Capítulo Cinco

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Las palabras de papá fueron muy específicas.

Necesito que estés al mando de todo, pero no puedo dejarte sola aún.

¿Acaso no planeaba retirarse? ¿Por qué tiene que ser tan terco?

—No estoy de acuerdo —le dije muy segura de mis palabras. No estoy de acuerdo con sus ideas. No quiero que siga descuidando su salud cuando perfectamente yo me puedo hacer cargo de todo.

Claro que el miedo persiste, pero él no puede saberlo.

—Phoebe, entiende que no puedo dejarte todo aún, hay ciertas cosas que debo hablar con los demás.

— ¿Por qué no lo hacemos ahora? Puedes convocar una reunión con todo el personal en el auditorio ahora mismo y decirles que de ahora en adelante seré yo quien esté al frente.

Papá me miraba serio, pero podía notar una pizca de orgullo en sus ojos.

—De acuerdo, cariño. Hagámoslo.

Theo se quedó en la oficina mirando televisión, en realidad mi hermano podía actuar como un niño cuando le diese la gana, y en este momento me daba mucha envidia.

Papá convocó a una reunión obligatoria con todo el personal. El auditorio es muy grande, pero no estoy segura de que entren tantas personas aquí.

Luego de un par de buenas tardes por aquí y allá, papá comenzó con los anuncios.

—Después de mucho análisis y pensamiento exhaustivo, he llegado a la conclusión de que es momento de ceder mi puesto —la reacción del auditorio fue mixta, algunos se sorprendieron y otros ni siquiera mostraron una pizca de sorpresa —. Muchos conocen a Phoebe Schlesinger, mi hija —de repente, sentí todas las miradas del lugar en mí —. Phoebe realizó una práctica universitaria para su maestría en Ciencias Económicas, con una especialidad en Mercadeo y Finanzas este último semestre, y debo decir que lo hizo de manera muy satisfactoria, y no lo digo solo por ser su padre. Todo aquel que quiera saber del desempeño de mi hija, su expediente está disponible.

Las personas se miraban entre ellos sin entender por qué papá hablaba de mi como si alguien más le interesara o no le creyera en lo absoluto.

—Esta es una empresa familiar, el negocio no es solo mío y de mi esposa, sino de mi familia entera. Phoebe ha tenido la oportunidad de renunciar a esto, pero en su lugar se graduó de la Universidad de Dartmouth con honores en donde no solo sacó su bachillerato en Administración de Empresas, sino que ha mantenido un currículum impecable los últimos seis años. Está más que preparada para lo que le espera, que es ser mi sucesora aquí en la empresa —papá hizo una pausa y miró al público con su mirada más desafiante —. De ahora en adelante, la nueva presidenta de Industrias Schlesinger es Phoebe, mi hija.

Fue una sorpresa para algunos, los que se miraron sin poder creer que estarían trabajando para una chica de veinticinco años. Aunque, mis padres eran más jóvenes que yo cuando iniciaron con este lugar... no entiendo por qué se sorprenden tanto.

— ¿Phoebe? —papá me miró con el micrófono en su mano. ¿Espera que hable?

Tomé el micrófono y no me percaté de que mis manos estaban sudando hasta ese momento.

—Hola, esto es algo que me emociona bastante. Desde pequeña he admirado el trabajo de mis padres. Cuando venía con él a la oficina y me explicaba sobre cambios en la bolsa de valores jamás imaginé, a esa edad, que me estaba preparando para tomar su lugar en el futuro —las personas me veían, pero no de una mala manera, sino un tanto... ¿dulce? —. Algunos me recordarán como la niña que corría por los pasillos, pero debo decirles que esa niña ha crecido y está más que preparada para asumir el reto que significa estar en la silla de mi padre —tomé una respiración profunda y observé a papá que me miraba con una sonrisa —. Ansío trabajar con todos ustedes... ser un gran equipo.

Phoebe, Schlesinger IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora