Un paso detrás de ti [TERMINADA]

Capítulo 81

Narrado por Ana

Me despierto en una habitación con muy poca luz. Hay una ventana tapada casi entera. Estoy atada de pies y manos en una silla. En la habitación solo hay dos sillas y una pequeña mesa. Intento desatarme pero es imposible. De repente se abre la puerta y entra un hombre con la cara tapada. Se acerca a mí y me acaricia la cara.

Secuestrador:
-Sabía que nos volveríamos a ver.

Enseguida reconocí esa voz.

Ana:
-¿Hugo?

Se quitó el pasamontañas y pude confirmar que era él.

Hugo:
-Hola preciosa.

Ana:
-¿Por qué haces esto? ¿Por qué no quieres que sea feliz? ¿Qué te he hecho para que me hagas esto?

Hugo:
-¿Que qué me has hecho? Me dejaste!! Y te has ido con ese gilipollas.

Ana:
-No es ningún gilipollas. Y te dejé porque no me hacías caso, salías todas las noches, volvías borracho y solo te interesaba el sexo. Ahora soy feliz, Pablo me quiere y yo soy feliz con él. No he sido más feliz en toda mi vida.

Hugo:
-Pues ya estoy yo aquí para encargarme de que no vuelvas con él.

Ana:
-No!! Suéltame!! Dije mientras me movía.

Me pegó un guantazo y me dejó allí llorando.

Narrado por Pablo

Hace cuatro días que pasó lo de Ana. Estamos todos aterrados. No queremos que le pase nada, ni a ella ni al bebé. Si les pasa algo me muero. No puedo vivir sin ella. Los secuestradores no han mandado ningún mensaje más a parte del que mandaron hace dos días. Sospechamos de Hugo y Carolina, pero todo puede pasar. Yo estoy desesperado, todos lo estamos. Apenas comemos, yo me paso el día en la cama. Y he llorado algunas veces. Todos los días rezo para que vuelva sana y salva. Quiero tenerla entre mis brazos y besarla. Acariciar su barriga y sentir ese escalofrío que recorre mi cuerpo cada vez paso la mano por su vientre.

Narrado por Ana.

Estoy desesperada, destrozada y desanimada. Sabía que Hugo y Carolina eran malas personas pero no me esperaba esto, aunque viniendo de ellos todo es posible. Por suerte me dan algo de comer, pero no es mucho. Lo único que me dan es agua y pan. Estoy débil aterrada. No quiero que mala alimentación afecte al bebé. Espero salir pronto de aquí porque siento que no voy a aguantar mucho más. Cada vez que uno de ellos entra en la habitación salgo peor de lo que estaba. Me dan guantazos, puñetazos, patadas. Menos mal que en la barriga no me han dado mucho, menos mal que no se me ha escapado lo del embarazo. Si se lo hubiera contado estoy segurísima de que ya me hubieran rajado en la barriga. Lo peor es que Hugo siempre viene con un cuchillo en la mano. Cada vez que entra él me aterrorizo más todavía. Cada vez que entra con el cuchillo me raja en los brazos o las piernas. El dolor es insoportable. Tanto el físico como el sentimental. En medio de mis llantos vuelve a entrar Hugo con la comida y el cuchillo. Me desata para poder comer e ir al baño y enseguida me vuelve a atar. Después de acariciarme y darme besos suciamente me vuelve a rajar. Esta vez lo hace en el hombro y me hace una pequeña en la barbilla. Yo me muero de dolor y después entra Carolina y se quedan observándome mientras me desmorono. Cogen la bandeja y se van. Parece que tengo suerte, se dejaron el cuchillo en la mesilla. Me arrastro junto con la silla intentado no hacer ruido para no vuelvan a entrar. Después de maniobrar un rato he conseguido cortar la cuerda que ata mis manos. Me he rajado todas las manos pero lo he conseguido. Después corto la cuerda de los pies y abro los cajones de la mesilla. Encuentro un móvil, veo el mensaje que gan mandado, seguramente a Pablo. Le mando un mensaje porque si le llamo pueden oírme.