Capítulo 29

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TOKIYA

- Qué fue eso? – preguntó Ren mientras salíamos de la sala – Estás distraído...

- No volverá a pasar – aseguré.

- Hace días que no te apareces a comer... - insistía – No quieres hablarlo..? – Negué – Es por esa muchacha? – volteé a mirarlo de manera desafiante.

- Basta – le advertí.

Se cruzó de brazos e hizo un gesto que denotaba fastidio.

- Casi nos vamos todos de Starish para que estés con ella – dijo, y me abalancé sobre él tomandolo por el cuello de la remera.
Lo empujé hasta la pared, haciendo chocar su espalda con fuerza. Y luego acerqué a mi rostro al suyo con odio

– Acaso vas a pegarme..? – preguntó en forma burlona.
Mi corazón se aceleró.
Realmente quería golpearlo.

- No – le dije soltándolo, y dándole la espalda.

- Me arrugaste la remera – bromeó.

Seguí caminando por los pasillos, teniendo a Ren como sombra.

Entré a mi cuarto, y él entró detrás de mí.

- Es más amplio que el nuestro... – decía mirando a los costados. Me senté en la cama y se quedó de pie, mirándome.

- Qué es lo que quieres, Ren..? – le dije tomando el libro en mi mesa de luz.

- Quiero que hables con alguien – me dijo con seriedad – Ya deja de huir y cuéntame qué sucede – tomó asiento – Vamos, puedes confiar en mí – me insistió.

Abrí el libro y comencé a leer.
Ren le dio un golpe con dos dedos y lo tumbó. Lo miré con enojo y me sonrió.

- Cuál es tu interés en esto? – desconfié.

- Quiero ayudarte. Sólo eso...

- Nadie puede ayudar.  Pero gracias... - dije tomando nuevamente el libro.

- A veces eres imposible... – dijo abandonando la habitación.

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MIZUKI

El día estaba precioso.
Me senté en la galería a mirar el jardín. Estaba todo muy silencioso ahora que los chicos estaban en clases.

Serán mis últimos días aquí? Faltará poco para la boda? Las imágenes de aquella boda comenzaron a multiplicarse en mi mente. El vestido. La marcha nupcial. Las flores.
Pero en aquel altar no se encontraría Tokiya, sino aquel extraño.

Ya no lo vería más, y tendría que acostumbrarme a las caricias de otro hombre. Tendría que intentar borrar de mi mente aquellos besos que nos dimos. Aquellos ojos. Aquella sonrisa.

Me angustié y cerré los ojos implorando por intervención divina. Debería haber alguna forma de solucionar todo esto. Ojalá fuese sólo un mal sueño.

Alguien se paró a mi lado. Levanté la mirada y ahí estaba Tukusama, mirando hacia el jardín. Se sentó a mi lado sin decir palabra, y nos quedamos un momento en silencio.

- Allá, en Agnapolis – comenzó a decir, todavía sin mirarme - ...hay una muchacha... - lo miré y tragaba saliva - ...nos conocemos desde niños, y... desde entonces hemos estado enamorados... - hicimos silencio un momento - ...A veces tenemos que hacer ciertos sacrificios por nuestro pueblo...

Una lágrima rodó por mi mejilla y nos quedamos ahí sentados, mirando hacia el jardín.

De alguna manera ya no lo odio, y hasta me siento conectada a él. En cierta forma, estamos en una situación similar.

"Gris"   [Tokiya - Uta No Prince Sama] TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora