Capítulo 8

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Narrado por Ana.

Me desperté por las caricias de Pablo en mi espalda. Se me erizaba toda piel. Cuando abrí los ojos estaba mirando para mí.

Ana:
-Buenos días.

Pablo:
-Buenos días princesa.

Ana:
-¿Tengo algo en la cara?

Pablo:
-No

Ana:
-¿Y por qué me miras tanto?

Pablo:
-Porque estaba contemplando tu belleza. Eres la mujer más preciosa que he visto nunca.

Ana:
-No sé que he hecho para merecerte. Dije después de besarle.

Pablo:
-Eso me pregunto yo todos los días. Y me lo seguiré preguntando hasta el fin de mis días.
Le sonreí y me quedé en silencio. Después de un rato callados...

Pablo:
-Oye

Ana:
-Dime

Pablo:
-Ayer dijiste en casa de tus padres que no nos podíamos quedar más tiempo porque me ibas a llevar de paseo por Madrid.

Ana:
-Sí claro, justo te iba a decir que nos levantáramos para vestirnos.

Pablo:
-Vale y... ¿algún tipo de ropa específica?

Ana:
-Solo te voy a decir que vamos a ir al campo. Lo digo para que no te pongas nada elegante ni sofisticado.

Pablo:
-Vale. Voy a ver que tengo en la maleta.

Ana:
-Y yo voy a ver que tengo en el armario.

Me puse un pantalón corto naranja fluorescente con roturas, un top naranja flojo cortito, unas playeras blancas y me hice una trenza. El maquillaje era escaso. Y Pablo se puso un pantalón corto vaquero, una camiseta de varios tonos de azul y una playeras blancas.
Cogí las cosas necesarias sin que Pablo se diera cuenta y nos pusimos en marcha.

Cuando llegamos se quedó asombrado y con la boca abierta.
Lo llevé a una cascada que terminaba en un lago, ese lago estaba rodeado de césped y alrededor habían varias cuevas en las te podías meter para explorar.

Lo llevé a una cascada que terminaba en un lago, ese lago estaba rodeado de césped y alrededor habían varias cuevas en las te podías meter para explorar

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Saqué una manta y la extendí sobre el césped. Encima de la manta coloqué una cesta que había llenado de fruta, bocadillos, bebidas...

Pablo:
-Esto es precioso. Gracias por traerme.

Ana:
-Me alegro que te guste. Y no hay nada que agradecer.

Después de un rato comiendo, riendo y hablando me dí cuenta de que nos habíamos quedado solos.

Ana:
-Tengo una idea.

Me quité los zapatos y la ropa quedándome en ropa interior. Pablo cogió mi camiseta y me tapó un poco con ella y con su cuerpo.

Pablo:
-¿Qué haces?

Ana:
-Anda ven.

Fui corriendo al lago y me metí en él y le dije que viniera haciendo gestos con el dedo. Él enseguida se quitó la ropa y al igual que yo también se quedó en ropa interior. Cuando todavía no había entrado, porque decía que el agua estaba muy fría, le salpiqué y el entró corriendo. Me cogió y me levantó y me soltó cuando ya estábamos detrás de la cascada. Me cogió de la cintura y me besó. Cortamos el beso cuando escuchamos una voz.

Un paso detrás de ti [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora