Capítulo 30: Un accidente

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-Narra Pablo-
Con todo el rollo de velar su sueño al final me he quedado dormido yo también, las patorras de Terral arañando mi abdomen me despiertan y es que la pelota se le ha quedado en el estrecho hueco que queda entre nuestros cuerpos. Cuando se lo doy estiro el brazo y miro la hora, son las ocho de la tarde, ni hemos almorzado ni desayunado, me levanto poniendo su brazo en la almohada intentado que ella no interrumpa su descanso y me me meto en la ducha.
Dejo que el agua recorra mi cuerpo desde la cabeza a los pies, el agua está tibia, cierro mis ojos y miles de recuerdos se me pasan por la cabeza, tengo el cuerpo descompuesto, he tenido un sueño algo extraño, claudia volvía y como consecuencia perdía a Adriana, ella a su vez se alejaba de mi estando con Hugo. Por una extraña circunstancia nuestra relación pasaba a ser un bonito recuerdo y los dos nos amabamos en silencio, una invitación para mi boda, una para la suya, una cascada y la imagen de Adri yacente en el suelo recubierta por la sábana dorada.

De repente unas manos agarran mi espalda y se acurruca en mi cuerpo, me giro y me veo a una Adriana totalmente indefensa pero con una mirada que pocas veces le he visto

-Adriana: ¿qué haces aquí tan solo?

-Pablo: pensar

Adriana: ¿y se puede saber en qué?

-Pablo: pequeña si alguna vez pasara algo no dudes de mi amor por ti y que te seguiré amando siempre, aunque sea en silencio

-Adriana: ¿qué te pasa principeso?

-Pablo: nada, no me eches mucha cuenta, pero ten siempre eso seguro

-Adriana: un mal sueño?

Yo asiento, ella me da una sonrisa y la abrazo, ahora mismo estamos dejándonos empapar por ese agua tibia que antes recorría mi cuerpo en solitario, recorro su espalda con mis manos y noto que eso le hace estremecer, le doy besos en el cuello empezando un juego de besos, caricias y algún que otro mordisco que no sé cómo, dónde y cuando acabará, sólo sé que sea como sea nos llevará a rozar el dedo con las yemas de los dedos, volviendo a dejar de ser dos cuerpos a la intemperie para pasar a ser uno

Varias semanas más tarde
-Narra Adriana-
Tal y como me decía mi corazonada una de las parejas ha empezado a forjar sus bases, al final este viaje nos ha servido a todas, yo me he alejado de mis sentimientos y mis debilidades consiguiendo hacerme fuerte, Lis está más feliz que nunca, Paula, Amaia y mar están igual o más locas de lo normal y Sara... Sara ha conseguido pasar página gracias a Lucas, ellos son la pareja que se ha formado y a la que ahora mismo la estamos preparando para su cita

-Sara: que no me veo, que no salgo

-Amaia: vamos a ver ¿Qué te pasa?

-Sara: que no me veo ¿qué hago yo sola con él?

-Lis; Algo que todas no podemos hacer por ti

-Mar; ala, Sara salir, divertirte y lo que tenga que ser, será

-Sara: que no, que le voy a hacer daño a él también

-Adriana: Sara, tú no le has hecho daño a nadie, ¿me oyes? a nadie -digo bajandome de la mesa y haciendo que fije sus ojos en los mios- venga espérame aquí

-Sara: ¿Dónde vas?

Un momento, grito desde mi cuarto, abro el armario y saco los 3 vestidos preferidos de Sara que sé que le van a ayudar oye pequeñaja dame la camiseta escucho gritar a Pablo y acto seguido la risa de una niña, me asomo por la ventana y me veo a Pablo correr por toda la habitación sin camiseta y a su sobrina, de la que tanto me ha hablado,encima de la cama y ahora corriendo escaleras abajo, llegando a la piscina y a su tio detrás, me rio y le bajo a sara las cosas

-Adriana: elije, Rojo, azul o verde agua

-Sara: estas loca

-Adriana: tenemos la misma talla y son tus preferidos ¿qué problema hay?

-Sara: el rojo no que es de Pablo -me dice con una mirada pícara- y el azul también es suyo así que el verde agua, aunque ese también le gusta demasiado... el azul... em...

-Adriana: mira sarita, cógelo ya

Antes de irse y mientras espera a Lucas nos sentamos en el jardín, aprovechando los últimos rayos de sol y viendo su puesta, compartimos risas y oímos también las de Pablo y la pequeña, de momento se hace el silencio, ya no es hora de andar bañándose dice Mar y en ese momento llaman al timbre, vamos todas a la puerta escondiendo a Sara detrás para que después salga como una princesa, hay que ver las cosas que hacemos

-Chicas: Hola lucas, que guapo

-Lucas: Gracias chicas
Abrimos el pasillo y veo como Paula suelta a Sara que la tenía agarrada apareciendo como de la nada y dejando a Lucas boquiabierto

-Lucas: estás radiante

-Sara: Gracias- dice colorada- tengo a la mejor estilista- y en ese momento me da la mano-

-Adriana: no tengáis prisas por volver Sara me pega un pellizco- ay, que burra eres -Lucas se rie-

-Pablo: Lucas ¿que haces?

Ahora como venganza Sara y las chicas me empujan haciendo que salga a la calle con mi vestido ancho mi cola y las zapatillas, es más hacen barrera en la puerta para que no pueda entrar en casa

-Pablo: que guapas estáis- dice guiñandome el ojo-

Ya ves, le contesto haciéndole un gesto que todos han entendido, los chicos hablan y nosotras hacemos lo mismo con Sara, de repente tengo la corazonada de mirar para la carretera y veo como un coche viene a toda velocidad cuesta abajo y la sobrina de Pablo está en mitad de ella con su peluche y cogiendo lo que parece la pelota de Terral, no me lo pienso y me tiro sobre ella, quitándola de allí y protegiéndola con mi cuerpo pero el estruendo alerta a los chicos

-Chicas: ¡¡¡Adriana!!!

El baile del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora