado sobre la cama, bajé las escaleras corriendo y cuando abrí la puerta me encontré a un sonriente Brook frente a esta. Sudadera negra, pantalones vaqueros y sus aires de chico malo que nunca habían faltado.

—¿Estabas esperándome?—Bromeó forzando una voz más ronca y recostándose en el marco de la puerta.

—Llegas justo a tiempo, estaba dando mi último repaso.

—Puedo darme cuenta, tienes cara de haberte pasado un tren por encima.

—Tú también estás encantador, Brook.

—Sabes que es broma, ¿puedo pasar?—Preguntó y me abofeteé mentalmente por no haberle dejado pasar antes.

—Vamos a mi habitación, tengo que recoger todo lo que tengo tirado allí, no te asustes por el desorden.—Avertí mientras volvía a subir las escaleras corriendo, seguida por mi mejor amigo.

—Wow, no bromeas en cuanto al desorden.

—Parece que estás de humor para meterte conmigo ahora, ¿no?—Bromeé mientras le echaba una rápida mirada, metiendo los últimos apuntes en las carpetas correspondientes.

—Puede ser.

—Eres idiota, ¿sabías?

—Sabes que es todo en broma.

—Más te vale.—Me giré para encontrarle apoyado sobre la puerta mirándolo todo con una sonrisa.—¿Qué quieres hacer?

—¿Bailar?

—¿Estás loco?—Reí suavemente ante su propuesta y ladeé un poco mi cabeza, observándole curiosa.

—Vamos, no te estoy pidiendo nada malo, quiero demostrarte unos pasos, en unos meses será la boda de mis tíos y tengo que asistir a clase de vals con mis padres, quiero presumir de mis dotes.

—¿Con tus padres? El entrenador Lerman tiene que ser verdaderamente gracioso bailando vals.

—¿Gracioso? Yo diría ridículo e humillante, pero gratificante de ver a la vez.—Le indiqué con la cabeza mi ordenador portátil que estaba sobre la cama, se acercó a él y escribió en youtube una canción que comenzó a sonar segundos después, jamás la había oído.—Ven.—Me ofreció su mano y sonreí tímidamente mientras aceptaba tomarla, justo cuando lo hice, me acercó a su cuerpo.—Pon tu mano en mi hombro y dame la otra.—Obedecí y una de sus manos bajó a mi cintura, acercándome a él.

—¿Tenemos que estar tan cerca?

—¿Tienes miedo, acaso?

—No.—Brook comenzó a mecerse, haciéndome primero coger el ritmo. Mi hermano se había llevado la virtud de ser el deportista de la familia, pero el baile me había tocado a mí, era algo que no me disgustaba, para nada. El ritmo se volvió más intenso y comenzamos a caminar, formando un triángulo y girando sobre nosotros mismos a la misma vez. Cada tres "triángulos" me daba una vuelta sobre mí misma y, la verdad, estar bailando con Brook me agradaba, me sentía a gusto. La canción comenzó a acabarse y me giró una última vez, más lento, más despacio, aunque solo fue media vuelta, haciendo que mi espalda quedase pegada a su pecho y cerré los ojos, sintiendo el fin de la canción, y estaba dispuesta a separarme de Brook cuando parte de mi pelo fue retirado hacia un lado con la mano que no sujetaba mi cintura.

—¿Qué estás haciendo?—Pregunté y sentí su aliento en la zona destapada de mi cuello haciendo que la piel de esta zona se erizase, era una de las partes más sensibles de mi cuerpo, y un suave y lento toque podía hacerme estremecer.

—Nada.

—Brook, tienes que...—Comencé a decir pero sus labios atacaron el hueco entre mi hombro y mi cuello y cerré los ojos, sin poder terminar la frase. Sus besos eran lentos pero intensos, muy diferentes a los agresivos de Luke, comenzó a subir por mi cuello y pasó la lengua por un pequeña zona para, después, absorber con fuerza, estaba segura de que aquello dejaría marca. Me separé.—Ya basta, Brook.—Quise frenarle poniendo distancia entre nosotros, y observé como sus profundos y negros ojos estaban sobre mí, para seguidamente mojar sus labios al pasar la lengua por allí.