Cicatrices entre pesadillas

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-Felicidades señora Romanova, cuenta con tres meses de embarazo -esas palabras no podían salir de mi mente.


Embarazada. Seis meses de casados y embarazada, Alexi y papá se pondrán muy felices. Por fin, algo que siempre soñé se hace realidad, voy a tener un hijo, de un gran hombre con gran espíritu, fuerte, lindo y el me ama y lo quiero demasiado. Mi carrera como bailarina va subiendo cada vez más y más, mi nombre ya es importante en Rusia: Natalie Romanova. Jamas pensé que mi sueño de bailar llegara tan rápido, a Alexi le han dado un puesto mucho mayor, incluso una compañía prestigiada lo ah contratado después de ser nombrado uno de los mejores aviadores de la Unión Soviética, indudablemente la llegada de este bebé cambiara muchas cosas, pero las cambiara para bien, tratare de ser la mejor mamá para el o ella, vivirá en un ambiente feliz con unos padres que lo amaran.



La vida por fin sonríe Natalia.


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Tres meses después.



-Papá, el doctor dijo que el bebé sera un niño, así que sera Ivan -decía sonriendo a la ecografia que tenia en mi mano, hablando por teléfono con papá.



Después de ir con el medico, Alexi y yo fuimos a comprar cosas para el bebé, ahora que sabíamos bien su sexo, hicimos algo como un pacto, si era niña se llamaría Alona, y si era niño seria Ivan, como papá. Compramos ropa, pintura para su futuro cuarto, peluches y todo tipo de juguetes. Estábamos felices, la dicha de tener un hijo no se compara con nada. Mi panza ya estaba de un tamaño considerable a los seis meses y mi principal antojo es el helado de limón, chistoso cuando vives en Rusia, la fecha para que el bebé  nazca es  el 7 de Abril y al parecer Alexi no podrá estar, lo cual me pone triste que no presencie el nacimiento de su hijo, pero papá y el tío Logan prometieron estar allí ese día, incluso se meterían a la sala conmigo si así lo quisiese.



Continuo hablando con papá mientras Alexi le habla al bebé, diciendo que de grande sera un aviador, yo me rio porque peleo en que sera un bailarín y no aviador. Cuando cuelgo la llamada, Alexi se me queda viendo.

No estaba en mis planes: Hundiéndonos en la obscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora