Capítulo 99

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Narrado por Ana

Me despierto por los besos de Pablo en mi cuello. Abro los ojos y me giro para encontrarme con esa sonrisa tan característica suya. No me deja decirle nada, directamente se lanza a mi boca y me planta un beso que me sabe a gloria.

Ana:
-Ummm..... buenos días mi amor.

Pablo:
-Buenos días princesa.

Ana:
-¿Qué tal has dormido?

Pablo:
-De lujo, ¿y tú?

Ana:
-Maravillosamente bien.

Pablo:
-Me alegro. Y... ¿algún plan para hoy?

Ana:
-Yo pensaba recoger a los niños y pasar el día con ellos, ¿te parece?

Pablo:
-Nada me gustaría más que pasar un día con mi familia.

Ana:
-Y tu familia te adora.

Pablo:
-Igual que yo a vosotros. Dijo antes de darme un beso.

Ana:
-Te quiero.

Pablo:
-Y yo a ti enana.

Después de remolonear un rato desayunamos y nos dimos una ducha. Nos vestimos y nos montamos en el coche para iniciar nuestro camino.

Cuando llegamos estaban todos desayunando.

Sofía:
-¿Queréis desayunar?

Ana:
-No gracias, ya hemos desayunado en casa.

Pablo:
-¿Dónde están los peques?

Luis:
-Siguen durmiendo en la habitación de Carmen.

Ana:
-¿Y qué tal se han portado mis niños?

Pedro:
-De maravilla, son unos niños buenísimos, ni te enteras de que están aquí.

Tamára:
-Han salido a la buenaza de su madre.

Pablo:
-¿Perdona? Yo también soy un buenazo.

Ana:
-Claro que sí cariño, ahora vengo.
Tras decir eso le doy un beso y salgo de la cocina para ir a la habitación. Entré silenciosamente ya que todavía estaban durmiendo, me acerqué a ellos y me senté a su lado. Me gustó tanto la estampa que les saqué una foto y, aunque no me gusta publicar fotos suyas, la subí a Instagram.

 Me gustó tanto la estampa que les saqué una foto y, aunque no me gusta publicar fotos suyas, la subí a Instagram

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@ana_morgade_oficial: "Doy gracias a Dios por la pedazo de familia que me ha dado. Un verdadero tesoro, un verdadero regalo. 👦👧😻😻😻😻💗 @pablopuyol_ #DiegoYDaniela #OsAmo #LaSuerteDeMiVida"

Como veo que Daniela se empieza a mover la doy pequeños toques y suaves caricias en la nariz. Arruga la nariz y abre los ojos poco a poco, qué ojazos tiene, tienen, mejor dicho. Desde que me ve se lanza a mi cuello y me da besos por toda la cara.

Daniela:
-Mamii!!

Ana:
-Hola princesita!! ¿Te lo has pasado bien con los primos?

Daniela:
-Sii!!

Un par de minutos después se despertó Diego, que reaccionó igual que Daniela. Después de una pequeña conversación con ellos los llevé cogidos cada uno en un brazo a la cocina, podía con ellos perfectamente ya que pesaban poco. Llegué a la cocina y desde el momento en el que vieron a Pablo extendieron los brazos para irse con él. Él los cogió a cada uno en un brazo y se comieron a besos mutuamente.

Daniela y Diego:
-Papii!!

Pablo:
-Mis peques!! Os como enteritos!

Sofía:
-¡Qué estampa más bonita, los cuatro juntos!

Estuvimos allí un rato y después fuimos a comer a un restaurante. Nos fuimos a un parque que estaba al lado y nos sentamos en unos bancos mientras los niños jugaban. Poco después de estar allí empezó a llover. Cogimos a los niños rápidamente y nos metimos en el coche.

Ana:
-Que raro que esté lloviendo en esta época del año.

Pablo:
-Pues sí es raro la verdad.

Daniela y Diego:
-Joo, yo quería seguir jugando.

Ana:
-Lo siento peques pero con la lluvia no se puede, pero todavía quedan días para poder volver al parque.

Durante el camino de vuelta a casa cantamos y jugamos. Entramos lo más rápido que pudimos a casa cubriendo a los niños ya que la lluvia se había intensificado. Mientras Pablo preparaba la cena yo les di un baño calentito a los niños. Después de comer todos juntos vimos la tele, dibujos para los niños y los subí a su habitación. Cuando los estaba acostando se empezaron a escuchar truenos y por la ventana se veían relámpagos y algún que otro rayo, estábamos ante una tormenta de verano.

Daniela y Diego:
-Mamii tengo miedo.

Ana:
-No pasa nada peques, no os va a pasar nada, papá y yo estamos aquí para protegeros.

Daniela:
-¿Te quedas con nosotros?

Ante las caritas que me pusieron no podía negarles nada. Me acosté en medio y ellos enseguida se acurrucaron entre mis brazos. No tardaron mucho en quedarse dormidos, me levanté con cuidado para no despertarlos y salí de lahabitación. Justo en ese momento Pablo estaba subiendo las escaleras.

Pablo:
-¿Le ha pasado algo a los niños?

Ana:
-He tenido que acostarme con ellos porque decían que tenían miedo de la tormenta. Pero han caído rendidos enseguida.

Pablo:
-Jajaja, pobrecitos mis niños, es normal que estén asustados.

Ana:
-Tendrías que haber visto sus caritas.

En ese momento nos sonó el teléfono a los dos, fuimos hacia nuestras respectivas mesillas para mirar quien era.

Ana y Pablo:
-Mi madre.

(Conversación telefónica)
(A sus respectivas madres, Ana a Cristina y Pablo a Sofía, pero hablando a la vez)

A y P: Hola mamá      
C y S: Cariño ¿estáis todos bien?
A y P: Sí, tranquila estamos todos bien.
C y S: ¿Y los niños?
A y P: También, ya están durmiendo.
C y S: Cuidado con los aparatos eléctricos y no enchuféis muchas cosas a la vez.
A y P: No te preocupes, lo tenemos todo controlado, ¿por ahí todo bien?
C y S: Sí aquí estamos bien. Bueno pues nada era para saber si estaba todo correcto.
A y P: Jaja, vale buenas noches.
C y S: Buenas noches, besos para todos.
A y P: Igualmente.

(Fin de la conversación)

Pablo:
-Jajaja se sincronizan hasta para llamar por teléfono.

Ana:
-Deben tener telepatía o algo de eso.

Dejamos los móviles donde estaban y nos acostamos, abrazaditos como nos gustaba a nosotros. En mitad de la noche siento a alguien llorar y gritar.

Daniela:
-Mamii, mamii, papii.... Dice entre sollozos.

Me levanto corriendo y entro en la habitación de los niños donde me encuentro a Daniela sentada y con la cara empapada abrazada a su osito. Me acerco a ella que desde que me ve extiende los brazos, la cojo junto a su osito y mete la cara en mi cuello, el cual me deja mojado por sus lágrimas.

Ana:
-¿Qué pasa mi vida?

Daniela:
-Tengo miedo, mucho miedo. Dice sin para de llorar, cosa que no soporto, ver a mis niños llorar.

Ana:
-Tranquila pequeña, no te va a pasar nada. Yo estoy aquí y me quedaré contigo ¿vale? Dije mientras le acariciaba el pelo.

Ella asintió, le limpié las lágrimas y me la llevé a mi cama. La acosté a mi lado, la tapé y la rodeé con mis brazos. A todo esto ni Diego ni Pablo se habían enterado, mi pequeño había salido a su padre de dormilón, son unas marmotas, pero son mis marmotas y los adoro.

Un paso detrás de ti [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora