Capítulo 2

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MIZUKI


Cuarto 4.

Golpeé la puerta, y me abrió un muchacho con cabellos azules.

- Hola! – le dije sonriendo. El muchacho se quedó mirándome sin responder – Vengo de la administración a charlar sobre los legajos – volví a sonreír, pero más avergonzada. El muchacho abrió la puerta dándome paso.

- Hola – dijo, y tomó asiento en un escritorio a la derecha.

A la izquierda, un muchacho de cabellos largos y rubios, tiraba dardos. Cuando cruzamos miradas, algo en mí se encendió, enrojeciendo mis mejillas. No sé qué sería, pero ya me había puesto nerviosa. Será por aquel aire desfachatado que tenía, o tal vez sea su mirada, más que atrevida.

- Konnichiwa, lady... – dijo el muchacho rubio, sonriendo –... así que vienes de la Secretaría..? – dijo acercándose a mí, mirándome de arriba a abajo – No recuerdo haberte visto antes...

-S-Soy nueva, comencé ayer – dije, sintiéndome intimidada por su mirada. El muchacho se acercó aún más, haciéndome retroceder un paso.

- Ya deja de molestarla y compórtate – dijo el de cabello azul, que permanecía inmutable sentado en el escritorio, escribiendo algo – En qué podemos ayudarte – preguntó dirigiéndose a mí, sin siquiera voltear.

- Soy la hermana de Cecil – dije de repente. Por algún motivo, me pareció necesario mencionarlo.

El muchacho de cabellos azules volteó a mirarme.

- Hermana de Cecil..? – murmuró para sí, y se puso de pie. Se acercó hasta mí e hizo una reverencia con el semblante serio – Un gusto, mi nombre es Hijirikawa Masato, princesa – me incliné regresándole el saludo.

- Tsk, qué formal... Mi nombre es Jingüji Ren, milady – dijo el rubio, tomando mi mano, y dándome un beso en ella, sin dejar de posar su mirada en mí... sonriéndome de manera atrevida – Encantado de conocerte..

- Un gusto, chicos... – dije quitándole mi mano rápidamente, incómoda – Ehh... Yo...Mi nombre es Mizuki... Aijima Mizuki – me presenté, y tragué saliva intentando tranquilizarme – Vine a solicitar unos estudios que tienen pendientes... - Miré los papeles, intentando buscar sus fichas, pero los nervios y sus miradas sobre mí no me eran de ayuda – Mmm... A ver... Masato... Ren... – me repetí a mí misma, buscando.

- Sucede algo..? Quieres que te ayude a buscar..? – Se ofreció Ren, acercando su mano a las mías.

Etto, no, gracias.. –sonreí nerviosa- Creo que los olvidé –mentí- Deberé regresar más tarde... Disculpen las molestias... -dije, y salí de la habitación echando un suspiro pesado.

Estando ya en los pasillos, todavía me temblaba el pulso. Tenía los papeles justo en mis manos, pero me había resultado imposible encontrarlos. Deberé tranquilizarme, o no podré hacer siquiera una tarea tan sencilla como ésta...

A pesar de ser una princesa, y tratar con montones de personas, este mundo era completamente distinto para mí. En Agnápolis, los hombres te miraban con respeto. Jamás te mirarían de esa forma, y mucho menos besarían así tu mano.

Respiré profundo, y comencé a caminar mirando las planillas, cuando repentinamente choqué con alguien en el pasillo, dejando caer las hojas, que se desparramaron en el suelo.

Me puse en cuclillas para recogerlos.

- Tch... Podrías mirar por dónde caminas... - Levanté la mirada y ahí estaba aquel chico del jardín, mirándome con seriedad. Me dejó sin palabras, y me ruboricé de la vergüenza. Es que nada me va a salir bien hoy? Agaché la cabeza, avergonzada, y seguí juntando los papeles.

Él también se agachó y recogió algunos, ofreciéndomelos sin emitir sonido, para luego ponerse de pie y seguir camino.

Me quedé mirándolo un momento mientras se alejaba... Qué es ese aura gris que parece rodearlo?

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Ya estaba regresando a mi cuarto, cuando me crucé en el pasillo con dos chicos rubios... Uno alto y otro más bien bajito, con un sombrero...

- Hey! Quién eres tú?? – dijo el muchacho bajito – Te recordaría si te hubiese visto alguna vez...

- Oh, siii... es tan bonitaa! – dijo el muchacho alto, que llevaba puesto unos anteojos y sonreía de forma alegre.

- Jaja.. Gracias, qué amable.. – sonreí tímidamente – Mi nombre es Mizuki.. Soy hermana de Cecil... - de alguna manera, ya sentía la necesidad de mencionar mi parentesco.

- Encantadoraa!!! – dijo el muchacho de lentes, que me abrazó alzándome por las nubes.

- Bájala, Natsukiiii – dijo el pequeño.

Una vez que estuve de nuevo en tierra firme, se presentaron como i Shinomiya Natsuk y Kurusu Syo. Fueron muy amables conmigo, y se mostraron predispuestos a completar las planillas.

- Bueno, Natsuki, entonces necesitamos un certificado de tu oftalmólogo... Debemos saber qué tipo de lentes necesitas, y con qué graduación... –lo miré- Hace cuánto no te haces un fondo de ojo?

- Oh, no hace falta! No necesito lentes! Jaja – respondió – Ni siquiera tienen aumento! Son decorativos!

- Está bien – dije extrañada, tomando nota – Y a vos, Syo... Te resta acompañar un certificado odontológico...

- Ehhh??? –gritó- Ahhh, claro, a mí me toca la peor parte! – dijo Syo quejoso, cruzándose de brazos.

- Yo ya lo hice!!! -rió Nat – Pero, si quieres, puedo acompañarte a hacerlo – dijo agarrándolo de un abrazo- Así no tendrás miedo ^^

- Suéltame! No necesito que me acompañes, cargoso! – dijo soltándose y acomodándose el sombrero- Además, quién dijo que me daba miedo!!

Les sonreí y me despedí de ellos para irme a mi cuarto.

El día había sido muy largo, y ya podía sentir la pesadez en mi espalda.

Una vez entré a mi habitación, respiré aliviada y me asomé por la ventana, apreciando los últimos rayos de sol que quedaban del día. Allí, sentados en el banco, estaban mi hermano y una chica de cabellos colorados que caían hasta sus hombros... Se los veía muy divertidos, y Cecil parecía estar coqueteándole...

Bueno, después de todo, tal vez valga la pena estar aquí, pensé.

"Gris"   [Tokiya - Uta No Prince Sama] TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora