Capítulo Veintiuno

3.2K 256 23
                                    

Temerle al amor, es temerle a la vida, y aquellos que le temen a la vida ya están casi muertos... recuerdo que Bart me dijo esa frase hace un tiempo, no recuerdo con exactitud su autor, pero él estaba convencido de que era una frase increíble. No estoy segura de su significado tampoco porque en teoría, no le temo al amor, le temo a no poder vivirlo con la persona indicada. Creo que esa es la razón principal de que esté en este momento en un avión rumbo a Nuevo Hampshire, quiero que todo esto termine de la mejor manera posible, pero no puedo con todo yo sola.

Las palabras de Anne vienen a mi cabeza de pronto. Si puedo luchar por mi misma, pero no quiero, quiero sentirme apoyada en este momento, porque si estoy sola se que terminaré por arrepentirme de mis acciones y todo esto no habrá valido la pena realmente.

Me hubiese encantado que Theo me acompañase, pero estas son las últimas semanas de sus vacaciones de verano y tendrá que volver a la escuela unos días antes a unas cuantas reuniones. Está haciendo y deshaciendo cosas en su oficina, y no quise molestarlo. Anne... bueno, Anne está embarazada y mi hermano no permite que haga nada riesgoso, y para él, incluso hacer el desayuno o bajar las escaleras sin un acompañante es peligroso. Tomar un avión, es simplemente imposible.

Pensé en pedirle a Josh que me acompañara, pero siendo honesta es la peor idea que he tenido. Si Blake me ve llegar con Josh, sabrá que algo ocurrió con él y estaría aceptado sus palabras.

Bella está en Nueva York y Bart en Green Bay.

Aunque me cueste aceptarlo, se que debo hacer esto por mi cuenta sin meter a nadie más en esta escena.

—Señorita, ¿desea algo de beber? —la tripulante de cabina se acerca a mi con una sonrisa algo forzada.

Decidí venir en el momento en que Theo habló conmigo anoche. Compré el primer boleto a Nuevo Hampshire con un juego de ropa en mi bolso de mano y nada más.

He viajado demasiado últimamente, y aunque son viajes dentro del país, cada vez que se hace uso del avión familiar, hay que especificar los detalles del viaje. Mis padres han reforzado la seguridad y eso implica que el capitán haga un reporte de cada viaje realizado.

Por eso estoy en un vuelo comercial rumbo a Hanover.

—Un té helado, por favor —respondo, con mi mente en otra parte.

Me tiemblan las manos y la ansiedad por lo que puedo encontrar, es lo que más miedo me da. Algo en mi me dice que Blake me engaña, pero al mismo tiempo no.

Aterrizamos y pienso que quedarme con Blake podría ser una opción, pero a la vez, podría ser un error garrafal. Se supone que estoy aquí para terminar con él, no para volver a sus brazos feliz y llena de gozo.

—Al Schlesinger Inn & Suites, por favor —digo, esperando que el chofer comience el viaje rumbo al hotel. Necesito descansar unas horas antes de ver a Blake.

Hanover siempre me pareció una ciudad llena de secretos. Sus calles están plasmadas de bellezas que yo simplemente no he podido descifrar aún. Cuando estaba en la universidad, mis amigos solían salir en las noches a las cafeterías en donde se hace lectura de poesía, y cientos de actividades bohemias que yo nunca encontré atractivo. Eran cosas muy de Theo, y yo lo único que quería hacer es poder pasar un poco de tiempo junto a Blake, y cuando podíamos, era increíble. No voy a mentir, me gustaba pasar el tiempo con Blake, era siempre muy atento conmigo, le gustan cosas muy diferentes a mi, pero siempre supimos como complementarlas. Él me ayudaba a estudiar para los exámenes y yo lo ayudaba a él cuando se escapaba los fines de semana. Cuando comenzó sus internados en Hanover, me sentí feliz, verdaderamente feliz, hasta que la distancia comenzó a apoderarse de nosotros de una manera muy diferente a como veníamos luchando anteriormente.

Phoebe, Schlesinger IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora