-Debo hacerlo... por ellos. -La muchacha murmuró, no despegando su vista de James.
-Entonces estamos juntos en esto. -Él musitó, mirando intensamente los ojos de ella.
"Daría mi vida por ti, incluso si eso nos hundiese a ambos."
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Not...
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Era una mañana de viernes y luego de rezongar por varios minutos conseguí levantarme de la cama e ir a ducharme para después tener una linda jornada de universidad, lo bueno de todo era que a la noche nos reuniríamos todos nuestros amigos e iríamos a ver tocar a Joseph y su banda al reconocido teatro "Winter Garden" porque le harían un tributo a la banda británica Queen, moría por escuchar esas canciones otra vez, cuando era pequeña solía ver a mi papá bailando al ritmo de Freddy Mercury y "Another bites the dust" y cantar el "We will rock you" a lo más alto de sus pulmones y tratando de enseñarme el ritmo de las manos y los pies, aplauso, aplauso, golpe al suelo, fueron lindos recuerdos, aún lo son y esta noche Joseph los traería de vuelta a la vida.
No me demoré mucho en arreglarme luego de salir del baño, me vestí casualmente con unos jeans, un top blanco, un chaleco y zapatillas del mismo color que el top, me puse desodorante, perfume, me maquillé, tomé mis cosas y me fui a la universidad, no tardándome más de media hora en llegar. Subí felizmente cada peldaño de las escaleras que llevaban a unos cuantos salones del tercer piso, una música tocaba en la sala y al entrar noté a mis compañeros bailando al mismo ritmo de la misma canción la cual traía vuelto loco a mi papá. Mi sonrisa se volvió más grande de lo que ya era y de pronto Joseph apareció, tomando de mi mano y trayéndome hacia él, me deje llevar.
-¿Lista para esta noche? –me sonrió felizmente mientras me giraba y me traía hacía el nuevamente.
-Eres un loco... -le respondí mientras le quitaba las gafas de sol que llevaba puestas y me las ponía yo, puse mis labios así como un patito cool y moví mis caderas al ritmo, el cabello se movía a mis movimientos, todo mi cuerpo lo hacía.
-Completamente pero te hago feliz. – touché, me quedé helada. –te dejé en jaque mate. –se rió adorablemente y se inclinó hacia mí, besando mi mejilla.
Me aparté de sus brazos y saqué los lentes que llevaba puestos para poder mirarlo unos instantes, mis mejillas habían adoptado un colorete rojizo y una nerviosa risita abandonó mis labios, sabía que Joseph no esperaba respuesta porque él y todos sabían que nos gustábamos, desde esa noche en el museo, bueno, en la exposición. El sólo sonreía de oreja a oreja, estaba contento porque le di a entender que me hacía feliz.
-Ven, acompáñame.- me dijo y tomó mi mano, llevándome fuera de la sala de clases hacia un lugar más apartado donde nadie pudiese vernos. – Sé que es muy pronto y sé que si empezamos ahora las cosas quizás no funcionen pero quiero... quiero que sepas que te tomé harto cariño desde el momento que te conocí. –de su bolsillo sacó una pequeña cajita y me la entregó.
-Joseph, no debiste... -tomé la cajita de sus manos y esperé a que me dijese algo para proceder a abrirla, yo observaba el gesto que me había hecho con cariño.
-Yo la hice, hay una tienda en donde... puedes escoger los diseños y objetos para fabricar... -quitó lentamente la tapa de la cajita, dejándome ver la pulsera con decoración árabe que me había hecho, también tenía una J con colores que combinaban a los otros- recibí ayuda de unas chicas porque... los chicos somos malos combinando cosas... -se excusó tiernamente, yo solo reí y puse mis brazos alrededor de su cuello, abrazándolo fuertemente. – Te quiero...
-También te quiero... -descansé mi cabeza contra su hombro luego de deslizar mis brazos a su cintura y él también puso los suyos alrededor de mí, sujetándome fuertemente. Luego sentí sus cálidos labios sobre mi cabeza, me quería echar a llorar de la felicidad pero no lo iba a hacer frente a él, luego lo haría con Berta y hablaríamos de la posible relación que Joseph y yo comenzaríamos. –No quiero ir a clases... -le confesé y él se rió.
-Debemos... ya tendremos más tiempo de estar así. –Me dijo y yo asentí mientras lentamente me despegaba de él y tomaba la hermosa pulserita en mis manos, usándola en una de ellas, sinceramente era el más tierno gesto que alguna vez un chico haya hecho por mi.- ¿Vamos?
-Vamos... -le besé la mejilla y luego salí corriendo mientras le gritaba un "¡Alcánzame si puedes!"
Joseph comenzó a correr, persiguiéndome, éramos como niños traviesos. Sinceramente no podía creer lo que estaba pasando, cuando conocí al chico de los cabellos dorados sólo fue para decirle que la asignatura "programación de actividades corporativas" se me hacía interesante y que álgebra era una molestia en el trasero. Él se había echado a reír en ese entonces diciéndome que pensaba que era adorable y que era raro que Berta y yo fuésemos amigas. Ahora ambos sentíamos atracción el uno por el otro y era un lindo sentimiento, me sentía como Jessica Day cuando por fin dejo que Nick Miller se convirtiese en su gran amor, de amigos a novios. ¿Quién no querría algo así? Joseph era ese típico chico que siempre te acompañaría y te sería leal por siempre.
Aquellas palabras retumbaron en el cerebro de Bucky como mil tambores que cada vez se hacían más y más fuertes, rompiendo sus tímpanos en tortura y dolor, haciéndolo gritar, desear morir mientras un centenar de imágenes se le venían a la mente y las olvidaba con cada expresión. Steve, Alexander Marshall, el pequeño Duncan, las décadas que sirvió a HYDRA asesinando gente inocente, Natasha, las suplicas, los rezos, los llantos, aquella muchacha del callejón a quien le perdonó la vida, todos eran recuerdos que pasaban ante sus ojos y desaparecían lentamente. Otro grito, su abdomen se tensaba, un grito más, una descarga más potente, la máquina lo sujetaba fuertemente para que no pudiese escapar. Nikola Weinmann recita los versos del libro una y otra vez, el sargento James Buchanan Barnes le pertenecía a RAGE y éste se rendía lentamente a aquella oscuridad, su misión era servir aquellas enfermas órdenes que se le mandaban a cumplir.
-Buen día, soldado. –la voz de Nikola Weinmann se alzó y Bucky alzó su cabeza para mirarlo.
-Я готов отвечать.–Bucky respondió en un perfecto ruso.
-Mátalos a todos.
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Nota: las palabras en ruso no las pude poner en ruso aquí, que rabia. -.- jajaja eso.
