36. Negándose a caer de nuevo.
—¿Has bebido algo antes de venir?—Pronuncié sorprendida ante sus palabras.
—Ya te he dicho antes que te quería.—Contestó con una sonrisa relajada en su rostro.—Sé que la he cagado muchas veces contigo, ángel, soy consciente de ello, pero no te miento cuando te digo que te quiero.—Tiró de su flequillo hacia atrás mientras yo mordía mi labio inferior, debatiéndome en si debería creerle o no. Una vez más.
—Pero no sé por qué tengo la sensación de que todo esto ya lo hemos vivido antes, la historia se repite, te perdono, estamos bien unos escasos días y ocurre algo que nos hace volver al punto de partida, te he perdonado muchas cosas, demasiadas en tan solo tres meses y estoy comenzando a pensar que tienes que verme como la imbécil a la cual puedes marear con tus tonterías mientras empleas la misma técnica con otras más.—Comencé a hablar bajo su mirada y, si no fuese porque conocía a Luke Hemmings, diría que se estaba sintiendo culpable.
—Ángel...
—Déjame terminar. Me siento como una segunda opción, Samantha está por delante de mí, todas los están y yo me siento como la estúpida que cae ante ti cuando todas han decidido mandarte a la mierda.
—¿Acaso no me has escuchado? He dejado a Sam en un corto vestido y totalmente caliente en el baño de chicas, porque no podía estar con ella sabiendo que eras tú la chica que yo quería llevar al baile.
—¿Y por qué no siento que deba creerte?
—Porque la he cagado muchas veces, pero esta vez tienes que hacerlo, créeme.—Insistió y me maldecí por perderme en sus labios durante unos segundos cuando habló, se veía tan atractivo pero realmente era un demonio, era el mismísimo diablo disfrazado de ángel.
—No quiero volver a equivocarme contigo, Luke, no de nuevo.—No dijo nada, se calló solo dándome tiempo para analizar más la situación, arrepintiéndome cada vez más de no haber pedido ayuda cuando entró en mi casa a la fuerza, una paliza de mi padre hubiese dolido menos que volver a caer por su culpa.
—No puedo prometerte nada, pero estoy dispuesto a intentarlo.
—¿Qué estás dispuesto a intentarlo? He oído tantas veces esa frase que comenzará a darme asco.
—¿Asco? No parecías sentir eso mientras te retorcías y gemías debajo de mi.—Masculló con ira y una risa forzada se escabulló entre mis labios. La historia de nuevo, esas mismas palabras que había escupido una vez, quizá un poco maquilladas, pero al fin y al cabo, iguales.
—Vete Hemmings, ahora.
—Mickie...—Susurró, siempre que su ira le propasaba me llamaba por mi propio nombre y, en el fondo, me alegré de haberle enfadado un poco, haciéndole sentir como yo me sentía, aunque fuese una milésima parte.
—Vete Hemmings, ahora, al baile, a la mierda, donde quieras, solo vete.—Tiró del pelo de su nuca desesperado, abrió la boca para decir algo pero volvió a cerrarla, sabiendo que solo conseguiría empeorar las cosas si se quedaba. Caminó hacia la puerta después de coger su camisa y sus pantalones, y la cerré justo en el momento que estuvo fuera, a los pocos minutos, escuché el sonido de algo siendo golpeado y el rugido del motor de su Ducati. Me asomé al gran ventanal del salón después de correr las persianas y pude ver como el contenedor se encontraba tumbado, Luke Hemmings y su ira, así era él, arrasaba todo a su paso. Al fin y al cabo, había conseguido lo que parecía buscar siempre, placer. Me sentí como una idiota. Pero en realidad lo era, la mayor idiota de todas.
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Rebeldía (Luke Hemmings)
FanfictionMickie Irwin es una australiana recién llegada al acogedor pueblo de Cheshire, Holmes Chapel, junto con su hermano mellizo Ashton. Su vida no ha sido muy fácil de llevar desde la ida de su madre, y con este nuevo cambio de aires las cosas no parecen...