Capítulo 34: ¿A qué estamos jugando?

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La incomodidad en el cuarto se hizo mil veces más gigante, Peter Parker no le podía sostener la mirada a la chica con la que muchas veces compartió en distintas organizaciones de la universidad a la que asistían y una vez hasta recuperó su bolsa, quizás ella iba a pensar que la estaba siguiendo y cuán psicópata lo haría ver, el joven muchacho trató de dejar una palabra escapar de su boca para interrumpir tal extraño momento pero no pudo, ella entre risitas negó lentamente con su cabeza para luego llevar una de sus manos a su boca y cubrirla, obviamente para continuar riendo, ella notaba lo nervioso que estaba. Scott Lang los miraba atentamente y sonreía, era el más perdido en este caso, no entendía lo que estaba ocurriendo.

-No puedo creer que precisamente tú seas la chica, pensaba que era Berta. –la araña musitó, llevando la vista al suelo ya que en vez de encontrarse a la defensiva, estaba en la ofensiva. Sus mejillas hasta se habían enrojecido un poco de lo avergonzado que estaba.

-Gracias Peter, por... salvarnos a todos esa vez con el asaltante. -_____ respondió suavemente mientras se acercaba al muchacho y palmoteaba su hombro suavemente. –debieron haber tenido un viaje agotador, voy a prepararles un poco de café.

-Hubiese dejado que a Joseph le dieran un balazo si lo hubiese sabido en ese entonces. –el chico le respondió, comentario que solo trajo más silencio incomodo que el de antes, causando que _____ dejara el salón para ir a la cocina.

La chica extranjera caminó a paso lento a la cocina, no pudo evitar pensar en aquella noche, la noche que conoció a James por primera vez en ese museo, en la que Joseph había planeado todo. Quizás si tan solo no se hubiese entusiasmado tanto, si tan sólo no admirase al Capitán en ese entonces, la que estaría viviendo esta historia sería Berta, ella estaría recorriendo estos mismos pasos pero... ¿Estaba realmente arrepentida? Por más que buscó respuesta en su cabeza no pudo conseguir aquella tan anhelada, un "si, lo estoy." Ya que cada vez que trataba, unos hermosos ojos celestiales se le venían a la mente, su pequeña pero importante misión era cuidar a Bucky, a su Bucky.

El corazón de _____ comenzó a latir a mil por hora y por más que tratase de distraer la mente, Bucky aún seguía ahí. La muchacha estaba tan perdida que ni siquiera se dio cuenta de lo mucho que ya había hecho, cuando pudo despertarse notó que estaba en la cocina, arreglando unas tazas con café luego de ya haber puesto el agua a hervir en aquel electrodoméstico, después puso unos manteles en la mesa y dejó las tazas ahí, sirviendo agua una vez ésta estuviese lista. Wanda se le unió luego y la interrogante seguía en pie. ¿Debería hablar con Bucky?

-Te noto un poco distraída. –Wanda le sonrió a su amiga comprensiva, sabía lo que tenía en mente.

-Sigo pensando en Bucky, lo sé, es un tanto estúpido, no debería estar tan desesperada. ¿Verdad? -_____ rió suavemente mientras acomodaba las tazas, volteándose hacia su amiga para mirarla a los ojos. –a ti no te puedo engañar, Wanda, sé que sabes lo que pienso y bueno... no sé si ignorarlo como él hace o debería acercarme, sí, él no ha coqueteado con ninguna mujer desde la segunda guerra mundial pero... anoche me sentía extrañamente cómoda tendida a su lado y nos acurrucábamos y bueno, ya sabes. Soy una chica, no es como si no quisiese...

De papel y estrellas fugaces (Bucky Barnes y tú) (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora