61. Rayas.

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                                                                 61. Rayas.

Estiré las mangas de mi sweater mientras continuaba esperando a Jodie en aquel parque. Después de su impactante llamada me había pedido que nos reuniésemos para que me lo contase con más tranquilidad y de forma más íntima.

—Hola.—Escuché su suave voz.

—Hola.—Contesté y se sentó a mi lado en el banco mientras miraba al suelo, jugando con sus manos.—Explícate.

—Yo... Era de lo que quería hablarte en el salón la otra noche, Mickie... Me... me había fijado en Travis, no sé, es guapo y que pasase de mí fue lo que más me gustó cuando intenté entrarle la primera vez, sé que no debería haberme ido con él cuando ambos estábamos lo suficientemente borrachos como para no recordar nada al día siguiente... u olvidarnos de usar protección.

—Pero...

—Sé que soy una perra, M, lo sé y no intentes negármelo, lo peor de todo es que lo hice para intentar olvidarme de Brook, siempre fui fiel a la frase de que un clavo saca otro clavo.

—Un clavo puede sacar otro clavo o hundir más la herida, Jodie.

—Lo sé, ¿crees que no lo sé? Pero me sentí bien porque cuando estaba allí con Travis, me olvidé de todo lo demás, mientras estábamos... ya sabes... manteniendo relaciones, no había Brook que valiese.

—¿Eras virgen?—Quise saber principalmente.

—No... En las entrenadoras no triunfas siendo virgen, ¿sabes?—Contestó y rodé los ojos, aquello era absolutamente ridículo.

—¿Y qué...?

—Lo hicimos una vez, en las habitaciones de arriba pero cuando íbamos a salir, la sensación de que todo me daba igual provocada por el alcohol se había esfumado y no estaba en condiciones de ver a Brook, así que... volvimos a hacerlo.

—Tenemos que conseguirte una prueba de embarazo.

—¿De verdad crees que pueda estar embarazada?—Preguntó mientras me miraba con sus angustiados ojos y mordí mi labio.

—Me has dicho que no te viene la regla, tú misma barajas esa posibilidad. Seguramente no estés embarazada y solo haya sido un susto, pero hay que pensar en todo.

—Está bien...

—¿Has hablado con Travis? Él podría conseguirnos el predicto.

—No quiero ser madre, M, voy a cumplir diecisiete años, me... me arruinaría la vida.—Casi sollozó, horrorizada por todo lo que podría venírsele encima.

—Respóndeme a algo, ¿si estuvieses embarazada... tendrías el bebé?—Suspiró agobiada y echó la cabeza hacia atrás, evitando llorar.

—No... no lo sé, Mickie.

—¿Estás planteándotelo?

—Por favor, para, no quiero pensar en ello.—Llevó sus manos a su cabeza, volviendo a tirar de su flequillo y la abracé mientras sentía como temblaba en mis brazos.

            (...)


—¿Ash? ¿Estás bien? ¿Sigues vivo?—Pregunté entrando en la habitación de mi hermano de la cual no había salido en todo el día. Emitió una especie de gruñido y se movió un poco debajo de las sábanas que le cubrían hasta la frente. Estaba aprovechando esas vacaciones de navidad para salir con Travis de fiesta la mayoría de las noches.—¿Mucha resaca, no?

Rebeldía (Luke Hemmings)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora