Capitulo 7: los designios del corazón

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-Narra Pablo-

Veo como Adriana cierra la puerta de la casa y pongo rumbo a la mía. Miro al cielo y este está totalmente estrellado, la conversación me ha devuelto algo que había perdido hace muchísimo tiempo, la confianza en el destino, en que hay veces que si las cosas pasan, pasan por algo y lo más seguro es que siempre es para bien. No sé que tiene Adriana pero estar sentado a su lado, hablar y dejar entrever lo que sentimos, los miedos que nos invaden, aunque no tenga que ver nada con nosotros y sobre todo que sus miedos no son los míos y menos que nos los hayamos provocado el uno al otro. Eso sí, tengo que aceptar que nuestra primera vez, cuando la traté de aquella manera todo por los efectos del alcohol, fue nefasta y tal y como le he dicho, me arrepiento lo más grande. Así pensando en todo lo vivido en menos de un día me dejo llevar por los brazos de morfeo.

Abro los ojos y entra todo el sol de pleno por la ventana, de nuevo se me olvidó bajar las persianas, me levanto, me visto y salgo a desayunar. En la cafetería de la urbanización me atiende una muchacha que esconde algo, cosa que me pone nervioso porque es como si conociera algo de mí que ni yo mismo sé. Tomo mi desayuno tranquilamente y en mi libreta apunto algunas notas de lo vivido en estos días, lo mismo con alguna melodía se torna en canción. Al salir el sol brilla de una forma nunca vista, ahora entiendo el porqué de la canción que dice que Sevilla tiene un color especial. Sin pensarlo pongo rumbo casa de Adriana, quizás pueda ser porque me he metido en una calle que no sé a dónde da y salgo frente su casa.

No me da tiempo llamar al timbre cuando abre la puerta y se queda petrificada al verme, la noto extraña, como cabizbaja, cruzamos unas palabras y sin verlo venir se lanza a abrazarme. Al principio no sé reaccionar pero segundos más tardes aprieto mis manos contra su espalda dándole todo el cariño que creo que necesita.

Su padre hace que nos separemos y que por unos intantes nuestras narices se rocen y nos quedemos a centrimetros, esto me hace recordar lo que intenté por mi estado de embriagez y me separo de ella al mismo tiempo que pongo rumbo a otro lugar, camino que será interrumpido por ella.

Corremos por las calles de la reserva hasta llegar al coche, antes de eso nos paramos en la cafetería a comprar ese desayuno que ella había prometido y por lo que veo, la muchacha de antes y ella son buenas amigas. Ahora si que vamos dirección el colegio.

-Pablo: ¿te noto pensativa, que te pasa?

-Adriana: nada, que nadie entiende que los designios del corazón no se eligen si no que ellos mismos deciden invadirnos un día y hacer que todo gire

-Pablo: los designios del corazón, eso me gusta- digo riéndome- venga ahora cuéntame, a lo mejor te puedo ayudar

-Adriana: simplemente que cuando el amor llega no entiende de edades ni vínculos, llega y es como un tornado que arrasa con todo

-Pablo: con solo ver a la persona a la que quieres sonreir, oler su perfume o escuchar el sonido de las llaves todo cambia

-Adriana: pero cuando ese amor es prohibido duele y sangra

-Palo: y aunque no sea prohibido también, sobre todo cuando te usan

-Adriana: ¿por qué dices eso?

-Pablo: nada, dejémoslo y ahora corre entra y ve a por tus notas, te espero aquí.

-Adriana; después me lo tienes que contar

-Pablo: si tu haces lo mismo

-Adriana: trato hecho- dice con una gran sonrisa-

-Pablo: venga corre, no esperes más- digo empujándola del asiento para que salga del coche-

-Adriana: ¿y si no han salido como esperaba?

-Pablo: vas a salir y enfrentarte a lo que desde ahora será tu mundo, este que dejas atrás ya no lo vas a volver a recuperar, es el pasado. Así que venga y comete el mundo- digo haciendo un gesto un tanto sobrado-

Su sonrisa vuelve a salir a la misma vez que me mira con los ojos brillantes y como si de un acto reflejo se tratara me da un beso que tras separarnos hace que la comisura de nuestros labios se rocen y sus mejillas se sonrojen.
¿Que será esto que ha pasado ya dos veces? ¿el inicio de algo?
Miles de preguntas rondan mi cabeza a la vez que la veo marchar hacia dentro del colegio

El baile del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora