Capítulo Cincuenta y Dos

497 57 3
                                    

Los días comienzan a avanzar con rapidez, estamos a solo una semana de que las clases vuelvan a iniciar y tanto mi hermano como Bart deben de volver a Boston.

Jamás pensé que diría esto pero, ya deseo volver.

— ¿Quieres ir a la playa? —me pregunta Bart en el momento en que terminamos de desayunar.

—Claro.

Caminamos por el jardín trasero hasta llegar a la playa. Siempre me ha gustado la vista que hay desde aquí. Aunque algunos yates se ven a lo largo de la costa, se puede apreciar la infinidad del océano, y es totalmente precioso.

— ¿Qué es lo que más te ha gustado de Mónaco? —pregunto tomando su mano entrelazándola con la mía mientras comenzamos a caminar sobre la arena.

—Todo en realidad, ha sido como un sueño. Pero lo mejor ha sido que lo he vivido contigo. Eso lo hace aún más especial.

Me acerco más a él y beso su mejilla lentamente.

— ¿Desde cuando tan cursi? —digo repitiendo la misma pregunta que él mismo me hizo el día que llegamos aquí.

—Deja de ser gracioso si lo dices tu —dice guiñándome un ojo, robándome un beso un par de segundos después.

Toda mi vida crecí con la idea de que nada podría hacerme daño, que todo estaba puesto a mi alrededor para garantizar el éxito en mi vida. Me he equivocado muchas veces en el proceso, y estoy segura de que tendré más de un resbalón en el futuro, pero al menos, se que tengo a alguien que me ayudará a levantarme, se que mi familia será un pilar que se mantendrá fuerte a mi al rededor, y se que Bart estará ahí para mi, sin importar lo que ocurra.

Durante mucho tiempo me pregunté ¿por qué?

¿Por qué tuve que dejar ir a alguien que me hacía feliz? ¿por qué alguien pudo hacerme tanto daño? ¿por qué tuve que enfermar? ¿por qué mi plan de intentar volver a reconstruir algo junto a alguien no funcionó? ¿por qué confié en alguien que me traicionó?

Pero ahora, todas esas preguntas se han evaporado, por el simple hecho de que otra pregunta comienza a rondar mi cabeza.

¿Seguirán las cosas así de bien?

Probablemente me lo seguiré preguntando todo el tiempo, pero al menos ahora estoy segura, de que no importa lo que el futuro me depare, porque todos mis temores finalmente han desaparecido. Al fin, soy alguien libre de mi propio sufrimiento.

—Gracias por llegar a mi vida —susurro sobre sus labios antes de continuar caminando por la playa.

El viaje de vuelta a Boston parece ser la cosa más graciosa hasta el momento. Como debemos volver por Bart y Theo, solo nosotros nos hemos ido de Mónaco, el resto de mi familia a excepción de Alex quien debido a los desfiles de moda que están bastante pronto, ha tenido que irse de vuelta a su taller en Milán para terminar los diseños que aun están en proceso para las semanas de la moda.

El viaje de vuelta a Boston ha estado tranquilo, y tal parece que Bart se ha acostumbrado a ser tratado por otras personas, lo que, para ser honesta, me tenía bastante preocupada.

—Juro que, si alguien más me pregunta que tipo de toalla quiero, me lanzo del avión —o eso creía yo.

—Tranquilo, se acostumbrarás —le responde Anne con una sonrisa burlona jugando con un Cade muy activo.

— ¿Cómo hacen para no volverse locos? —pregunta Bart mirándonos a mi hermano y a mi.

—Es el único estilo de vida que conocemos —le responde mi hermano sin mucho humor —. Se que para ustedes es distinto e incluso tonto, pero tanto Phoebe como yo, no elegimos vivir de este modo, solo nos tocó.

Phoebe, Schlesinger IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora