Capítulo 25: Me falta el aire

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-Narra Adriana-

Pablo nos recoge en la puerta de manera puntual, como hace siempre y nos presenta a sus amigos entre los cuales está Lucas, el chaval de la puerta que tanto le ha gustado a Sara y como era de esperar estos dos acaban la noche en modo pareja. He de decir que no sé porqué extraña razón nos hemos sentado todos en parejitas, uno en frente del otro, al final de nuestra estancia aquí auguro que alguna pareja más saldrá. Pablo se ríe cuando de camino al pub se lo cuento, pero es verdad, tengo ese sentimiento. A parte de eso me pregunta sobre el porqué de mi cambio al escuchar esa canción que tantos recuerdos me trae y no tengo otra cosa que contestarselo Era nuestra canción pero no quiero hablar de eso y cuando llegamos al pub nos disponemos a bailar, la verdad es que yo no soy de bailar, es más digamos que un poco aritmica sí que soy, pero me da igual, vamos a pasar un rato de risas todos juntos.
Cuando nos sentamos para tomarnos el cóctel y nos lo acabamos se levanta, me extiende su mano y hace que le acompañe a no se dónde, dejándole el aviso a los chicos

-Pablo: te voy a enseñar especial

-Adriana: ¿pero existe algo más especial que tú?

-Pablo: claro, tú eres más especial -dice pasando de tener mi mano cogida a agarrarme la cintura-

-Adriana: deja de acariciarme la cintura y hacerme cosquillas por la espalda, se me está erizando la piel

-Pablo: eso no es malo -dice mordiendose el labio inferior-

-Adriana: estás tonto- digo dándole un pequeño empujón-

-Pablo: cierra los ojos

-Adriana; no me fio de ti

En ese momento me para, se pone en frente de mi y agarra mis dos manos

-Pablo: confia

Me dejo llevar y cierro los ojos, no pasa absolutamente nada, tan solo noto la brisa moviendo el vestido y mi pelo y oigo a Pablo hablarme

-Pablo: no abras los ojos, imaginate que estás en un lugar mágico para ti, en donde las preocupaciones desaparecen, respira hondo, siente el aire acariciar tu piel, besando tu cuello, jugando con tu pelo... a tu alrededor no hay nada que te moleste, tan solo las personas que te quieren, lo malo no existe, extiendes tus brazos y comienzas a reír, escuchas las voces de los niños al reir o el silencio de la naturaleza, se respira aire puro, siente como uno brazos rodean tu cintura y te dan un abrazo por la espalda, tú te aferras a eso y haces que la persona esté a tu lado, dándote fuerte la mano, acompañadote para que puedas volar.

Todo lo que Pablo me va diciendo se recrea en mi cabeza hasta el punto de dejarme llevar por ello y sentir verdaderamente lo que él me dice, sin embargo ahora calla, noto como sus manos acarician mi cara y ponen esos mechones que el aire mueve tras la oreja, noto su respiración a centímetros de mi, apoya su frente en la mia, puedo notar sus labios muy cerca, con la mano que no está jugando con mi cabello me atrae a él dejame que vuelva acariciar tu pelo, dejame que funda tu pecho en mi pecho, volveré a pintar de colores el cielo, haré que olvides de una vez el mundo entero y en ese momento nos fundimos en un cálido y exhausto beso

-Pablo: ¿confias ahora?

-Adriana: siempre lo he hecho -digo dándole otro beso-

-Pablo: pues ahora mira tras de ti

Me doy la vuelta y estamos en una preciosa cala iluminada por focos de luz en la propia roca que iluminan y hacen la figura en el mar. Suelto los zapatos al lado de una de las rocas y me subo el vestido para no pisarlo, mojo mis pies en el agua y noto a Pablo a mi lado, agarrando mi cintura y acariciando mi espalda

-Pablo: este es mi sitio, aquí me escapo cada vez que puedo y nadie me encuentra, aquí reflexiono y encuentro la paz que necesito... este fue mi refugio cuando, bueno da igual -Dice garraspeando para que no se le note el nudo en la garganta-

-Adriana: pues es precioso y con respecto a lo otro muy tonta es para hacer lo que te hizo- digo atrayendolo hasta la roca-

Ambos nos sentamos, Pablo hace que me siente sobre él apoyando mi cabeza en su hombro y juegue con sus rizos, estamos en completo silencio pero no necesitamos hablar para saber que estamos bien, que lo pasado en el recuerdo queda, ahora somos presente y nada podrá cambiarlo

-Adriana: Pablo, quiero decirte que Nadie va a impedir que te quiera, que te cuide, que te mime porque contigo soy como una niña pequeña, no existen las preocupaciones, tan solo quiero hacerte feliz

-Pablo: te quiero más que a mi vida y lo sabes, siempre vas a ser mia, siempre buscaré abrigo en ti porque eres esa isla en la que me refugio, y juntos somos como el océano, inmensos, porque sé que quiero llegar de tu mano a los rincones que siempre soñe

Acabamos abrazados y sin ganas de separanos, Pablo me da besos por el cuello sabiendo que eso es mi perdición y poco a poco nos tumbamos el la arena, uno sobre el otro, apoyo mi cabeza sobre su pecho y él juega con mi pelo... me quedaría así para siempre pero es hora de volver a casa.

Cuando llegamos a casa las chicas se despiden de sus nuevos amigos y Pablo y yo nos quedamos en la puerta con las manos cogidas y mirándonos fijamente, en completo silencio. Un hilo de aire recorre mi espalda y hace que me estremezca, Pablo sonríe y yo no lo puedo evitar

-Pablo: gracias -dice abriendo los brazos y abrazándome-

-Adriana: por nada tonto-digo dandole un beso en el cuello-

Esos besos al final acaban en un juego de niños recorriendo toda la cara

-Pablo: cuando lo necesites silba.

Entro en casa y cierro la puerta, me apoyo tras ella y sonrió, las chicas me miran con una cara que ya conozco No os voy a contar nada, buenas noches y subo corriendo las escaleras, me cambio de ropa, me recojo el pelo, me pongo el pijama y me limpio la cara. Como hace fresco apago el aire y abro la ventana, la brisa hace que me tape y una luz que proviene de la casa de Pablo me desvela, me levanto a por agua y antes de bajar me asomo, veo como Terral está encima de la cama, dando vueltas y dejando todas las huellas en las sábanas, me rio y bajo a por agua.

Cuando vuelvo al cuarto noto algo extraño, la terraza está casi cerrada y yo la dejé abierta... será el aire me digo. Cierro mi puerta del cuarto y alguien me tapa la boca y me agarra por detrás eso hace que no pueda gritar, que tenga la sensación de que no puedo respirar y el vaso caiga al suelo rompiendose en mil pedazos y derramandose el agua

El baile del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora