Capítulo Cuarenta y Siete

1.8K 214 32
                                    

El momento en que tomo la mano de Bart con la mía, siento que al fin he hecho algo bueno por mi.

Nuestro vuelo a Wisconsin es rápido y tranquilo. Estoy emocionada de ir a su hogar, y conocer ésta parte de él que me intrigaba cada vez más.

Podría decirse que estamos juntos, aunque no hemos hablado del tema en un plan tipo "ya nos besamos, ahora somos novios" no... simplemente, ambos sabemos que estar juntos es lo indicado.

Aún recuerdo esa tarde, me separé de él, y ambos escuchamos a Anne en la puerta diciéndole a Theo que le debía veinte dólares.

Mi hermano estaba extrañamente feliz después de eso. Le parecía maravilloso que ambos estuviésemos juntos, y honestamente, nunca había visto a Bart tan sonrojado antes, hago se dijeron que lo hice reír frenéticamente y mi hermano parecía molestarlo por algo, y Anne le hacía bromas diciendo que ya se había tardado.

En la fiesta de los gemelos, mi madre nos vio juntos y no tuve que decir nada, solo abrazó a Bart y le agradeció. Fue al principio un poco extraño, pero ambos nos reímos después.

— ¿Acaso todos apostaban por nosotros? —le pregunté y él sonrió tomando mi mano. Negó con su cabeza y tomó un fuerte respiro.

—No lo creo, pero agradezco que ellos no ganasen la apuesta —besó mi mejilla y me guiñó un ojo.

Esa tarde todos parecían felices por distintas razones. Alex se encargó de molestarme bastante, y Bella se la pasó diciéndome, al menos por veinte minutos, "te lo dije".

Tom parecía complacido y Carly sonreía feliz por ambos. Incluso Peyton, se veía orgullosa de vernos juntos.

Papá es otro tema.

Nos interceptó en la cocina, estaba con su semblante analizador, pero no se veía molesto en lo absoluto.

—Hola... —le dije, pero él me ignoró deliberadamente.

—Señor Schlesinger —saludó Bart de manera educada.

—He podido notar que ninguno se despega del otro. ¿Algo que quieran decirme? —dijo él, siempre en un tono de voz muy neutral.

—Papá... —debo admitir que me sentí de dieciséis otra vez.

Bart pareció entender algo que yo ignoraba por completo, me sonrió divertido antes de dirigir su atención a mi padre de nuevo.

—Estamos juntos, señor.

—Eso lo puedo ver —juraría que vi una sonrisa fugaz en el rostro de mi padre —. Phoebe suele elegir a los peores siempre, Barton —papá le decía sin mirarme.

— ¡Sigo aquí! —le recordé algo ofendida, pero ellos parecían estar en medio de una especie de broma personal.

—El último la envió a la cárcel —Bart estaba escuchándolo atento y yo era invisible para ambos —. Es bueno ver que al fin a terminado su mala racha. Espero no llevarme malas sorpresas en un futuro —y así nos volvió a dejar solos en medio de la cocina de mi hermano.

Bart parecía encantado, lo estaba disfrutando y yo no entendía nada de lo que acababa de ocurrir.

Básicamente, él había sido aprobado por todos los presentes ese día, pero yo estaba muy distraída como para enterarme.

Green Bay está bañado de capas de nieve, parece el escenario de una de esas películas navideñas que tanto le gustan a mi madre.

Alquilamos un auto en el aeropuerto, quiero que Bart me muestre el lugar sin ningún problema. Ahora estamos a punto de llegar a la granja de su familia. Su casa está por unas colinas y varias residencias se pueden apreciar desde ahí.

Phoebe, Schlesinger IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora