Cap 33 No somos ladrones

202 26 2
                                    

Narra Bryan

Busque como loco esas llaves, siempre guarde una copia de la llave del apartamento de ______. Aunque nunca creí que las necesitará pero veo que después de cinco años van a tener un uso, no recuerdo donde las puse la busqué entre mis cajones de la ropa, también en el escritorio que tenía, junto a las cosas de papelería que nunca ocupo, todo lugar era fallido comenzaba a frustrarme y Alonso no era de ayuda el solo me seguía como un cachorro que sigue a su dueño cuando quiere ver que hace.

Alonso: ¿Qué tanto buscas? .- comenzó a utilizar ese tono de voz que ocupa cuando está enojado -. Solo abres y cierras cajones y no me dices nada. Así que, si no me respondes algo mejor que "algo" o "una cosa" me largo y te quedas solo en tu plan de psicópata.

Bryan: ¡Ok! Estoy buscando una llave

Alonso: ¿llave?, ¿para qué?...o... no me digas que tienes una copia .- mencionó con cierto temor -. Pero eso es allanamiento

Bryan: si tengo una copia pero no vamos a robar nada, no somos ladrones .- dicho eso la encontré entre mi caja de herramientas-. ¡Listo, la encontré!

Salimos del apartamento, al principio Alonso no quizo ayudar en nada pero logré convencerlo y ahora estamos a punto de entrar al apartamento de ______. Abrí la puerta y pase lentamente aunque es un poco estupido puesto que no hay nadie y son las 2:00 am, dudo que alguien salga a esta hora. Después entró Alonso, con el cerro la puerta y prendió la luz.

Alonso: bien genio, ¿ahora qué? .- él tenía un punto, no sabía por dónde comenzar exactamente, bueno si, pero si no estaba ahí mi búsqueda de la llave sería en vano, y también le habría hecho perder el tiempo a Alonso -.

Bryan: busquemos donde la dejo ¿no? En la... cocina ¿no? .- el solo se limitó a asentir, sabía que no iba a cooperar mucho hasta que yo tuviera un plan bien elaborado y se lo dijera -. Bien, tú busca en donde están las ollas y yo en la otra parte.

Alonso: que no es más fácil...- no lo deje terminar y yo me fui con los cubiertos, no encontraba nada que se pareciera a una carta-. ¡Quítate, yo lo hago! .- me hizo a un lado y saco los cubiertos y unas cuantas recetas que tenía y ahí estaba la dichosa carta-. ¿Ya?, hay que largarnos de aquí antes que pase algo que no queramos

Bryan: ¿Qué podría pasar?, ella no va a llegar por arte de magia y nos va a encontrar por aquí .- termine mi frase y la puerta comenzó a abrirse. Juro que mi corazón se detuvo y estuve a punto de llorar, suena muy ridículo pero es la verdad. Nos quedamos inmóviles, no sabíamos quién era la persona que estaba del otro lado, pensé en miles de personas que podrían entrar. Pero conforme se abría la puerta se dejó ver su cara. Era Aranza, se veía igual que la última vez que la vi, vestía un short de mezclilla con medias negras, una blusa blanca, sus clásicos tenis azules y un paliacate azul marino en su cabeza en forma de diadema. Ella era un poco explosiva cuando se enojaba pero eso casi nunca sucedía pero no sé cómo valla a reaccionar.
En cuanto nos vio, se limitó a abrir la boca con gran asombro, pero bastó de 3 segundos para que su rostro dejará el asombro y pasará a dejar ver su gran molestia. A decir verdad Jos tenía una novia muy amigable cuando se lo proponía pero sé que ella no se ve nada feliz. Sus cejas comenzaron a juntarse y sus labios a intentar pronunciar palabra pero se limitó a soltar un suspiro. A sus veintitrés años es de las personas a las que más respeto es como si en su cara dijera "Piensa que soy tu madre y respétame" no lo sé así yo la veía apestar que soy un par de años más grade.

Aranza: Par de... tarados ¿tienes algo que explicar? .- dijo con suma tranquilidad, sus brazos estaban cruzados pero eso no le impidió cerrar la puerta con el pie e irse a sentar a la sala. Alonso y yo solo imitamos su acción y nos sentamos en la sala frente a ella -. Los sigo esperando

Alonso: en mi defensa, él me obligó a venir. Alguien le dijo que... Ya sabes .- hizo un ademán refiriéndose a ______ -.

Aranza: ¿cómo pudo haber pasado? Si ella dijo que no teníamos que decirle

Alonso: es lo mismo que yo me pregunto. Pero la chica que le dijo o más bien le escribió le contó. No es la primera carta que le envía. Eso es más extraño .- empezaron una conversación un poco rara-. O cierto veníamos por la carta que ella escribió pero nunca se llevó.

Aranza: yo vengo por lo mismo de hecho pensaba en sacarla y después de eso dejarla debajo de tu puesta .- se dirigió a mi-. Pero puesto que ya la tienes, mi trabajo está hecho .- se levanto y se dirigió a la puerta-. Por cierto no crean que se han salvado de un buen sermón mío ehh. Tienen suerte que no le diré a mi amiga que entraron a su departamento a buscar una carta. Por cierto, entrégame la llave Bryan, no soy tonta sé que tienes dos.

Bryan: ¿¡Qué!? ¿Cómo lo supiste? .- dije con una gran confusión, nadie sabe de mis llaves-. Ok, toma, pero ni una palabra a nadie ni mucho menos a ella. Si no se volverá loca .- le entregue las llaves-.

Aranza: cuenta que no le voy a decir pero si los vuelvo a ver entrando a casas ajenas sin permiso o a plena noche sin que el residente sepa , no me voy a tentar el corazón con ninguno de los dos .- dicho eso se fue dejándonos a Alonso y a mí  estupefactos ante aquello que acaba de suceder -.

Salimos del lugar, Alonso se fue y yo me dirigí a mi hogar.

El regreso (2da parte 365 días contigo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora