-Debo hacerlo... por ellos. -La muchacha murmuró, no despegando su vista de James.
-Entonces estamos juntos en esto. -Él musitó, mirando intensamente los ojos de ella.
"Daría mi vida por ti, incluso si eso nos hundiese a ambos."
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Not...
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Salí del salón en el que se estaba celebrando el evento entre risas para que Bucky no sospechara y una vez me encontré afuera, miré hacia todas partes desconcertada, llegando a chocar con algunas personas que pasaban cerca de mí. No creo estar ebria como para haber imaginado que el que vi hace segundos atrás era Joseph. ¿Qué estaba haciendo acá? ¿Por qué no lo vi antes? ¿Acababa de llegar? Sabía que no era una buena idea ir tras él sola, probablemente debí haberle dicho a Bucky pero si le decía, era seguro que me iba a dejar en el salón e iba a ir por Joseph solo y yo necesito respuestas, tenía tantas preguntas, después de todo él me protegió de James ese día en el teatro cuando pudo, simplemente, haber dejado que me asesinara. Quizás Joseph no era tan malo después de todo, quizás si le importo.
-No seas estúpida. –me reproché mientras subía las escaleras hasta el segundo piso.
Una vez estuve en el no tan claro segundo piso, traté de avistar alguna posible pista que me haya dejado Joseph, supongo que quería que lo viera, me fue a buscar cuando estaba con James.
¿Dónde estás, Joseph? Miré a todas partes y también apresuré el paso, estaba exaltada, necesitaba verlo pronto antes de que los demás llegaran. Me quité los zapatos para comenzar a correr, entre menos tiempo gastase en esta absurda búsqueda sería mejor. Me dirigía a los peldaños del tercer piso cuando de pronto escuché una risa, levanté la vista y ahí estaba él, en carne y hueso. Me dejó impactada.
-Joseph... -murmuré y lo seguí.
Lo seguí hasta donde el me guió en todo momento, sin perderlo de vista o al menos eso traté y lo conseguí. Una vez ya alejados del salón donde se estaba celebrando aquella cubierta de Stark, estábamos solos, él y yo, después de todo este tiempo. Él y yo, en la azotea.
Un fuerte escalofrío recorrió la piel desnuda de mis pies y piernas, viajando hasta mis brazos y cuello una vez pisé el frío pavimento de la terraza, el viento movía pequeñas porciones de mi cabello como jugueteando con éste mientras me encontraba inmovilizada en frente de Joseph. Quería avanzar, moverme unos cuantos centímetros para estar cerca de él. Él sólo me veía con una pequeña sonrisa en su rostro y una mirada distante, fría, no como a la que me acostumbré a ver cuándo nada de esto estaba ocurriendo.
No me podía imaginar todas las maneras en la que esta conversación podría fluir. Mi mente estaba en blanco.
-Parece como si hubieses visto un fantasma. –bromeó, en un tono amargado, no como cuando decides bromear con un amigo.
Negué lentamente y armándome de valor, tomé unos cuantos pasos hacia él.
-Te vi morir... -hablé lo suficientemente bajo para que yo fuese la única en escucharme. - ¿C... cómo? –tartamudeé, la sensación de frío helaba mi cuerpo, impidiendo moverme con habilidad, mis hombros se encogieron, no sabía que más decir.
