Un deseo que no pude cumplir

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Me quedé dormida enseguida. Durante la noche me movía mucho y parecía que él también. Me desperté varias veces durante la noche, desorientada sin saber dónde me encontraba, hasta que me encontraba con él. A la mañana siguiente me desperté muy temprano, cuando abrí los ojos Álvaro me estaba abrazando, ¿habíamos dormido así toda la noche?, no me lo podía creer. En algún momento debí quedarme profundamente dormida. Intenté levantarme sin despertarlo, y finalmente lo conseguí. Fui hacía la cocina, me asomé por la ventana y seguía lloviendo, llovía bastante fuerte. El temporal no había remitido en mi opinión solo había hecho que empeorar. Como no podía hacer nada me puse a hacer café. Álvaro se levantó poco después que yo.

-Buenos días.- Me dio un beso en la mejilla.- ¿Cómo has dormido?. - Mientras me abrazada por la cintura, yo estaba de espaldas.

-Bien, ¿y tu?.- Me giré con una gran sonrisa. Era todo un porto extraño, ¿desde cuándo nos llevábamos tan bien? Su sonrisa se hizo enorme ante la mía.- ¿Café?

- Si por favor.- Se apartó de mi y se sentó en la barra de la cocina, empezó a seguirme con la mirada a todos los sitios donde iba.

Le puse la taza de café y yo me serví otra. él se levanto y saco unas magdalenas que tenía en el armario. Era todo tan extraño, era como si estuviese en mi casa, él se había perdido en mis ojos. No dejaba de seguirme, de intentar contactar con una parte de mí que estaba segura que no podía ser para él.

-¿Quieres?.- Me preguntó ofreciéndome una.

- Gracias.- Mientras cogía la magdalena.

Nos quedamos los dos embelesados, mirándonos a los ojos, pero mi móvil lo interrumpió. Era la alarma para recordarme la cita con David. Me había olvidado por completo de David, ¿qué iba a hacer ahora? tenía que ir a mi casa a por ropa. Entonces el móvil volvió a sonar. Era Lena.

- ¿Si? dime Lena.

-¿Dónde estás?- Me preguntó asustada.

-En casa de un compañero de trabajo, anoche el coche no arrancaba y él se prestó a llevarme a casa, pero la carretera estaba cortada y me invitó a dormir. - Pareció que eso la calmo.- ¿Lena vas a ir a trabajar?

- Ya estoy en la oficina.

- ¿Vas a ir a casa a comer?

- Si, ¿por qué?

-Podrías cogerme un vestido y unos zapatos y llevármelos a la escuela por favor.

- Si, ¿para qué quieres un vestido?

- Mañana te lo cuento.

- Vale, a las 4 estoy en la escuela.

- Perfecto, gracias. Allí te espero. Un beso.

Cuando corté, Álvaro estaba hablando por teléfono. Al darse cuenta que ya había acabado de hablar, se apresuró a colgar su llamada.

-Bueno, ¿vamos a trabajar?- Dije para acabar con aquel horrible silencio.

- Si. Rosa nos tiene que estar esperando.

Yo me dirigí al baño y me cambié. Cuando salí del baño él ya estaba esperándome en el salón.

-¿Nos vamos?- Me preguntó por con una sonrisa. A la cual asentí tímidamente.

Al llegar a la escuela Álvaro se fue a su clase.

- ¿Quieres entrar?.- Yo no tenía nada que hacer, mi clase empezaba cuando la suya acabase.

- Si no molesto.- Le dije bromeando.

- Tu ya nunca molestas.- Se acercó a mi insinuándose.- ¿Vienes?- Me ofreció su mano.

Yo le agarré la mano y nos metimos dentro de la clase. Puso su música y empezó a bailar yo me senté en un rincón apartada para no molestar, aún era pronto, estábamos solos en la clase. De repente se acercó a mi.

- ¿Bailas?.- Me levantó del suelo.

Entonces nos pusimos a bailar. En un primer momento bailamos bastante separados, pero luego se pegó a mi, me agarró por la cintura y empezó a mover su cadera al mismo ritmo que la mía. Era un movimiento muy sensual y sexual. No se lo que se le pasó a él por la cabeza pero si se lo que se me pasó a mi me puso a 100. Quise abalanzarme sobre él y quitarle la ropa, pero en ese momento entraron los alumnos. Empezaron a aplaudir y yo me separe de él. Salí de la clase y me dirigí al vestuario, necesitaba mojarme la cara. Rebajar ese calor que había subido desde lo más profundo de mi ser.

Mientras, yo intentaba controlar aquí deseo aparecido de la nada, Álvaro se puso a hablar con un amigo suyo.

-Ves preparando la pasta porque la estirada va ha caer enseguida.- Digo Álvaro a su amigo.

- Yo solo te he visto bailar con ella, y si no recuerdo mal la apuesta era que tenías que enamorarla.

- Dame dos días y la volveré loca por mi.

- Recuerda que solo tienes dos semana.

- En una estarás soltando la pasta.- Y se rió.

La clase acabo y yo entre para dar la miá. El día paso con normalidad. Llegó la última clase de la tarde, bailes latinos. Desde esta mañana no había vuelto a ver a Álvaro, pero sabía que ahora lo vería porque él tenía clase después que yo. Y así sucedió, cuando acabé la clase él estaba esperando en la puerta.

-¿Has llamado al taller para preguntar por el coche?- Me preguntó.

El coche se me había olvidado.

-Si.- Le mentí.- Me han dicho que estará mañana.

-¿Cómo vas a volver esta noche a casa?

- Viene mi hermana a por mi.- No se porque le volví a mentir. No quería decirle que tenía un cita.- Bueno tengo que irme .

-Hasta mañana.- Me dio un beso en la mejilla.

Me metí en el vestuario, Lena me había traído el vestido. Me duché y me arreglé. El vestido que me había escogido mi querida hermana era de color rojo y tenía un escote bastante pronunciado, me trajo unos tacones negros y maquillaje. Cuando salí del vestuario hice todo lo posible por no encontrarme a Álvaro, pero fue inútil me lo encontré. Al verme se quedó con la boca abierta.

- Que sexy.- Me digo.

- Me tengo que ir.- Le dije sonrojada.- Adiós.- Y salí corriendo.

David me estaba esperando en la puerta. Me subí al coche y nos fuimos.

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Mirame, ¿por qué no me quieres?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora