41. Sobredosis de acción.

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                                                                             41. Sobredosis de acción.

Las miradas de todos los estudiantes se centraron en mí y en Luke, cerciorándose de que de verdad éramos nosotros para, después, bajar sus ojos a nuestras manos entrelazadas. Reí entre dientes al observar sus reacciones confusas y casi horrorizadas.

—Hoy compito —habló Luke después de nuestro, para nada incómodo, silencio.

—¿Y me lo dices por...? —pregunté, bromeando un poco con él, se giró serio pero al ver mi expresión divertida, una esquina de su boca se elevó, dando lugar a una sonrisa.

La sonrisa sexy de Luke Hemmings.

—Quiero que vengas.

—Luke...

—Vamos, nena, sabes que me hace bien que estés allí —insitió mientras mis pasos se aligeraban para colocarme a su lado—. ¿Por favor?

—Está bien pero tienes que llevarme pronto a casa...Mañana tengo examen de ética —impuse rodando los ojos y paró de andar, haciendo que un pequeño tirón me hiciese frenar a mi también—. ¿Pasa algo?

—¿Acabas de decir que sí a la primera? ¿Te encuentras bien? —dramatizó mientras ponía su mano libre sobre mi frente y yo volví a rodar mis ojos. Dramático exagerado.

—Todavía puedo cambiar de idea. —Dejó de tocarme la frente, comenzando a caminar de nuevo, todavía sosteniendo mi mano.

—Chris tiene ganas de verte —confesó cuando seguimos caminando por los pasillos que comenzaban a quedarse vacíos.

—Ah, ¿sí?

—Sí, me estuvo repitiendo durante la última competición lo gilipollas que había sido contigo, ¿sabes? Creo que está de tu parte. —Echó un rápido vistazo y me mordí el interior de la mejilla para no reír ante su estado molesto.

—Obviamente.

—No, no es obvio. Se supone que es mi amigo, debería decirme que hice lo correcto y que eres una perra. —Frené el paso haciendo que él también parase.—No... no quería decir eso. —Enarqué una ceja esperando su explicación.—Mickie, has entendido mal, no estaba diciendo que lo seas si no que debería criticarte, no criticarme a mí.

—¿Quieres decirme que cada vez que discutimos te gustaría ponerme verde con tus amigos? —quise hacerle sentir más agobiado de lo que ya parecía creyendo que estaba provocando una pelea.

—Oh, vamos, ahora niégame que tú no lo haces, ya no con amigos, incluso sola —presionó y todas las veces que le había insultado en mi subconsciente me golpearon pero esa vez cuando grité con todas mis fuerzas palabrotas hacia Luke junto a Brook fue la mejor—. ¿Ves? No somos tan diferentes, ángel. —Mis mejillas se tornaron de color rojo y él se acercó a mí.

—Me gusta cuando te sonrojas al darte cuenta de que llevo razón —se pavoneó y negué enarcando la ceja nuevamente.

—Pocas veces lo haces.

—Al igual que tú.

—Cállate.

—Cállame —provocó y mi yo pícara sonrió dentro de mí. Agarré el cuello de su camiseta y lo acerqué a mí rápidamente, estampando mis labios contra los suyos mientras le sentía sonreír en el beso. Era genial estar así con él, sintiéndole complementado conmigo, sin ninguna puya que lanzar, simplemente dejándonos llevar el uno por el otro.


            (...)


Rebeldía (Luke Hemmings)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora