86. Tiempo terminado.

130K 6K 1.7K
                                    

                  86. Tiempo terminado.

Sentí como alguien mecía mi cuerpo y abrí los ojos lentamente,  encontrándome frente a mí a un Luke sonriente y despeinado.

—Sabes que me encanta que babees mis sábanas, bella durmiente,  pero es hora de levantarse si no quieres que llegue tarde al partido.—Me  incorporé en la cama mientras me restregaba los ojos con pereza.

—¿Cuantas veces vas a decirme esa frase?

—No puedo dar más de mí a estas horas de la mañana, mi originalidad todavía no está funcionando,  y después de la noche de ayer, me cuesta hasta pestañear.—Pronunció divertido y me levanté de la cama, buscando por la habitación la camisa de Luke que yo misma tiré a alguna parte de la habitación.

—Pero veo que tu humor sigue intacto.—Dije cuando cogí la camisa y me la puse, Luke rió suavemente.

—Hoy también desayunaremos en el salón.—Informó y se acercó a mí para besar mi frente sabiendo mi manía de no besarle en los labios hasta que mis dientes estuviesen cepillados.—No tardes.—Y se fue de la habitación no sin antes darme una cachetada en el trasero a lo que yo solo gruñí, Luke Hemmings amaba hacer aquello, no importaban las veces que le reprendiese.

Caminé fuera de la habitación mientras me hacía una coleta y llegué al salón donde Luke ya había empezado a desayunar. Estaba cogiendo la costumbre de comer allí debido al pequeño trauma que tenía con la cocina por esa vez que quiso hacerme el desayuno y casi la quema... O hace unas semanas, cuando quería cocinar espaguetti y echó demasiado aceite en la olla para que no se pegasen al fondo.

—¿Y mi beso de buen...?—Mi móvil comenzó a sonar y lo cogí, dejando a Luke con la palabra en la boca, donde metió un trozo de croissant, molesto ante mi falta de atención.

—Vístete.—Escuché hablar a Chris desde el otro lado de la línea.

—¿Qué...?

—Que te pongas las jodidas bragas, Mickie Irwin, tu hermano va para la casa del padre de Luke en estos momentos.—Dejé el movil sobre la mesa sin necesitar más explicaciones y corrí de nuevo a la habitación.

—¿Qué mierda pasa, ángel?—Luke quiso saber pero yo solo le ignoré de nuevo mientras buscaba unas bragas en los cajones y me ponía la ropa del día anterior. Cogí unos pantalones vaqueros de Luke mientras salía de la habitación haciéndome  nuevamente la coleta. El timbre sonó y cuando mi novio se levantó a abrir la puerta le lancé los pantalones a la cara, provocando que el croissant que estaba comiendo, se cayese.

—¿Estás loca?—Acusó mientras cogía los pantalones.

—¡Póntelos!—Exigí y, con el ceño fruncido, obedeció mientras aún así, seguía avanzando hasta la puerta. Cuando Luke abrió, toda la sangre que corría por mis venas se convirtió en furia y quise correr hasta el risueño Chris y asfixiarle con mis propias manos. Y lo habría hecho de no ser por el brazo de Luke rodeando mi cintura y levantándome del suelo.

—¡¿Pero tú eres imbécil?!—Ataqué mientras pataleaba y Chris pasó dentro de la casa y cerró la puerta trás de sí.

—¿Así piensas darme los buenos días?—Habló Chris con diversión enfureciéndome más.

Rebeldía (Luke Hemmings)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora