"Gris" [Tokiya - Uta No Prince Sama] TERMINADA

Capítulo 30

MIZUKI

Aquella mirada atrevida me hizo ruborizar.

- Me perteneces, verdad? – me susurró, y asentí.

Entonces acercó más su rostro al mío, y rozó mis labios con los suyos, acariciándome con ellos y erizando toda mi piel.
Recorrí sus brazos y su cuello con mis manos, hasta acariciar suavemente sus cabellos, y me besó tiernamente, haciéndome enloquecer.
Cuando abrí mis ojos, apoyó su frente en la mía, y me sonrió.

- Cásate conmigo – me susurró. Sonreí y asentí rebosante de felicidad.

- Mizu! – me decía Tukusama – Mizu!

- Déjame, Tukusama.. - me quejé.

- Princesa. Despierta!

Abrí los ojos y estaba recostada sobre Akihiko, que estaba nervioso y ruborizado.

- Ohhh, perdón – dije incorporándome, confundida.

- Te quedaste dormida – dijo con vergüenza – No quería despertarte, pero ya se me estaba durmiendo la pierna – sonreía.

Me ruboricé, y no sabía cómo disculparme con él.

- B-Bueno... B-Buenas noches – le dije, huyendo de vergüenza, y dispuesta a irme a dormir.

Camino a mi cuarto, en uno de aquellos pasillos, alguien llamó mi nombre...

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CECIL

Hacía rato que estaba parado frente a su cuarto.

El temor a su rechazo detenía todo intento de tocar aquella puerta.

Es hoy. Que las musas me acompañen, me dije, y golpeé dos veces.

Unos pasos se oyeron, y la puerta se abrió.

Aquellos ojos anaranjados se asomaron por la puerta entreabierta.

- Cecil..? – dijo Haruka, y me sonrió.

- Hola, Haruka – le dije con un tono suave, pero sonriendo por verla – Disculpá que te moleste – hice una pausa – Me gustaría hablar contigo un momento...

- Oh – dijo sorprendida, abriendo más la puerta – Pasa... - y sonrió alegre. Siempre que sonríe, mi corazón se llena de paz.

- Permiso – dije entrando vergonzoso. Ella tomó asiento en su escritorio, y yo me senté frente a ella.

- Si, dime, Cecil... - seguía sonriéndome.

- Haruka.... – dije casi suspirando - ...Hace días que no te veo por la Academia... No estarás trabajando demasiado, no?

- No te preocupes por mí – me sonrió – Cómo anda todo?

- Bien – le dije – Necesito preguntarte algo – tragué saliva tomando coraje, y me puse de rodillas frente a ella, tomando una de sus manos. La miré a los ojos y se ruborizó – Haruka... - podía sentir cómo se aceleraba su respiración. Coloqué aquella mano en mi pecho, para que sintiera latir mi corazón, y la cubrí con las mías – Lo sientes? – Asintió sonrojada – Mi corazón dice que es el momento... - la miré dulcemente – Necesito saber si correspondes a mis sentimientos...

Mis palabras dieron paso a un largo silencio.

Tragó saliva.

- Cecil – dijo quitando su mano suavemente de mi pecho - ...Yo te amo.... Los amo a todos ustedes...

- Pero Haruka – intentaba decirle, cuando me interrumpió colocando un dedo sobre mis labios.

- Nunca podría herir a ninguno de ustedes, me comprendes? – dijo con tristeza, pero siendo muy cálida.