Un paso detrás de ti [TERMINADA]

Capítulo 84

Diego se volvió a quedar dormido. Lo puse en la cunita y me senté al lado de Ana. Unos minutos después me fijé que Ana se estaba quedando dormida con la niña en brazos, que también estaba a punto de dormirse.

Pablo (susurrando):
-Princesa...

Ana:
-Dime. Dijo con los ojos medio cerrados.

Pablo:
-Duérmete un rato, te estás cayendo de sueño.

Ana:
-Estoy bien. Además dentro de un rato hay que darle el biberón a los peques.

Pablo:
-Cuando sea la hora yo te aviso. No va a pasar nada, yo voy a estar aquí.

Ana:
-Vaale.

Cogí a la niña y en apenas un minuto Ana ya se había dormido. Me senté en la silla y mecí a la nila suavemente. Unos minutos después, cuando la niña seguía despierta, llegó la familia. Y me quedé sorprendido al ver que mi familia también estaba allí. Me levanté con la niña en brazos y me dirigí hacia ellos, se habían quedado en el pasillo, menos mal que la habitación era grande y cabían todos. Se les caía la baba con la niña.

(Susurrando)

Pablo:
-¿Qué hacéis aquí? ¿No estábais en Málaga?

Sofía:
-Eso era una pequeña mentira. Como se suponía que estos días Anita salía de cuentas pues nos quedamos en casa de la familia de Ana para venir todos juntos.

Cristina:
-¿Cómo ha ido todo?

Pablo:
-Genial, como era de esperar. Diego está durmiendo y a Ana la tuve que obligar un poco porque se estaba quedando dormida con la niña en brazos.

Tamára:
-Entre el parto y todas las emociones vividas tiene que estar agotada.

Belén:
-Oye cuñado ¿me dejas coger a la niña?

Pablo:
-Claro.

Mientras que algunos se quedaron con la niña los demás fueron a ver al niño y a Ana. Un rato después vino una enfermera con dos biberones preparados.

Pablo:
-Princesa... despierta.

En ese momento los niños empezaron a llorar y Ana se levantó sobresaltada.

Ana:
-¿Qué pasa?

Pablo:
-Nada, tranquila. Solo es que tienen ganas de comer. La enfermera nos ha traído los biberones.

Ana:
-Que susto!

Estaba tan distrída que ni siquiera se había dado cuenta de que nuestra familia estaba allí.

Pablo:
-¿No saludas? Dije señalando a los demás.

Ana:
-Ay lo siento, no me había dado cuenta de que habíais llegado.

Carmen:
-Tranquila Anita, es normal.

Ana:
-Oye mi amor ¿me das al niño?

Ella le dio de comer a Diego y yo a Daniela. Un rato después mi familia se fue porque tenían que irse a Málaga a buscar a mis sobrinos, los habían dejado con sus amigas para estar más tranquilos y después ya los llevarían a casa a ver a los niños.