A la mañana siguiente me desperté, aunque seguía cansada, me levanté de la cama, me duché y bajé al salón. Eran las 8 de la mañana, mi padre y mi madre se habían ido ya a trabajar, Lena se encontraba en el salón desayunando así que me acerqué y le di un beso en la mejilla.
-Buenos días, Lena.-Dije mientras sonreía.
-Buenos días, hermanita, ¿como te encuentras?- Me pregunto, mientras bebía un sorbo de su café.
-Bien, aunque sigo un poco cansada- Puse mala cara.- ¡Oye! ¿Me puedes dejar tu coche? es que quiero ir al centro a mirar unas cosillas.
-Si, claro, de todas maneras no me hace falta, Gabi viene a por mi.
-Gracias, ¿cuándo lo conoceré?- Le pregunté mostrando una ilusión, que incluso a mí me sorprendía.
-Esta noche viene a cenar, sino te duermes, lo conocerás.- Me contestó entre risas. Yo también me reí.
Desayuné con mi hermana y al rato volví a mi habitación a acabar de arreglarme. Cuando salí de la habitación me paré a pensar en que esa noche conocería a Gabi, pero también me encontraría con mi padre y eso me daba mucho miedo,¿como reaccionaria?¿y si se negaba a verme? Tenía miedo a su rechazo, que se hubiese olvidado de mi. Después de todo lo que había pasado tenía la esperanza que estuviese más clamado o al menos no tan enfadado conmigo. Pero a lo que más miedo tenía era a enfrentarme a su decepción, no se si lo soportaría, no sé si sería capaz de perdonar lo ocurrido, de dejar pasar todo, ambos teníamos muchas cosas que decirnos y un cajón entero de reproches que deseaba que nunca abriese. Dejé de pensar en aquello, cogí el coche de mi hermana y me dirigí hacia el centro.
Ya casi no recordaba como eran las calles de Barcelona. Llegué al centro y me metí en un parking para dejar el coche y no tener que dar vueltas buscando un sitio en la calle. Lo primero que hice fue ir de compras, necesitaba ropa, desde que salí de New York, casi en estampida, no había comprado nada y tenía muy poca ropa. Fui a varias tiendas compré un par de jerseys, unos jeans y tres vestidos. Pasé por delante de una zapatería y hice el intento de entrar pero me acordé que no tenía dinero, en New York prácticamente vivía de la beca, y de mi trabajo como camarera en una cafetería. Entonces recordé que Lena utilizaba la misma talla de zapato que yo, como debía tener mil pares pensé que me dejaría unos. Caminando llegué a mi antigua escuela de danza, había perdido la noción de mi rumbo, mis piernas solo caminaron y disfrutaron de aquella ciudad de la cual seguía enamorada. Empecé a bailar con 5 añitos. Al pasar por el escaparate vi a mi antigua profesora y sentí el impulso de entrar. Dentro nada había cambiado, mi mirada recorría cada rincón de la escuela, aquellos pasillos fueron el inicio de todo, de mi camino. Me quede obnubilada recordando pero en cuando me giré allí estaba mi profesora mirándome.
-¿Necesita usted algo?- Me preguntó con cara de estar pensando que me conocía pero no sabía de que.
-No, solo pasaba por aquí y me decidí a entrar... ¿No se acuerda de mi verdad?.- Ella negó con la cabeza.- Soy Giselle Lara Oliver recibí mis primeras clases de ballet aquí. Me imagino que no me recordara habrá tenido muchas alumnas.
-Como no voy a acordarme de ti, claro la pequeña Giselle.- Me abrazó y me dio dos besos. Estaba sorprendida, su cara reflejaba orgullo al ver en lo que me había convertido.- Leí hace poco que estabas en Nueva York y que acababas de hacer las pruebas para el ballet de Nueva York.-Dijo orgullosa.
-Si.-Respondí tímidamente.
-¿Y qué haces aquí en Barcelona de nuevo?- Preguntó
- Mi hermana mayor se casa y he venido a la boda.- Se quedó pensativa, me miraba fijamente, como si fuese un regalo caído del cielo.
-Se que a ti no te hace falta pero...Verás me falta una profesora, en estos años la academia a crecido, ya no solo me encargo yo de las clases, hay múltiples estilos y me preguntaba si te gustaría trabajar aquí.- Se me iluminó la cara, ese trabajo era como caído del cielo.- Bueno no te pagaré un gran sueldo, pero es un trabajo.
-Si, acepto.- Dije sin pensármelo dos veces.- Estaba buscando trabajo.
Me hizo pasar al despacho y me empezó ha explicar de que se trataba el puesto y que tendría que hacer. Finalmente llegamos a un acuerdo y acepté el empleo. Sería la nueva profesora de danza contemporánea para los alumnos de 15 a 18 años. La idea me encantaba, no se trataba del ballet de New York pero era dinero y ahora mismo me hago mucha falta.
Al llegar a casa la comida ya estaba en la mesa, mi madre había venido a comer, al verme llegar se emocionó y corrió a abrazarme. Me dio un beso y me dijo:
-Bienvenida a casa, mi pequeña.- Me acarició el pelo y me beso la frente.
Mi padre no apareció a la hora de comer, yo tampoco pregunté por él ya que prefería que no estuviera, me sentía más a gusto con ellas. Al acabar de comer mi madre y yo nos pusimos a hablar, le conté lo que había hecho estos últimos años, que me acababa de sacar la carrera de danza y de música. Que durante mi estancia en NY solo había tenido un novio, Chace, habíamos tenido una relación un poco tormentosa, yo pasaba muchas horas en la escuela y él trabajaba por la noche, así que casi no nos veíamos entonces decidimos que aunque nos quisiéramos no podíamos seguir así, nos dimos un tiempo. Al mes lo encontré con otra y me di cuenta de que no me quería, me destrozó el corazón. Mi madre me escuchaba atenta y en su mirada notaba algo de orgullo, porque había empezado de cero sin dinero, ni familia.
Estuvimos hablando horas, perdimos la noción del tiempo. Con tanta charla se me olvidó decirle que había encontrado trabajo, entonces decidí decirlo durante la cena así mi padre no podría decir que lo que yo estudiaba no había servido para nada. Ya serían como las 6 de la tarde, Lena llegó a casa.
-¿Lena, qué te parece si nos vamos de compras? creo que tu hermana no ha traído mucha ropa.-Lena me miró y asintió con la cabeza a mi sinceramente me daba igual tener mucha o poca ropa llevaba años apañandome con un par de vestidos, pantalones y jerseys, así que por mi bien.
-Tengo que cambiarme, mamá, dame media hora.- Le dije.
Entonces mi hermana y mi madre se quedaron hablando.
-Me hace tan feliz tenerla en casa.- Dijo mamá.
-¿Papá ha dicho algo?-Preguntó mi hermana Lena.
-No, cariño ,ni siquiera me ha preguntado como estaba, para él es como si tu hermana no existiese y no se como va a reaccionar esta noche, espero que tengamos una cena tranquila.
-Yo también, mamá, porque Gabi viene a cenar y quiero que conozca a Gis, espero que papá no suelte ninguna de sus frases celebre porque no se como reaccionará Gis.
Aparecí por la escalera, ellas se callaron, yo no pregunté, seguro que habían hablado de mi padre y la verdad es que no quería saberlo.
Mi hermana cogió su coche y nos fuimos . Llegamos a casa las 8 de a noche yo corriendo me fui a duchar y ha arreglarme para la cena, me puse un precioso vestido azul turquesa que me había comprado mi madre y unos zapatos Manolo Blahnik en color chocolate que me había comprado mi hermana.
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Un besoa tod@s!!!
Muchas Gracias !!
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Mirame, ¿por qué no me quieres?
Teen FictionMi nombre es Giselle, pero todo el mundo me llama Gis. Estoy a punto de volver a mi casa y espero que todo siga igual a como lo deje hace 5 años.