Capítulo 35: Un vacío en mi interior

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-Narra Adriana-

No sé donde me llevará el conducir sin rumbo fijo, por la pena todos los caminos me resultan iguales y no soy capaz de distinguir exactamente al sitio que voy a salir. Como he salido de casa con lo primero que he pillado posiblemente mi deposito no me dé para llegar a cualquier sitio poblado que no sea en mitad de la autovía y ni si quiera sé si llevo dinero... La pena que tengo me está consumiendo por dentro y por fuera y pareciera que el mundo conspirara en mi contra pues todas y cada una de las canciones que están en la radio son o tienen que ver con mi infancia o con momentos vividos con Hugo, eso hace que no pueda dejar de llorar e incluso hay veces en las que rio al recordarlo pero el dolor es tan profundo que no encuentro solución para él porque a pesar de no ser nada, lo seguía queriendo y ahora el amor de mi vida murió y con él se ha llevado una parte muy importante de mi y para colmo, en la radio suena Esta ausencia ¿Puede salirme algo peor? cuando me doy cuenta he llegado a Benalmádena, son las dos de la mañana, ¿Qué hago aquí? seco mis ojos y poco a poco voy frenando en el semáforo, cerca de este veo a Pablo con una chavala y los chicos con los que también está Sara, parece que al final se decidió a venirse para pasar unos días con Lucas tras semanas sin verse, miro para ver si hay sitio para aparcar y efectivamente sí, necesito uno de esos abrazos que Pablo sabe darme, el semáforo se pone en verde y reanudo la marcha pero cuando voy a encender el intermitente veo como la besa, me quedo mirando y sigo hasta pararme en el siguiente semáforo, por el espejo veo como se separan, Pablo mira para donde estoy como si presintiera algo, me escondo, deslizándome un poco hacia abajo en mi asiento, pero él sabe que soy yo, se va acercando cuando el semáforo se pone en verde y yo salgo disparada, tras esto ya no me queda nada por lo que luchar.

acabo llegando a ese lugar en el que tantos recuerdos tengo, ese día de picnic en la cascada con Pablo... fue todo tan bonito... cojo el móvil y veo casi 10 llamadas perdidas suyas, abro whatsapp y le escribo un mensaje que expresa tal y como me siento, Ha sido muy bonito compartir una parte de mi vida contigo, ha sido muy bonito quererte y sentirme querida, sólo espero que esta nueva vida que tras mi marcha empiezas te vaya genial... pues aquí, en este lugar en dónde el agua cae sin cesar me despido de ti y mi vida, ya sin sentido alguno,acaba. te quiero y sobre todo no te sientas culpable de nada, sólo es que mi misión llegó, pasó y ahora mi vida se consume por segundos. Dudo si enviárselo pero al final lo hago, veo cómo está en línea y al instant ve el mensaje, Sara por otro lado me llama y yo le cuelgo, no quiero hablar con ella, tan sólo quiero terminar con todo para siempre. salgo del coche y me pongo a andar rumbo al nacimiento de la cascada, a ese lugar donde cuando caiga al vacío todo habrá acabado.

De repente todo se vuelve frio, mis manos se van helando poco a poco, mis mejillas se congelan, no puedo seguir llorando porque no tengo más lagrimas que verter, mis piernas se tambalean y observo como el agua cae sin importarle a donde va, sin que nadie la lastime ni siente el dolor y vacío que yo ahora mismo siento, me siento en el borde con los pies para la inmensidad de la cascada, el silencio me grita que se todo se acabó porque nada volverá a ser lo de antes, pienso en Hugo y vuelvo a llorar, necesito sacar lo que llevo dentro y grito tan fuerte que hace eco, me incorporo,unas últimas lagrimas salen de mi y se pierden en la inmensidad de la cascada, cada vez estoy más al filo, me quito mi cadenita y la dejo caer al suelo, un último suspiro y aquí acaba todo, estoy cansada de luchar

-Pablo: ADRIANA, ADRIANAAA! NO, NO ADRIANA NO LO HAGAS- le escucho gritar tras de mi consiguiendo agarrarme antes de caer y dejarme llevar-

-Pablo: pequeña, dios mio, creí que te tirabas al vacio, que te perdia para siempre

-Adriana: eso es lo que querría, perderme para siempre

-Pablo: ¿en qué pensabas?

-Adriana: en desaparecer, acabar con todo, ya no me queda nada

-Pablo: adri, lo de antes...

-Adriana: Da igual-digo llorando- ya no tengo nada por lo que luchar

-Pablo: ¿por dios en que pensabas?

-Adriana: Hugo a muerto y tu tienes a otra, mi vida se desmorona sin que pueda hacer nada

-Pablo: ¿Hugo muerto? ¿Yo a otra?

-Adriana: no necesito que te compadezcas de mi- digo secándome las lágrimas e incorporándome- ¿estamos en tu casa?

-Pablo: sí, los chicos se volvieron en mi coche y yo te traje con el tuyo

-Adriana: mi cadena-digo palpándome el cuello-

-Pablo: creo que esto le pertenece señorita-dice enseñándome la cadena-

-Adriana: Gracias

-Pablo: con respecto a lo de ayer, te juro que no lo vi venir, malinterpretó la situación, puede que a mi se me trastocaran los pensamientos cuando la volví a ver pero te juro que te quiero a ti

-Adriana: Tengo algo que contarte, creo que te mereces una explicación

-Pablo: pero antes déjame que te abrace

A eso acepto pues es lo que más necesito ahora mismo, un abrazo de los suyos que me hagan sentir tranquilidad, que me refugien, esos abrazos que me da Jota y que ahora no puedo tener

-Pablo: Tu tía te llamó antes y como estabas dormida hablé con ella, no le he contado nada, le he dicho que te encontré sentada en la orilla de la playa

-Adriana: Gracias y ahora Pablo, dejame decirte algo porque no he sido del todo sincera y creo que te mereces una explicación.-cojo aire-

Pablo, Hugo y yo...

El baile del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora