El baile del destino

Capítulo 24: Una noche especial

-Narra Pablo-

Esta mañana me he levantado demasiado tarde, cerca de la una y pues como que no era hora de salir a correr con toda la calor, así que opto por quedarme en mi habitación y jugar con Terral. Antes de eso bajo a por algo de comer y me veo todo el traqueteo de las maletas, mis padres y mis hermanos se van una semana al norte, a un pueblo mediaval para estar en contacto con la historia y la naturaleza, Sos del rey católico, creo que se llama. Estaremos una semana con la casa para nosotros solos le digo a terral que no para de andar por mi barriga e intenta robarme el tarro de galletas que me he subido de la cocina.

Cariño nos vamos, grita mi madre desde abajo. Dejo el tarro encima de la cama y de un salto como quien dice me planto en el salón, Me despido de todos y cada uno de ellos y les pido sobre todo, que tengan cuidado por el camino. La pequeña se ha agarrado a mi como si fuera un koala rodeando mi cuello con sus brazos y agarrada a la cintura con sus piernas, eso sí su oso robbin no lo suelta por nada del mundo

-Sofia: tito prometeme que no vas a dejar de quererme esta semana

-Pablo: ¿Te he dejado yo de querer alguna vez?

-Sofia: No, pero ahora te quedas solo en casa y la bruja sigue aquí -dice bajito-

-Pablo: pero ella ya no me puede hacer daño porque mi corazón pertenece a otra persona... a ti -digo haciéndole cosquillas en la barriga y ella rie a carcajada limpia-

-Sofía: te quiero tito Pa -dice dándome un fuerte abrazo acompañado de un beso-

-Pablo: y yo a ti pequeñaja, hazle caso a mamá, papá, a los abuelos y a los titos
La pequeña asiente y salen de casa, veo como se marchan hasta que recuerdo que he dejado mis galletas en la cama y aTerral con ellas, cierro la puerta y subo corriendo. Terral era mi desayuno, le digo mirando que me ha puesto toda la cama llega de migas y se ha comido todas las galletas. Me echo con él en la cama y empezamos a jugar, él se sube encima y con sus patorras me aplasta, tira mi pijama al suelo, las sábanas y nos peleamos por la pelota hasta que unas voces y risas hacen que mire por la ventana y la vea a ella ¿Adri, eres tú?

Tras una de nuestras típicas conversaciones de piques y de yo siempre gano, no me subestimes cortada por las chicas me tumbo en la cama y no puedo ser más feliz. Una semana solo en casa y encima ella de vecina ¿Pueden ir las cosas mejor? En ese momento caigo en la idea de que al estar recién llegadas no tendrán nada para cenar ni lugar a donde ir así que me pongo las calzonas de deporte, la camiseta y los botines: esta noche salimos todos.

A LAS 9 DE LA NOCHE

Son las 9 y las chicas están en la puerta totalmente arregladas tal y como les dije y peinadas que parecieran recién salidas de la peluquería. Adriana lleva ese vestido largo rojo cortado en la cintura y con la espalda al descubierto que tanto me gusta y eso que sólo se lo he visto en la foto de su graduación, dado que fue el que llevó. Sencillo y elegante con un toque sexy por el color y la espalda

-Pablo: estás guapísima -digo acercándome a ella y besándola-

-Adriana: tú también -dice quitandome los restos de gloss que han quedado del beso en mis labios- ese traje azul te queda...

-Pablo: ¿podéis bajar andando con los tacones? Tenemos al resto del grupo calles más abajo

-Lis: claro Pablo, ¿no nos estarás subestimando no?

En ese momento Adriana y Yo nos miramos y nos empezamos a reir

-Pablo: Amigas teníais que ser...señorita ¿me concede su brazo?-digo poniéndole a Adri el brazo para que agarre-

-Adriana: será un honor

Bajamos hasta la entrada en dónde nos esperan Álex, Aitor, Lucas, Jorge y David. Los presento y ponemos rumbo a un sito que sé que va a encantar a la pequeña porque reúne todo lo que a ella le gusta, el mar, las vistas y lo elegante. Su reacción al llegar lo dice todo

-Pablo: no digas nada, tan solo disfruta -digo dándole la mano-

Parece una broma pero nos hemos sentados todos en modo parejas, Aitor con Lis, David con Paula, Ivan con Amaia, Lucas con Sara y Jorge con Mar. La cena pasa entre risas y narraciones de momentos vividos tanto nosotros por una parte como ellas por otro, es gracioso porque mis amigos trabajan conmigo, son la seguidad que junto con Rafa están en las vallas y ellas en pista cuentan anécdotas muy parecidas y al final estamos todos juntos.

Hay un momento en el que a Adri le da el bajón, en la radio ha salido Y si fuera Ella de Bisbal y puedo notar en su mirada que esa canción no le trae buenos recuerdos, pedimos la cuenta y ahora nos trasladamos a un pub en la playa, cerca de un escondite que quiero enseñarle a Adri para tomarnos unas copas.
Esta gente andan más rápido, van riéndose y nosotros vamos detrás, cogidos de la mano, disfrutando de las vistas y hablando, Adri estaba muy callada desde ese momento, desde la canción y le pregunto qué le ocurre, ella me lo cuenta y hago que apoye la cabeza en mi hombro, rodeando mi cintura y yo la suya No va a pasar nada, estoy contigo.

Esta gente no paran de bailar, nosotros nos hemos dado el lote también pero digamos que sabemos parar, nos volvemos a sentar y nos pedimos un cóctel, afrutado fresquito y por supuesto sin alcohol porque Adri no bebe y yo pues tampoco es algo que me guste mucho, nos lo tomamos viendo el mar, que está en movimiento, con el oleaje no muy alto, pero iluminado por los focos de colores del recinto

-Adriana:Te has preguntado alguna vez hasta dónde llega la inmensidad del mar y de a cuantas personas, parejas, niños y animales ha visto? Y sin embargo sigue ahí, como si nada

No contesto, tan solo dejo mi copa ya acabada en la mesa, me levanto y Adri hace lo mismo, le hago una señal a Lucas que es el que está en la barra con Sara pidiendo algo de beber, y él lo entiende perfectamente, entonces extiendo mi mano para que Adri se agarre, la atraigo hacia mi y la abrazo

-Pablo: ven, te quiero enseñar una cosa.