Cuando llegué a casa me paré a pensar en los dos días increíbles que había tenido. Primero esa noche en casa de Álvaro, habíamos hablado de todo, y aunque yo sabía que él me ocultaba cosas, se notaba que iba a ser muy difícil que se abriera y me contase todo. Tenía la sensación de que su historia era como una pequeña cajita que si lograba abrir desataría una gran tormenta.
Después de esa noche, él estuvo muy atento conmigo, pero yo no paraba de pensar en la cita que tenía con David. Cuando estuve apunto de irme me encontré a Álvaro y me dieron ganas de quedarme allí, pero David estaba fuera y también quería ir a cenar con él, y ese beso al final de la velada, por Dios fue increíble. Y hoy, hoy no había sido muy diferente él se había acercado aun más a mi y nos habíamos besado, yo estaba en una nube, no sabía que hacer tenía dos hombres increíbles que querían algo conmigo, pero tenía que decidirme. No era de las que jugaba a ese doble juego, me gustaba ser clara, mis relaciones, todas ellas, se basaban en la sinceridad y honestidad. Las mentiras causaban dolor, un dolor que en muchas ocasiones era muy difícil de reparar.
Por una parte estaba David era engreído, soberbio, se notaba su posición social por encima de la del resto de los mortales, pero también era muy honesto, amable y real, congeniábamos bastante, nos entendíamos muy bien y me atraía muchísimo. Por otro lado, estaba Álvaro, él era misterioso, zalamero e irreal, había algo en el que no encargaba, ese cambio de actitud, era muy repentino, pero me atraía ese lado oculto, me intrigaba y la atracción era evidente, si hubiese sido por mi hace una hora le habría arrancado la camisa y lo habría devorado.
Tenía la cabeza hecha un lío, por un lado David, por el otro Álvaro. Era horrible. Entonces alguien tocó la puerta.
-¿Se puede, cielo?- Era mi madre.
- Si mamá pasa. ¿Qué ocurre?
- Nada, cielo, solo quería saber como estabas.
- Bien mamá, un poco cansada, los días son muy largos.
- Bueno, es que te he visto entrar preocupada y quería saber que te pasaba.- Sonrió.
Me paré a pensar cuando había sido la última vez que hablé de estas cosas con mi madre y la conclusión fue que hacía mucho que no hablaba con mi madre de esa forma, pero no tenía a nadie más. Si se lo decía a mi hermana seguramente no sería objetiva, me vendería a David como el mejor, con Laura no había hablado desde que viajé a Barcelona. Era muy difícil localizarla, casi todas las noches me conectaba en el chat y en alguna ocasión la había encontrado pero las llamadas y momentos entre nosotras escaseaban. Entonce me decidí a hablar.
- Verás, mama, no se como decirte esto.- Mi madre se temió lo peor, lo vi en su mirada.
- ¿Qué pasa?
- Cuando empecé a trabajar conocí a un chico que resultó ser un idiota, pero que ahora a cambiado por completo conmigo y me atrae bastante, pero hay algo en él que no me convence. Y por otro lado esta el cuñado de Lena, David encaja muy bien conmigo y me gusta, cuando lo veo sé que podríamos llegar a más... pero estoy confundida. En los dos encuentro refugio de forma diferente. Cada uno a su forma me atrae y me distancia.- Al escucharme me di cuenta que lo que decía no tenía sentido. Comencé a reír.- Es una tontería mamá...
- No es ninguna tontería cariño. En cuestiones de amor, el corazón tiene razones que la razón no entiende. ¿Sabes? Cuando yo conocí a tu padre estaba saliendo con otro chico, con él yo me sentía libre creí que estaba enamorada, en cambio con tu padre me sentía vulnerable e insegura. Era muy joven y estuve mucho tiempo confusa. Cariño, yo mantuve esta misma conversación con tu abuela y ¿sabes lo qué me dijo ella?
- ¿Qué te dijo?
- Me digo. " Si esta noche sueñas con alguno de los dos, ese sera el elegido, mi niña."
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Mirame, ¿por qué no me quieres?
Teen FictionMi nombre es Giselle, pero todo el mundo me llama Gis. Estoy a punto de volver a mi casa y espero que todo siga igual a como lo deje hace 5 años.