27. Jugando con sus mismas técnicas.

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                                                    27.    Jugando con sus mismas técnicas.

¿Qué haces llamándome a estas horas y en este estado? —pregunté con el ceño fruncido mientras me incorporaba un poco en la cama.

—Ángel, ángel, ángel... ¿por qué eres tan difícil? —pronunció mientras alargaba las vocales de todas las palabras pronunciadas anteriormente.

—Voy a colgar y quiero que me llames cuando estés s...

—Me he acostado con una chica —escupió aquellas palabras como si fuesen simples, sin sentimientos, como si no me hiciesen daño—. Pero no podía dejar de pensar en ti, ahora me siento malditamente mal, ¿qué me estás haciendo? —Quise lanzar el teléfono contra la pared, las cosas con Luke nunca eran estables, ¿cuánto había pasado desde que las cosas iban "bien" entre nosotros? A penas tres días y ya estábamos teniendo esa conversación en la cual me restregaba en la cara que se había acostado con alguna chica.

—Yo no te estoy haciendo nada, sigues siendo el mismo capullo que ama jugar con las chicas.

—¿Jugar con las chicas? Te lo he dicho, no podía dejar de pensar en ti.

—¿Acaso eso debe hacerme sentir mejor?

—No somos novios, no sé por qué me recriminas haberme follado a otra tía que no seas tú puesto que eres una jodida monja.

—Entonces no entiendo por qué si quiera me estás llamando cuando no tienes por qué darme explicaciones, y si me permites, voy a colgar para que sigas con tu maravillosa fiesta y a mí me dejes dormir.

—Espera, Mickie... —Escucharle llamándome "Mickie" me aseguraba que sabía que la había cagado.

—Vete a la mierda, imbécil.

—Guapa.

—Idiota.

—Preciosa —contestó y mi mente recordó todas las veces que habíamos tenido aquel tipo de pelea en el poco tiempo que llevaba en Holmes Chapel. Bufé exhausta, cansada.

—En serio, no entiendo a que juegas.

—No estoy jugando a nada, estoy sentando en un maldito sofá de esta puñetera a casa llamándote después de haberme acostado con una tía que ni siquiera recuerdo su nombre por tu culpa, porque la rabia de que no hayas venido me ha hecho actuar de esta forma, y ahora me siento culpable y por eso te estoy llamando, porque siento que tengo que pedirte perdón.

—No tienes que hacer nada de esto, es tu vida, puedes hacer lo que quieras con ella.

—No, no hables como si estuvieses dolida o decepcionada.

—Adiós, Luke. —Corté la llamada sabiendo que si seguía diciéndome cuán arrepentido se sentía cedería a él, y no quería eso.

No sabía por qué me molestaba, era su vida y nosotros solo éramos amigos con derechos y él podía tirarse a cuantas chicas quisiese al igual que yo también podía hacerlo. Él no iba a jugar solo, yo también sabía como hacerle desesperar.

Saqué mi móvil y, a pesar de la hora que era, decidí mandarle un mensaje a Brook que estaba segura que vería al día siguiente. Le mandé un mensaje preguntándole si podríamos quedar por la tarde para dar una vuelta, ir al cine o cualquier cosa que se plantease. Me gustaba estar con Brook, era agradable, divertido y, lo peor de todo aunque no era tan malo, Luke le odiaba.


                     (...)


Rebeldía (Luke Hemmings)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora