Capítulo 34: El comienzo y la muerte

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-Narra Pablo-
Hace tres semana que Adriana se fue y todo ha cambiado, parece que lo que ella tanto buscaba lo encontró en el tiempo, su tía le ayuda con la academia de policía puesto que al fin ha convencido a su padre y su abuelo, es más, ahora están trabajando en un caso que la trae de cabeza, no me quiere decir el porqué para no ponerme en peligro dado que puede que hayan pinchado sus teléfonos, pero estoy seguro de que hay algo que me está ocultando y eso tiene que ver con Hugo... por lo demás todo está bien, tan sólo he tenido un acercamiento de nuevo con Claudia, un día me la encontré abatida, llorando y no pude remediar acudir a ella para ver que le ocurria, en el fondo, a pesar de todo el daño que me haya hecho, no puedo verle mal y es lo mismo que le pasa a Adriana con Hugo, entiendo sus idas y venidas, que se preocupe por él y sobre todo que se le rompa el alma al verlo mal y no poder hacer nada. Mi sobrina no entiende porque salgo a dar un paseo con claudia o porque vino el otro día a casa buscándome para darme las gafas de sol que me las dejé en la cafetería, sé que no le cae bien y que la odia pero ¿Qué tiene de malo? Tan sólo somos amigos
Mi hermana y mi madre han hablado conmigo, me han dicho que no vuelva a caer en la misma trampa, que no me ilusione y deje ir a lo que verdaderamente quiero pero ¿Tanto se me está nublando el entendimiento? volviendo al tema Adriana, llevo varios días sin saber de ella, la llamo y me salta el buzón de voz, a whatsapp no se conecta desde el ultimo día que hablamos y eso es hace 4 días, esa ultima vez la note rara, nerviosa y ojalá no sea lo que mi cabeza está imaginando porque estar tanto tiempo trabajando codo con codo con Hugo todo puede ocurrir. miro la hora y son cerca de las 20:30 es hora de vestirme pues he quedado para cenar con los chicos y así no pienso... ¿Qué habrá sido de Adriana?

-Narra Adriana-

llevo tres días arrestada en comisaria como cómplice de la fuga del subinspector Hugo Moreno, mi familia está pendiente de mi en todo momento pero esto se le escapa de las manos mis padres, mis tias y mi abuelo, el caso lo lleva asuntos internos y por más tiempo que me tengan aquí no pienso hablar.

Cuando estoy en la sala de interrogatorios con mi madre, la misma que lleva siendo mi casa desde hace tres días, entra la comandante Garrido con un portátil, hace que mi madre salga de la habitación, se sienta en frente de mi y le da a reproducir

Princesa, ¿recuerdas esto? me la regalaste tú cuando hicimos el mes de estar juntos, supuestamente con ella nunca nos iba a salir nada mal y no nos ha salido... Adriana quiero que sepas que te he querido como nunca pensé que se podía llegar a querer y menos a una niña a la que he visto crecer, con la que he jugado de pequeña, a la que acostaba todas las noches porque si no le daba un beso no era capaz de dormir tranquila, pero estas ultimas semanas te usé, nadie podía sospechar de ti en comisaria, eras el gancho perfecto para sacar información y además sabia que lo harías por ese cariño que aún me sigues teniendo, ya no me sirves y he hecho este video porque no gano nada con que tu estés en la cárcel, no me guardes rencor y por cierto, gracias por esa cura, ya puedo mover el hombro con total normalidad. Adriana sálvate porque yo ya lo he hecho... cuídate princesa y ya sabes, cara, sale bien.

-Adriana; quiero hablar con el juez, quiero declarar, voy a contarlo todo, voy a contar como Hugo me utilizó, me engañó, me usó porque tenia acceso a la información de mi padre y de mi abuelo... espero que le cojan y le encierren mil años, ojalá se pudra en el infierno.

Varias horas más tarde de la declaración la comandante Garrido me pone en libertad, llego a casa y lo primero que hago es darme una ducha bien fría, dejo que el agua recorra todo mi cuerpo, recordando momentos vividos con Hugo y sobre todo los recuerdos de estas ultimas semanas, dado que sé que ya no le voy a ver más, cuando salgo me relio la toalla al pelo y me pongo mi pijama, cojo el móvil, lo enciendo y veo las casi 20 llamadas perdidas de Pablo y un montón de mensajes tanto de las chicas como de él dado que ninguno sabe nada. llamo a Pablo pero ahora es él el que no me coge el teléfono, bajo al salón y dejo mi pelo secar al aire, en ese momento acaba de llegar mi tia Pepa que me recibe con un beso y un fuerte abrazo

-Pepa: has sido muy valiente, Hugo te quería mucho y su mensaje lo demuestra, ha conseguido encontrar la manera de salvarte y salvarse a él aunque para eso debe de dejar su casa y a su familia, nosotros

-Adriana; hay veces que la vida nos pone duras pruebas y esta ha sido una de ellas

-Lola: has sido muy valiente hija mia, muy valiente

-Adriana: pero no llores mamá, que los dos estamos bien

-Pepa: claro que sí, venga vamos a ver algo en la tele-dice volviéndome a abrazar-

Minutos más tardes llegan a casa mi padre y Mariano, están totalmente abatidos y con los ojos rojos de haber llorado, tienen la camisa manchada como de hollín y eso me preocupa. cierran la puerta y me pongo de pie, mi padre me mira y no puede evitarlo, rompe a llorar, colocando su pañuelo en la mano

-Adriana: papá ¿Qué pasa?- mi tia me agarra de los hombros y la veo también con los ojos desencajados y mi madre y mariano... están todos igual, como si algo hubiese pasado- ¿QUÉ PASA?

-Antonio: tesoro, Hugo ha muerto

-Adriana; no, Hugo me ha mandado un video para que declarase, no puede estar muerto-digo con los ojos cuajados de lágrimas y un nudo en la garganta-

-Mariano: lo siento Adri

-Adriana: no, dime que no es cierto papá, dimelo

-Antonio: lo siento-eso hace que me siente en el sofá y me suelte de mi tia, no puede ser verdad lo que me están diciendo- ¿Dónde está? quiero verle

-Pepa: no puedes

-Adriana; ¿Cómo que no puedo? ¿quién me lo va a impedir? ¿la comandante?

-Mariano: no puedes porque... ha saltado por lo aires

-Adriana; ¿Cómo?

-Antonio: alguien debió ponerle una bomba en la furgoneta que cuando han ido a buscarle con el localizador del video que te mandó saltó por los aires en frente de Gonzalo y tu tia pepa

-Adriana; ¿tú le viste?

-Pepa: subirse y estallar la furgo, sin poder hacer nada por él

No soy capaz de asimilar nada de lo que estoy oyendo y viviendo ahora mismo, subo a mi habiación, me pongo lo primero que pillo, cojo las llaves de mi coche y salgo de casa, sin rumbo fijo totalmente abatida, sin ser capaz de dejar de llorar pues Hugo, mi amor de toda la vida, la persona que llenaba mis días de felicidad, con el que he compartido 18 años de vida y estas tres últimas semanas, ha muerto y pareciera que una parte de mi lo ha hecho con él

Hugo Moreno Martín murió el 27 de agosto de 2016

El baile del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora