Epílogo

2.3K 232 34
                                    

Dos años después

El aroma a antiséptico que están en todas partes solo hace que quiera vomitar mil veces, no puedo creer que esto me esté pasando.

—Tranquila, todo estará bien —dice Bart a mi lado sin soltar mis manos.

—Lo siento mucho, yo...

—No te disculpes por esto, Phoebe. Estoy aquí contigo, no estás sola, amor. Nada malo va a suceder, tengo fe en ello.

La doctora Rowell entra al consultorio y nos observa junto con mi expediente en sus manos.

—He revisado los resultados, lo mejor que podemos hacer ahora, es operar si no queremos que el daño sea mayor.

Hace unos días, me sentía realmente mal, me dolía el estómago, y mi periodo se volvió sumamente inconsistente. Pensé que estaba embarazada y me alegré con la idea, pero cuando vine a ver a la doctora Rowell, nos enteramos de que mis dolores no se debían a un posible bebé... sino a un tumor en mi ovario izquierdo.

Entré en pánico cuando me lo dijo, y comencé a llorar sin más. Ella intentó consolarme, diciendo que necesitaban hacerme una biopsia para saber la gravedad del tumor, y lo más importante, para descartar la idea de que se tratase de algún tipo de cáncer.

Todo mi cuerpo temblaba y lo único que quería era abrazarme a mi misma, hacerme un rollito y llorar.

Cuando le dije a Bart que podría tener cáncer, pensé que me dejaría, honestamente no sé por qué llegué a pensar eso, se que él jamás lo haría, pero mi mente comenzó a maniobrar conclusiones fatalistas para todo.

Ahora estamos en el consultorio de la doctora Rowell una vez más a la espera de los resultados de la biopsia, y todo en mi tiembla sin parar. Bart no ha soltado mi mano desde que llegamos aquí.

—Afortunadamente, el tumor es benigno, así que podemos intervenirlo lo más rápido posible.

Suelto el aire que estaba reteniendo y aprieto mi agarre en la mano de Bart. Él coloca su mano libre en mi rodilla tranquilizándome.

— ¿Cuándo sería la operación, doctora? —pregunta Bart por mi, lo cual agradezco, si hablo estoy segura de que vomitaré o algo.

—La podemos programar para mañana. Así que la ingresaremos hoy mismo —me dejarán internada hoy... genial —. Solo necesitan llenar estos papeles, y en la recepción le darán la información necesaria, señor Williams. Por ahora, señora Williams, acompáñeme a su habitación para que se cambie.

Me tiemblan las manos, las piernas y aun no puedo creer que este a punto que quedar internada para que me operen, por suerte no es cáncer, pero eso no quita el miedo que siento recorrer mi cuerpo.

—Iré a dejar todo listo, ve con la doctora —susurra Bart a mi lado, besa mi sien y acaricia mi mejilla —. No tengas miedo, todo estará bien, iré a la habitación en cuanto todo esté en orden, ¿si?

Yo asiento porque de verdad los nervios se están apoderando de mi en este momento y no creo poder sentirme de otra forma.

Bart se levanta del asiento y toma las cosas que necesita para ingresarme al hospital. Besa mis labios una ultima vez antes de salir hacia la recepción.

Yo comienzo a seguir a la doctora hasta el ascensor que está por fuera de su consultorio y llegamos hasta uno de los pisos mas altos del lugar. Las habitaciones privadas del hospital.

—Ponte cómoda, aquí es en donde te quedarás por ahora, si necesitas algo no dudes en preguntarle a la enfermera de piso, ¿de acuerdo?

—Gracias, doctora —le agradezco mientras tomo la bata de hospital que está sobre la cama —. Doctora, ¿puedo hacerle una pregunta? —la detengo antes de que salga de la habitación. Ella asiente y se acerca a mi — ¿Podré tener hijos algún día? —le hago la pregunta temible. Honestamente no sé por qué me altero tanto este tema, pero se que Bart quiere que tengamos un bebé en algún momento, y yo también, pero esta situación comienza a pintar nuestro panorama de un color no muy bonito.

Phoebe, Schlesinger IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora