Un vestido precioso.

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Al levantarme la mañana siguiente mis tripas rugían, mi estómago decidió despertarse junto a mi, por ello me apresuré para poder desayunar cuanto antes. Al bajar, Lena ya despierta, tomaba su desayuno sin despegar un ojo del periódico.

- Buenos días, dormilona.- Me acerqué y la besé.

- Buenos días, te dije que si me dormía sería culpa tuya. ¿A qué hora tienes el turno para la prueba?

- A las 12, pero antes tenemos que ir a mirar tu vestido.

- Lena, en cuanto a eso, verás, con el piso, no tengo mucho dinero , para hacer gastos...- Estaba un poco cansada de poner escusas pero era cierto con un sueldo de profesora no podía permitirme muchos lujos.- Lena no puedo gastarme mucho dinero en el traje. He pensado el reciclar alguna cosa que ya tenga, lo puedo llevar a arreglar y que le hagan algún apaño gracioso y...

- Cariño no te preocupes yo pagaré los vestidos. Tómalo como un regalo.

- Pero, Lena, no puedo vivir de ti. Ya me has dado los dos mil euros para el piso y no se como te los voy a devolver. No puedo seguir aceptando tu ayuda así, es tu dinero.

- Gis, se que no te gusta que te deje dinero pero es mi boda y quiero que mi hermanita este radiante en un día tan importante para mí.

- Ya, pero, Lena, yo...

- ¡Basta!- Gritó mi hermana. Algo que no sabía debía de estar pasando porque Lena tenía más paciencia que una santa.- Gis, en estos últimos 5 años no has tenido ayuda de ninguno de nosotros.

- No me ha hecho falta, y aunque me la hubieses ofrecido no la habría aceptado, fue mi decisión, Lena.

- Lo se, pero ahora yo quiero devolverte lo que te pertenece, papá ha gastado mucho dinero en mí desde que entré en la universidad y a ti ni si quiera te apoyó.

- Pero eso no significa que tú tengas que gastar en mi tu dinero, Lena. Igual que yo tomé mis decisiones papá tomó las suyas y tú no puedes ir salvando a todo el mundo, no es tu responsabilidad.

- Yo quiero hacerlo, ¿vale? Y no voy a aceptar un no por respuesta. Además a mi boda no vas a ir de cualquier manera.- Lena se enfadó.

-  Vale, está bien, pero no quiero más regalos.

- Acabemos de desayunar y nos vamos.

El silencio volvió a reinar en aquel salón. A Lena se le notaba molesta, irritada, supongo que también el estrés de la boda le estaría afectando. Antes de irnos decidí enviar un sms a Álvaro.

"¡Buenos días! Espero que hoy no me eches mucho de menos hoy. Nos vemos mañana. Un beso."

El mensaje era demasiado soso, pero tampoco quería que él se pensará que estaba enamorada hasta las trancas.

A las 10 estábamos en el centro de Barcelona. Mi hermana se había empeñado en que el vestido que llevase debía de ser largo, yo prefería uno corto, de cóctel, aunque la boda iba a ser por la tarde y en lugar de una comida sería una cena. En una mañana me probé como quinientos vestidos, pero a mi hermana no le convencía ninguno. De todos los que me probé a mi me gustaron dos uno en color granate, un borgoña, y otro en color beige. Eran las once y media, Lena decidió salir hacía la tienda para llegar lo antes posible, por si le podían adelantar la prueba.

Cuando llegamos a la boutique, en el escaparate, había un vestido espectacular en color verde, con pedrería y con un escote en la espalda espectacular. Era como un verde intenso, antiguo, como si el vestido tuviese una gran historia detrás, entallado, mostrando cada recoveco del maniquí, insinuando un camino perfecto por sus curvas.

Mirame, ¿por qué no me quieres?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora