Capítulo 101

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Cuando me despierto Pablo sigue durmiendo así que decido darle besos en el cuello para despertarlo. Minutos después me quedo mirándolo y veo como abre un ojo y lo vuelve a cerrar.

Ana:
-¡Sabía que estabas despierto!

Pablo:
-Ummm.... pero no pares ahora.

Ana:
-¿Te estabas haciendo el dirmido?

Pablo:
-Es que me encanta despertarme con tus besos. Y mira que estampa tengo ahora mismo delante de mí, si vieras lo que yo estoy viendo.... te aseguro que no he visto nada mejor en mi vida. La mujer que amo desnuda ante mi mirada.

Ante esa respuesta le beso apasionadamente y acabamos haciéndolo. Después de desayunar fuimos a dar un paseo por la avenida. En varias ocasiones noté a Pablo pensativo y nervioso. Nos sentamos en un banco contemplando la playa llena de gente. Niños jugando, gente en el agua, familias comiendo..... Apoyo la cabeza en el hombro de mi chico y le agarro la mano.

Ana:
-¿Amor qué te pasa? Te veo raro hoy, más pensativo de lo normal.

Pablo:
-No me pasa nada princesa, estoy perfectamente.

Ana:
-¿Seguro? ¿Hay algo que te preocupe y me quieras contar?

Pablo:
-Seguro, no hay nada nuevo que contar.

Ana:
-Si tú lo dices...

Pablo:
-¿Vamos a comer?

Ana:
-Sí, vamos.

Después de comer volvimos a casa y nos pusimos a ver la tele en el sillón. En un momento dado a Pablo le llega un mensaje y se levanta rápidamente.

Ana:
-¿A dónde vas? ¿Ha pasado algo?

Pablo:
-No no, es que.... me tengo que ir. Dice poniéndose los zapatos.

Ana:
-Pero ¿a dónde?

Pablo:
-Pues.... a casa de Kevin, que.... necesita hablar conmigo.

Ana:
-Ah, vale. Digo sin creérme del todo lo que ha dicho.

Como veo que han pasado más de dos horas y no tengo señales de vida de Pablo decido llamar a Kevin.

(Conversación telefónica)

Kevin: Hombre Anita! Qué sorpresa! ¿A qué debo tu llamada?
Ana: Hola Kevin! Pues nada, que como mi chico no me manda ni un triste mensaje he tenido que llamarte, ¿ya habéis hablado o que teníais que hablar?
Kevin: Perdona que te diga Anita pero no hablo con Pablo desde hace semanas.
Ana: ¿Me lo estás diciendo en serio?
Kevin: Completamente en serio.
Ana: Ah! Calla, calla, que me he confundido. Es que últimamente estoy de despistada...
Kevin: Jajajaja, ay Anita, qué cabeza! Pues nada espero que esté todo bien por ahí, recuerdos a Pablito y besos para los peques, a ver cuando nos vemos.
Ana: Cuando quieras quedamos los cuatro, o los siete y llevamos a los nenes para que jueguen.
Kevin: Claro que sí, si se llevan genial.
Ana: Recuerdos a tu chica.

(Fin de la conversación)

Así que me ha mentido. Si no está con Kevin, ¿dónde está? Llamo a casa de sus padres y así de paso pregunto por los niños pero me dicen que no saben nada de él. No me contesta ni a los mensajes ni a las llamadas. No sé que hacer.

Un rato después siento que alguien abre la puerta. Salgo del baño corriendo y me lo encuentro subiendo las escaleras. Espero a que termine de subir y antes de que me diga nada le interrumpo.

Ana:
-¿Se puede saber dónde estabas?

Pablo:
-Pues con Kevin, como te he dicho antes.

Ana:
-Pablo he llamado a Kevin y casa de tus padres y ninguno sabían donde estabas, ¿amor pasa algo? ¿a qué se debe tanto misterio?

Pablo:
-De verdad que no es nada princesa. Dice acariciándome la cara.

Ana:
-Está bien, te creo. Pero sólo porque te quiero.

Pablo:
-Y yo a ti preciosa. Anda vamos a ducharnos que se nos hace tarde.

Ana:
-Es verdad, que tenemos que ir a buscar a los niños.

Pablo:
-Sí sí, eso.

Después de la ducha nos vestimos. Yo me pongo la ropa que me indica Pablo, en la incluye un biquini. Y él se pone ropa elegante y un bañador. No entiendo nada pero aún así le hago caso. Cuando llevamos un par de minutos en el coche veo que coge un camino diferente al de casa de sus padres.

Ana:
-¿Qué haces? Este no es el camino.

Pablo:
-Sí que es.

Ana:
-Por aquí no se va a casa de tus padres.

Pablo:
-¿Y quién ha dicho que vamos a casa de mis padres?

Ana:
-Pablo tenemos que recoger a los niños.

Pablo:
-Cariño relájate, está todo controlado.

Pocos minutos después estábamis en la playa. Estaba completamente vacía pero en mitad de la arena me quedo mirando sorprendida hacia un punto fijo.

 Estaba completamente vacía pero en mitad de la arena me quedo mirando sorprendida hacia un punto fijo

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Ana:
-¿Y esto?

Pablo:
-¿Te gusta?

Ana:
-Me encanta, ¿de dónde lo has sacado?

Pablo:
-Tengo mis trucos. ¿Nos sentamos?

Ana:
-Claro.

Cenamos entre risas y mimos, como viene siendo todas las noches desde que estoy con él. Después de comer me senté en la cama y me quedé comtemplando el mar. En ese momento Pablo se sienta a mi lado y me coge las manos.

Pablo:
-Princesa, creo que ha llegado el momento de dar un paso más en esta relación. Ya hemos dado uno muy grande que nos ha dado dos hijos maravillosos, pero no me basta con eso. Quiero más, quiero que estemos unidos del todo.

Dicho esto se pone de rodillas y saca una caja del bolsillo. La abre dejando al descubierto el anillo que hay dentro.

Pablo:
-Ana Morgade Pérez ¿quieres hacerme el hombre más feliz del mundo casándote conmigo?

Un paso detrás de ti [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora