Bienvenida, Natalia

206 17 5
                                    


Volgogrado, unas horas antes


Dolor, como ya es costumbre, es lo único que siento. Siento como si me hubiesen quemado, pero a la vez me estoy muriendo de frío, con cuidado abro los ojos y me encuentro con una luz brillante. Me doy cuenta que estoy en una silla algo reclinable... atada. 


Muevo las manos y me doy cuenta que las correas están bastante apretadas y mi cuerpo sigue bastante adormilado, más por el dolor que por haber despertado. A la izquierda se abre una puerta y por ella entra Aleksei, quien me mira con algo de sorpresa.


-Despertaste, ¿cómo te sientes?


-¿Qué pasó?


-Pelaste con Yelena... ¿recuerdas?


Imágenes vienen a mi mente como fotografías, el recuerdo de Yelena muriendo encima mio con su alma saliendo de su cuerpo es claro; termino recordando todo lo acontecido.


-Si, ya recuerdo -le digo con algo de dolor de cabeza.


Aleksei se acerca con sigilo hacia mi, como si tuviese miedo de algo, no miedo hacia mi: miedo a algo que va a suceder que solo él sabe.


-Bien, eso es bueno -posa sus manos alrededor de mi cara y en su mirada puedo ver que trata de esconder algo; está nervioso y algo a arruinado sus planes- linda, te tengo noticias: nuestro plan dará comienzo. Esto será más apresurado de lo que ya tenía estipulado pero es necesario ¿lista?


-¿Qué? -pregunto confundida.


Aleksei se mueve detrás de mi, hacia donde mi visión no alcanza, pero escucho claramente como mueve algo metálico. Se acerca con el aparato y siento que se coloca a mis espaldas por un momento, antes de aparecer de frente.


-Esto va a doler, pero te prometo que todo estará bien; te prometo que tú vas a estar bien -me da un beso rápido en la frente y se vuelve a colocar detrás de mi.


Cuando siento el semi casco rodeando parte de mi cabeza, las piezas empiezan a encajar. Grito ansiosa que pare mientras coloca algunos electrodos en mis sienes y frente.


-!Esto no¡ !Aleksei¡ !Espera¡


Enciende la máquina que parece despertar con un rugido, me muevo tanto como puedo pero me resulta imposible zafarme de las correas, grito, pido, imploro que me suelte y que no continúe; pero él está decidido: me va a borrar la memoria.


De nuevo.


-Te prometo que solo será un momento, es necesario para continuar con el plan, no te lo dije antes porque sabía que te rehusarías. Necesito estar seguro de que estarás conmigo amor, y ésta es la única forma, lo siento de verdad -suena nervioso y realmente comprensivo, pero eso no me ayuda a aminorar mi propio infierno- solo cambiarán algunas cosas y todo estará bien.


Hago uso de todas mis fuerzas hasta que el aparato es activado y...


Obscuridad, obscuridad y más obscuridad.


Vuelvo a perder todo de mi y lo único que tengo seguro es que estoy hundiéndome en la obscuridad. Solo que está vez, no creo que vaya a salir de ella.


 Ondas de dolor recorren todo mi cuerpo intermitentemente y tanto mi conciencia como mi cuerpo se pierden.


***


Después de unos minutos, es momento de ponerle fin al dolor.


Rápidamente quito todo el equipo del cuerpo de Natalia y la libero de las correas que la atan.


-Nat, Nat... despierta -pronuncio mientras la sacudo con suavidad- amor, despierta.


La tomo en brazos y la llevo a mi habitación, con cuidado la recuesto en la mucho más suave cama y me comunico con los guardias por el comunicador inalámbrico:


-Estén atentos, el plan empieza en unas pocas horas, prepárense para movilización. De ahora en adelante se une al mando la Viuda Negra. Acaten ordenes.


Al ver que Natalia todavía no responde voy en busca de agua para ella, es imposible negarlo, estoy nervioso, ansioso... expectante. Repaso el plan maestro en mi mente de nuevo.


En cuanto Nat despierte, le hago creer que tuvo una pelea con Yelena y por eso tiene un estado de confusión, le informo que vamos a atacar primeramente creando pánico mundial, que finalice los hackeos y apenas tengamos bajo control todas las líneas anunciamos en grande nuestra aparición y en cuanto el caos se desate; nos largamos de aquí.


El plan continuará después, pero primordialmente necesito que estos primeros pasos salgan bien. Necesito tenerla bajo mi control por completo.


En cuanto vea que hasta los mismos vengadores han perdido esperanza, podemos empezar los ataques físicos.


Si el plan maestro se arruina, pierdo absolutamente todo.


Me acerco de nuevo a Natalia, dejando el vaso de agua en la mesita de noche mientras me siento a su lado en el costado de la cama. Su cara empieza a reflejar algunos gestos y hay movimiento en sus ojos.


-¿Nat?


Toma unos momentos, pero finalmente la Viuda Negra, Natalia Alianovna, hace su aparición y despierta por completo. Sus ojos me miran con algo de curiosidad y yo estoy a rebozar de alegría.


-Bienvenida, Natalia -pronuncio acariciando con ternura su mejilla, recibiendo una sonrisa de su parte.


Mi Natalia, la verdadera, a vuelto.

No estaba en mis planes: Hundiéndonos en la obscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora