Capítulo 53

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Cuando me desperté Ana seguía durmiendo. Me levanté evitando despertarla y me vestí. Cogí la cartera y salí a la calle. Entré en un pequeño supermercado y compré fruta, bollería y otras cosas para desayunar. Llegué a casa y fui a la cocina para hacer el desayuno.

15 minutos después...

Subí a la habitación y dejé la bandeja en el lado vacío de la cama. Me puse de rodillas frente a Ana y acaricié su rostro mientras decía su nombre suavemente. No tardó mucho en despertarse. Lo primero que hizo fue sonreír y después abrió los ojos.

Ana:
-Buenos días mi amor.

Pablo:
-Buenos días mi vida. ¿Sabes? Me encanta que siempre sonrías al despertarte.

Ana:
-Eso es porque cuando me despierto te tengo a mi lado.

Le di un beso y cogí la bandeja. Se sentó apoyándose en el cabezal y me senté a su lado colocando la bandeja en medio de los dos.

Ana:
-¿Y esto?

Pablo:
-Por cuidarme anoche y porque te lo mereces.

Ana:
-Muchas gracias mi amor.

Pablo:
-No hay por qué darlas princesa.

Desayunamos mientras nos dábamos mimos. Cuando terminamos de desayunar bajé a la cocina para dejar la bandeja. Después volví a la habitación donde me estaba esperando Ana.

5 minutos después...

Nos estábamos dando mimos cuando sonó el timbre.

Pablo:
-¿Esperas a alguien?

Ana:
-No, yo no.

Pablo:
-Voy a mirar.

Cuando abrí la puerta me pareció reconocer esa cara.

Kevin:
-¿Pablo?

Pablo:
-¿Kevin? ¿Qué haces aquí?

Kevin:
-Pues venía a visitar al dueño pero veo que no está aquí. ¿Y tú?

Pablo:
-Pasando unos días con mi novia.

Kevin:
-¿Ya vuelves a tener pareja? Que bien!! ¿Y la conozco?

Pablo:
-Personalmente no pero seguramente la habrás visto por la tele.

Kevin:
-Estoy deseando saber quien es.

En ese momento Ana bajó las escaleras, ya con su ropa puesta, y se dirigió hacia nosotros.

Ana:
-Hola!!

Kevin:
-¿¡Ana Morgade!?

Ana :
-Esa soy yo, encantada. Dijo mientras le daba dos besos.
-Pero no te quedes ahí, pasa, voy a hacer café.

Ana entró en la cocina y nosotros nos fuimos a la terraza.

Kevin:
-Es encantadora y preciosa.

Pablo:
-Es increíble.

Kevin:
-Se te ve genial. Me alegro de que hayas encontrado a alguien que te haga feliz.

Pablo:
-Estoy mejor que nunca.

Ana volvió y nos tomamos el café.

Kevin:
-Por cierto, ¿no conoceréis a alguien que quiera un perro? Es que un amigo se compró un chihuahua hace unos meses, pero le llamaron de un trabajo donde tiene que viajar mucho y no puede cuidarlo. Mirad la foto:

Se llama Coby y tiene 7 meses

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Se llama Coby y tiene 7 meses. Es cariñoso, obediente y juguetón.

Ana:
-Que monada!! Es adorable.

Pablo:
-Es verdad, es muy bonito.

1 hora después...

Kevin:
-Bueno, yo me voy.

Ana:
-Te vas porque quieres.

Kevin:
-Jajaja. Tranquila, con lo bien que has tratado no dudes en que nos volveremos a ver.

Se despidieron y lo acompañé a la puerta.

Pablo:
-Oye tío, ¿cuánto cuesta el perro de tu amigo?

Kevin:
-Nada, lo está regalando.

Pablo:
-Pues ya tiene dueño, se lo voy a regalar a Ana.

Kevin:
-Genial, mi amigo te lo va a agradecer mucho. Además es un buen perro.

Pablo:
-Pues ya hablaremos para saber cuando me lo das y eso.

Kevin:
-Vale.

Nos despedimos y volví con Ana.

Ana:
-¿Nos metemos un rato en el jacuzzi?

Pablo:
-Vale.

Nos pusimos los bañadores y nos metimos en el jacuzzi. Estábamos en frente del otro. Ana empezó a acercarse a mí, se sentó sobre mis piernas y empezó a besarme.

Pablo:
-¿Estás tontorrona hoy?

Ana:
-Un poquito.

Seguimos besándonos y acariciándonos. En un intante Ana se acercó a mi oído y susurrando me dijo:

Ana:
-Hazme tuya.

Sentí un escalofrío por todo el cuerpo. Mientras ella besaba mi cuello yo acariciaba su espalda. Le quité lentamente la parte de arriba del bikini, dejando ver sus pechos que rozaban mi torso. Mi cuerpo quería sentirla, necesitaba sentir cada parte de su perfecta anatomía. Fue bajando las manos. Acariciaba mi torso, mis piernas... me quitó el bañador y yo hice lo mismo con la parte de abajo de su bikini. Ella siguió besándome, alternaba besos entro la boca y el cuello. Yo no podía aguantar más, necesitaba estar dentro de ella. Intenté introducirme en ella varias veces, pero se movía para que no lo hiciera. No entendía por qué lo hacía, y después me di cuenta de que quería ponerme a tope.

Pablo:
-Me estás volviendo loco.

Ana:
-Eso es lo que pretendo.

Pablo:
-Quiero que seas mía.

En ese momento se sentó sobre mí, haciendo que entrara en ella. Nuestros gemidos eran inevitables en ese momento. Agarré sus caderas y marqué un ritmo suave. Arqueó su espalda mientras se apoyaba en mis hombros y cerraba los ojos. Estábamos disfrutando al máximo. Nos besábamos y acariciábamos apasionadamente, pero el ritmo era suave, para sentir cada parte de nuestro cuerpo. Después de unos minutos, tocamos el cielo.

Pablo:
-Necesitaba esto.

Ana:
-Y yo.

Un paso detrás de ti [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora