Capítulo 9

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Llegamos a Barcelona y estuvimos un rato en la puerta del hotel despidiéndonos cuidadosamente para que nadie nos viera.

Llegué a mi habitación y enseguida salí para reunirme con mis compañeros. Esta vez quedamos en la habitación de Ruth. Toqué la puerta y Ruth me abrió.

Ruth:
-Hola Anita!!

Ana:
-Hola Ruth!! ¿Qué tal?

Ruth:
-Aquí esperando a que llegue la gente.

Ana:
-¿Soy la primera en llegar?

Ruth:
-No, eres la segunda. Pablo ha llegado antes que tú.

Ana:
-A vale. Jeje. Hola Pablo.

Pablo:
-Hola.

Al cabo de unos minutos llegaron todos.

Pablo y yo no parábamos de lanzarnos miradas, guiños, sonrisas e incluso algún que otro beso. La reunión se me hizo larga ya que no podía besarlo ni abrazarlo. La reunión se terminó y todo el mundo se fue. Todo el mundo menos Silvia, que junto con Ruth no nos dejaron salir de la habitación, ni a mí ni a Pablo.

Ana:
-¿Por qué no nos dejáis salir?

Pablo:
-Eso. Que yo estoy cansado y me quería acostar ya.

Silvia:
-¿Y a qué habitación te ibas a ir ahora?

Pablo:
-Pues a la mía.

Ruth:
-Chicos, si queréis que lo vuestro no se sepa, disimulad.

Ana:
-¿Pero qué dices? Nosotros no estamos juntos.

Silvia:
-No somos tontas. Y además en la reunión no parábais de miraros, guiñaros el ojo, madaros besos, soreíros.... No hace falta que lo ocultéis.

Pablo y Ana:
-Vaale. Estamos juntos

Ruth:
-Enhorabuena chicos me alegro muchísimo por vosotros!!

Silvia:
-Yo también!! ¿Desde cuándo lleváis juntos?

Pablo:
-Desde el lunes.

Silvia:
-¿Ya os habéis presentado ante vuestras familias?

Pablo:
-Pues...

Ana:
-Bueno basta ya de preguntas. Cotillas. Yo me voy a mi habitación y tú te vienes conmigo. Dije mientras le tiraba de la camiseta.
-Buenas noches chicas. Y cerré la puerta.

Pablo entró a la habitación con la mano en la espalda y cara de dolorido.

Ana:
-¿Qué te pasa?

Pablo:
-Me duele la espalda. Pero se me pasa enseguida.

Ana:
-Ven que te doy un masaje.

Pablo:
-No, da igual.

Ana:
-Que sí, anda ven.

Pablo:
-Bueno vale, ya que insistes.

Narrado por Pablo

Me acosté boca abajo en la cama y Ana se sentó encima mía y empezó con el masaje. Era relajante y me encantaba el tacto de sus manos en mi cuerpo. Notaba como el dolor desaparecía y era tal la relajación, que me quedé dormido.

Un paso detrás de ti [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora