Capítulo 10: ¿Mi papá?

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-Narra Adriana-

Poco a poco se acerca a mi, las manos me tiemblan y no sé como usar el arma, esta situación la viví hace ya varios años y sigue siendo igual de difícil pero tiene una diferencia, la que va armada soy yo o eso creía hasta el momento en el que noté como el acero atravesaba mi costado y mientras intentaba que me soltara más daño me hacía, con lo cual, como un acto reflejo, al separarse de mi, disparé hiriéndole de gravedad en el hombro izquierdo pero sin llegar al corazón. Las voces de Hugo y Pablo se distorsionan, poco a poco la claridad del sol abrasador se va apagando hasta que una acogedora oscuridad me atrapa.

Lo único que recuerdo de estos días son voces, maquinas y a Pablo siempre a mi lado, echo de menos a Hugo, solo vino una vez y ni se quedó a pasar las noche como hace Pablo, alguien a quién se puede decir que conozco muchísimo menos. Ahora me he dado cuenta que significo de verdad para Hugo, solo soy un pasatiempo por el que me ha dejado claro que no va a luchar, aunque de pasatiempo tengo poco pues entre los dos no ha habido más de unos tímidos besos y encima a escondidas en la sala de tiro o en algún lugar donde nadie nos pudiera ver.

Cuando despierto la imagen que tengo es esa hermosa sonrisa de Pablo, la misma que me da la vida y es mi debilidad. Empezamos a hablar y enseguida me acuerdo de Jota y la respuesta a mi pregunta no me gusta nada. Mi estomago se cierra, mis ojos están repletos de lágrimas, el nudo que tengo en la garganta no me deja respirar y mi peor pesadilla se hace realidad A Jota lo mantienen con vida las maquinas y tu tía no se las quita por ti. En ese momento mi mundo se viene abajo, me desconecto de toda máquina mientras Pablo lo evita pero es imposible pararme, al bajar de la cama las piernas no me sostienen y caigo al suelo, pablo me coge en brazos y me sienta en la cama, abrazada a él me hallo, sus brazos rodean mi cuerpo y noto su respiración cosa que hace que me tranquilice

-Adriana: Pablo por favor, explicame que le pasa a Jota exactamente

-Pablo: la herida ha sido muy profunda, ha perforado varios órganos vitales, en primer lugar le ha destrozado el estómago y señal de que hubo forcejeo entre ambos tras la incrustación del arma es la gravedad de su herida. Al forcejear el atacante se aprovechó y consiguió llevar el arma hasta límites insospechables en un primer plano, además de la hemorragia externa que con tu taponado conseguiste parar pero había una interna que fue lo que hizo que al intentar hablar contigo y toser empezara a escupir sangre, esa hemorragia es la que no se puede parar y ha llegado incluso a encharcarle los pulmones... tu tía lo mantiene con vida gracias a las maquinas, ella no lo desconecta por ti y porque dice que parece fuerte, que si ella sobrevivió a una bala en el vientre que tuvieron que quitarle medio hígado y reconstruirla entera por dentro él puede- cada vez me voy alejando más de él hasta tal punto de estar totalmente separados- Adriana te voy a ser muy sincero, como a tu tia le digan que tienen que quitarle las maquinas a ver cómo reacciona Jota se muere.

En ese momento empiezo a llorar y pongo mis manos tapando la cara, Pablo intenta que me desahoge pero no consigue nada, no, no, no y cuando me intenta abrazar me aparto, me pongo en pie y voy a la ventana, mira la vista que tenemos ¿Por qué le ha tenido que pasar a él? le pregunto casi sin poder respirar, no sabe como responderme con lo cual se levanta para intentar tranquilizarme y al principio solo recibe mis golpes en el pecho pero después cedo al abrazo. Tengo que ir a verle.

Cuando entro en su habitación nada más que son apreciable todos los tubos que lo mantienen con vida, Pablo está a mi lado y ahora mismo creo que es la única persona de mi alrededor en quien puedo confiar y a quien verdaderamente le importo. Avanzo unos metros y consigo llegar a su cama, paso las manos por todas las maquinas como queriendo decirles que me lo devuelvan, me siento en el borde de su cama y le cojo la mano.

-Adriana: No te puedes ir porque tienes un hijo al que cuidar, un colegio al que dirigir, tenemos que seguir peleándonos y metiéndonos el uno con el otro ¿sabes una cosa? En el fondo me hacía gracia que nos dijeran que parecemos un matrimonio pues eso es que somos la envidia de la promoción. Además no puedes abandonar porque tienes que ver como consigo lo que tú y yo sabemos, que no es tarea fácil... ¿pero que estoy diciendo? si no le importo lo más mínimo... mira si le importo que el único que se ha tirado todos los días conmigo ha sido Pablo, Sí, ese pablo con el que tanto te metías diciendo que es un pena y que un desamor le ha dado para tres discos- digo riéndome a la misma vez que giro la cabeza para mirar a pablo y una lagrima recorre mi mejilla-

En ese momento la puerta de la habitación se abre y su voz hace que me estremezca, mi niño

-Jota jr: ¿Adriana, mi papá?

Suelto la mano de Jota, me seco las lágrimas antes de ir hacia él y veo como Pablo está totalmente descompuesto... nunca pensé que tendría que enfrentarme a este momento.

El baile del destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora