¿Que tipo de hombre?

264 27 0
                                    

Mi cabeza retumba, es difícil salir por completo de la inconsciencia. Tardo un buen rato en que todas mis neuronas conecten y cuando por fin lo hacen, abro los ojos.


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Blanco... es el techo y es blanco, voy moviendo la cabeza y algunos gemidos adoloridos salen. Estoy en una habitación de algunos diez por diez metros y las paredes tienen un color rojo, no hay nada más que una cama muy simple y jodida aparte de la silla en la que estoy y una puerta a unos metros de mi. Hago un repaso por lo acontecido y las cosas empiezan a tomar sentido. Cuando trato de mover los brazos y piernas reacciono a que estoy amarrada a una silla, trato de zafarme o de romper las cuerdas, pero mi cuerpo esta débil y termino con varios intentos fallidos, terminando aun más adolorida que antes.


Trato de relajarme y no caer en la desesperación, pero me resulta muy difícil al saber que todo me salió mal. Tuve un secuestro público y estrepitoso del cual probablemente no sepan solo los vengadores, sino el mundo entero, y peor aun: Debe de haber gente movilizándose ahora mismo. 


Me obligo a pensar en un nuevo plan que me saque rápido de todo esto pero no se me ocurre nada, estoy sola, no tengo ni una sola arma y encima estoy herida. Primero que nada necesito saber donde estoy y a cuantos me enfrento, después de eso puede que mi mente funcione mejor. 


Me dispongo a hacer otra ronda de intentos para zafarme de la silla cuando la puerta frente a mi se abre. No esperaba a otra persona que no fuera él: Aleksei Shostakov.


¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Nos miramos fijamente durante varios segundos y aunque tengo ganas de gritarle lo escoria que es, no lo hago.


-Despertaste princesa -hace una seña a las cuerdas que me sujetan con fuerza- ¿problemas?


-Varios -me limito a decir.


Camina lentamente hasta posicionarse frente a mi, se inclina y queda a mi altura, tomando la posición más cómoda que puede.

No estaba en mis planes: Hundiéndonos en la obscuridadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora