Capítulo 5

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MIZUKI


Me recosté en la galería mirando a las estrellas... no podía quitar de mi mente a ese muchacho pálido de ojos y cabellos azul noche... Su mirada... Cerré los ojos y recordé aquella sonrisa que me dedicó... Acaso no era la más encantadora..?

- Milady... - me susurraron de repente al oído, haciéndome pegar un salto del susto. Miré a mi izquierda y Ren se había sentado junto a mí – Te asusté! Discúlpame, no fue mi intención – me sonrió de manera pícara.

- Oh, no. No hay problema jaja – le contesté incorporándome – Es que estaba casi dormida... - me sonrojé..

- Está fresco para que andes aquí afuera... - se acercó más a mí – Si lo deseas, puedo prestarte mi chaqueta... - me ofreció.

Lo miré por un segundo, y luego esquivé la mirada...

Él me hacía sentir incómoda... Era intimidante, y no respetaba las distancias...

- No está tan fresco, ja... Gracias – le contesté, rechazando la propuesta.

- Y entonces... - dijo en forma pausada - ...No regresaste con los papeles que habías olvidado...

Me sentí muy avergonzada de recordar aquella situación.

- Oh... Es que... Con tantas cosas que me dieron para hacer... N-No hice tiempo – hice una mueca.

- Me quedé esperándote...- dijo recargándose con sus brazos en el suelo.

Este muchacho me quería poner incómoda.

Podía notar cómo cada uno de sus movimientos y palabras eran escogidas para hacerme sonrojar. Con qué propósito?

No lo estaba mirando, pero podía sentir su mirada avasallante sobre mí... Y no iba a permitir que me intimidara.

- Lo siento. Debí haberles avisado que estaba demorada y que lo dejaría para otro día... - sonreí nerviosa, y miré mi reloj imaginario – Uh, qué tarde es... Mañana debo madrugar – Sonreí. Él se puso de pie y me ofreció su mano. La tomé para ayudarme e inesperadamente puso un beso sobre ella, y me clavó la mirada...

- A-Arigato... – le dije a modo de despedida, maldiciendo que mis mejillas me hayan traicionado exhibiendo un tono colorado.

- Hasta mañana, princesa...

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Sábado al fin.

Hoy no habría clases en la Academia.

Salí de mi habitación, y paseaba por los pasillos, cuando sentí el sonido de un piano que provenía de uno de los salones.

Me asomé, y allí estaba Masato tocando una bella y triste melodía.

Tenía sus ojos cerrados, concentrado en aquel sentimiento.

Entré en el salón, poniendo cuidado en no hacer ningún ruido, y me paré justo frente al piano. Cuando terminó de tocar la melodía, aplaudí despacio y él abrió sus ojos... Y me miró extrañado, pero no dijo palabra.

- Muy lindo el tema que tocaste... - le dije sonriendo.

- Gracias – dijo a secas, y se quedó mirándome, dando lugar a un silencio incómodo.

- Sonaba muy triste... En qué pensabas mientras lo tocabas..? – la pregunta resbaló de mis labios.

Se quedó un momento en silencio... Luego desvió la mirada hacia las teclas, y noté incomodidad en su expresión...

- Ya debo irme... Con su permiso, princesa... – dijo poniéndose de pie para retirarse.

- Pensabas en Nanami, verdad..? – Mi pregunta resonó en el salón, y él detuvo su marcha por un momento. Y luego se retiró del lugar.

Me senté un momento al piano. Cómo pude decirle algo así. Qué imprudente.

Miré las teclas y las acaricié un momento.

En ese momento, entró Ittoki al salón.

- Qué sorpresa!! Jaja – dijo sonriendo - ... Tocas el piano..??!

- Oh no noo – dije ruborizándome – En realidad no sé tocar ningún instrumento..

- Qué pena! Jaja... yo venía a ensayar con la guitarra, y hubiese sido una buena compañía el piano – dijo quitando la guitarra de la funda...

- Oh... Si quieres puedo irme, así—

- No. Por favor... – me interrumpió y sonrió – Me encantaría que te quedes, así después lanzas unas críticas sobre mí... – dijo señalándose a sí mismo y sonriendo divertido.

Tomó su guitarra, y colgó la correa sobre su hombro.

Cerró sus ojos, poniéndose serio, y empezó a entonar una dulce melodía.

A medida que la iba tocando, fue volviéndose una melodía cada vez más y más triste... hasta que el gris de su melodía me hizo recordar a aquel chico sentado en el banco... ese que junto a mí, en la galería, miraba las estrellas intentando escapar de su soledad.

Observé más detenidamente a Ittoki, y pude entender que él estaba concentrando su música en Nanami... y que cada una de sus notas estaba dedicada a su amor no correspondido...

Cerré los ojos y me sumí en mis pensamientos, entrando en alguna clase de trance, hasta que acabó de tocar la canción y volví a mirarlo.

Su rostro serio volvió a transformarse en aquel de sonrisas al que me tenía acostumbrada.

- Y..? Te gustó?? – indagó entusiasmado.

- Oh siii!!! Bravooo!!! – dije aplaudiendo, sonriéndole.

- Espero que a Nanamí también le guste – dijo feliz.

- Ittoki – dije en voz baja, llenando mi pecho de pena.

Él sonreía y me miraba expectante.

Me acerqué a él, mirándolo a los ojos. Esos inocentes ojos rojos. Con ganas de decirle que no importara lo que ella pensara. Que él es un gran artista y su música es maravillosa. Pero al final no tuve el valor para hacerlo – Va a encantarle – dije, y le sonreí con cariño, y él se puso contento y me abrazó.

- Arigato, Mizuki ^^

Durante el abrazo, oímos el ruido de la puerta.

Nos dimos vuelta, pero no había nadie.

"Gris"   [Tokiya - Uta No Prince Sama] TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora