Había pasado una semana desde que había encontrado a Alvaro en la cama con Sol. Yo simplemente me había limitado a desaparecer, nadie sabía donde estaba ni mi familia, ni Laura, nadie, creo que ni si quiera yo lo sabía. Cuando salí de allí simplemente conducí hasta que no pude más. Esa noche estaba tan cansado, triste y abatida que me quedé dormida en el coche. A las 4 de la mañana mi teléfono empezó a sonar. Me desperté sobresaltada sin saber donde estaba, al coger el teléfono vi en la pantalla "Álvaro". ¿Qué mas podía querer de mi?. Baje la ventanilla del coche y lancé el móvil por la ventana.
- Ahora llama si quieres.
Como me había desvelado, arranqué el coche y seguí conduciendo. Llegué hasta un pueblo, Esplugues de Llobregat, ya casi había amanecido, busqué rápidamente un banco. Saqué dinero y luego busqué un hotel u hostal para asearme un poco. Pasé la noche en el hostal y después de cenar me puse en contacto con Lena.
- Si dígame.
- Lena...
- Gis, Gis ¿eres tu?
- Si, soy yo Lena.
- ¿Dónde estás? ¿Voy a por ti?
- Lena estoy cerca de Barcelona y No quiero que vengas a por mi. Lena, no voy a volver.
- ¿Qué?¿Como que no vas a volver?¿Te has vuelto loca?
- Creo que es la decisión mas cuerda que he tomado en toda mi vida.
- Giselle, por favor, no huyas.
- Necesito tiempo para mi. Solo he llamado para despedirme y para decir que estoy bien.
- Giselle, por favor, escuchame...
- Adiós.
Colgué el teléfono y seguramente Lena siguió hablando. Ya esta lo había hecho ahora tenía que decidir donde me iba. Creo que eso no sería tan difícil. Así que busqué un ordenador y me conecté a internet.
***
Diez horas después llegué a Miami.
- Muy bien comencemos.
Lo primero que hice fue coger un taxi y dirigirme al centro de la ciudad. Busqué un banco y abrí una cuenta corriente. Ingresé todo el dinero que llevaba encima, era todo lo que tenía. Pedí una tarjeta de crédito y luego me fui al hotel mas cercano. Desde ese momento solo han pasado seis meses. Cuando llegué a Miami encontré trabajo como camarera en una discoteca. No era lo soñado pero tenía que sobrevivir, me había instalado en un estudio muy pequeño pero para mi sola bastaba. En estos seis mese no había sabido nada de España, no me había puesto en contacto con nadie, ni si quiera con mis padres. Me imagino que estarían preocupados pero no quería arriesgarme a averiguar algo que no quería saber. Llevaba seis mese sin él, y no voy a mentir lo echaba muchísimo de menos, y seguramente él sería una de esas personas que marcan tu vida.
Mi vida en Miami no estaba nada mal, aunque seguramente no era lo que yo tenía en mente. Trabajaba por las noches hasta altas horas de la madrugada, por eso no tenía mucha vida social. De la discoteca me iba a casa a dormir y descansar y así durante toda la semana, excepto los lunes que los tenía libres. Con todo esto me había buscado una pequeña sala donde poder bailar, iba por las tardes antes de empezar a trabajar, todos los días durante tres horas era complicado porque realmente acababa agotada del trabajo pero bailar era lo que amaba por encima de todo así que eso era lo que iba a hacer.
Esta noche me tocaba entrar un poco mas pronto porque había una fiesta privada. Llegué al bar a las ocho y media y me encargué de rellenar todas las cámaras con la bebida y de limpiar todo. En aquel local eramos cinco camareros. Bueno yo era la única camarera los otros cuatro eran chicos.
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Mirame, ¿por qué no me quieres?
Teen FictionMi nombre es Giselle, pero todo el mundo me llama Gis. Estoy a punto de volver a mi casa y espero que todo siga igual a como lo deje hace 5 años.