No estaba en mis planes: Hundiéndonos en la obscuridad

A la caza

Tecleo tan rápido como mis dedos son capaces de hacerlo, introduciendo diferentes tipos de códigos que en pocas palabras, logran un desface que para mi es como gloria.

Termino de teclear y dirijo la mirada hacia Alek, que termina de meter en una pequeña mochila unas pistolas.- ¿Acabaste? -me pregunta.

-Listo, larguémonos de aquí.

-Bien -alcanzo la mano que me ofrece y salimos caminando un poco apresurados mientras que le da ordenes a sus subordinados de irnos de inmediato.

En menos de 5 minutos salimos todos del complejo en el que nos estuvimos ocultando las últimas semanas y nos adentramos en los helicópteros ya encendidos, mientras nos elevamos y empezamos a alejarnos, veo que Alek saca una control de su saco; lo acciona cuando tenemos una distancia más prudente y sonrío por el bonito espectáculo que da la cabaña-base al hacerse trizas.

Si acaso había algo ahí que denotara lo que fue nuestra existencia o algún astibio de información que se pudiese recuperar, ya no existe más. Sonrío con placer al saber que el hackeo supremo que hice dará problemas por al menos unos cuantos días.  La emoción de saber que ahora nos dirigimos al Kremlin me hace sentir un poco como niña pequeña.

Putin se va a cagar en los pantalones cuando demos le anunciemos nuestros planes y controlemos la nación. Estamos en las horas críticas de nuestro plan, pero apenas esto funcione, todo lo demás -el mundo entero- estará en la palma de nuestras manos. En cuanto tengamos a Rusia de nuevo bajo nuestro poder, será fácil someter a las demás naciones, hay muchos enemigos en el mundo de los cuales tenemos que hacernos cargo incluso antes de que ataquen.

Volteo a ver a Alek, próximo Presidente de la KGB, próximo Primer Alto Directorio... el solo pensarlo me da un toque de alegría en el pecho.