Capítulo 13: S.H.I.E.L.D. (Parte 1)

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Parte 5 de 6. ✿

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Los rayos de sol causaron que me despertara luego de días de haber permanecido en un sueño profundo después del atentado, pero ¿Qué era abrir los ojos? ¿Qué era despertar? Tenía por seguro que al instante que eso ocurriera y viera mi entorno aceptaría una realidad la cual no estaba dispuesta a vivir, el demonio en persona se había llevado parte de mi vida y mi felicidad, no iba a ser capaz de continuar aquí después de todo. Los gritos desgarradores, la sangre, los muertos, las peleas, Joseph, el diablo, los idiotas en disfraz que no llegaron a tiempo para detener todo lo que estaba pasando, todo se repetía lentamente en mi mente como si fuese una película de terror, una novela trágica en la cual la protagonista no posee un final feliz, una serie de eventos desafortunados. Cuando vine aquí por primera vez firmé para la paz, convenciéndome de que los infortunios que ocurrían en este país no iban a pasarme a mí. He vivido más cosas de las que una persona normal puede vivir. Me asaltaron, me encontré con el diablo en un par de ocasiones, asesinaron al chico que me gusta frente a mis ojos y junto a él decenas de personas. No sé cómo fui capaz de sobrevivir a todo esto, tampoco sé el por qué no morí cuando debía hacerlo. No sé cómo mi familia se encuentra en estos momentos. ¿Lo sabrán? ¿Lo habrán escuchado u oído en alguna parte? ¿Estarán aquí? ¿Dónde es aquí precisamente? Sabía que no estaba en mi cuarto, sabía también que esta no era la habitación de Berta porque su aroma no es el de un hospital. ¿Dónde estará Berta ahora? ¿Será este un hospital? No me siento con las ganas de averiguar, solo quiero dormir, dormir y no despertar pero ahora que estaba consciente ¿Cómo iba a poder hacerlo? Cuando pienso, todo lo que veo es a ese maldito hijo de perra que volvió mi vida un infierno. Tengo que salir adelante, no importa que tan difícil sea, tengo que salir adelante para dejar de ser débil, si no hubiese sido débil aquella noche probablemente Joseph estaría aquí. ¿Cómo sé que está muerto? Porque aparte de perder toda la sangre que perdió y justo antes de desmayarme junto a su cadáver puede escuchar su último aliento y pude sentir como su brazo luchó por envolver mi cintura para sujetarme una última vez pero fallaba en el intento. Joseph no sólo era valiente, sino que también era leal a sus sentimientos porque incluso en su hora final pude sentir el amor que me tenía, no dejó que nada me pasara y se enfrentó a tal monstruo por una parte para vengar a su mamá y por la otra, para mantenerme a salvo luego de que éste se diera cuenta de que estábamos aún con vida. Tengo tantas interrogantes tal como las tuve ese día o más aún. Tengo que saber el porqué de todo. Perseverar para enterarme, no importaba el método. También tenía que volverme físicamente más fuerte porque, contrario a mis creencias, del maldito asesino me iba a vengar, no sólo por Joseph, sino que también por toda la gente que ha muerto en sus manos. No me importaba empaparme las manos con sangre una primera vez si sabía que esta sería la última vez que aquel demonio cometiera atrocidades como las que cometió aquella noche.

Escuché como la puerta se abría lentamente y una voz desconocida a mí me hablaba.

-Estás despierta.- su animosa voz irritó mis tímpanos. ¿Cómo sabía que estaba despierta? - ¿Cómo sé que estás despierta? Bueno, es fácil... no sólo puedo escuchar lo que piensas, tus movimientos en la cama y tu respiración te delatan, las personas que están dormidas de por sí no respiran tan... agobiadamente como tú lo estás haciendo ahora. Por cierto, mi nombre es Wanda Maximoff, tu eres _____ _____ (N/A) ¿Verdad? ¿Necesitas un doctor?

Abrí mis ojos de golpe y la observé, ella se sentó en la cama junto a mí y apoyó su mano contra mi frente, chequeando si tenía fiebre o no. Moví mi cabeza en otra dirección, no quería que nadie me tocara en estos momentos ni mucho menos una extraña, loca de circo como esta que recién se me apareció y dijo que podía leer mis pensamientos, me importaba un pepino que pudiese hacerlo. Ella quitó su mano de mi frente y se paró de la cama, yo mientras tanto, observaba los alrededores de la habitación, la aguja gigante que tenía en mi brazo y el suero por el cual más de seguro me estuvieron alimentando estos últimos días. ¿Cuántos días habían pasado? Este tampoco era un hospital común. ¿Qué clase de hospital es S.H.I.E.L.D? ¿Y qué onda con el águila? Traté de incorporarme en la cama lentamente para así poder levantarme e irme de este extraño lugar, había pasado por suficiente, lo único que me faltaba era que me hayan secuestrado los idiotas que no pudieron salvar a todos los civiles aquella noche en el teatro.

-Han pasado dos semanas y estás en las instalaciones de S.H.I.E.LD, realmente no sé por qué el águila y por último, deberías ser un poco más agradecida ya que hemos velado por ti estos últimos días en los que has estado inconsciente.- me dijo la loca. –por último, no estoy loca.

-¿¡Agradecida!?- me exalté, sabía que en algún momento debía explotar. -¿Agradecida de qué, hm? ¿De qué dejaran a mi novio morir a manos de ese psicópata armado? ¿De qué no lo hayan detenido antes? Porque si me dices que lo que viví fue una pesadilla y que realmente estoy en el jodido país de las maravillas y que la gente que vi morir frente a mis ojos en realidad no murió y todo fue una jodida broma y yo me desmayé luego de una prueba, te juro por dios que me arrodillaré y te pediré disculpas, enferma hija de...

-Lenguaje. –escuché a otra voz desconocida mientras abría la puerta y me dejaba ver quien era. Blanqueé mis ojos, la función de fenómenos estaba comenzando.- Veo que ya despertaste.

-No, Sherlock. Aún estoy inconsciente, todo esto es tu imaginación, yo soy un fantasma... buuuu. –le respondí con sarcasmo, hasta ahora, mi mayor y única defensa. - ¿Y por qué quieres que cuide mis palabras, eh? ¿Acaso cuidaste a mi novio? ¿Lo salvaste de morir? ¿Por qué no te encargas del enfermo mental de tu amigo? O mejor... ¿Por qué no me entregas un arma cargada para yo misma poder volarle los sesos? Demando ver a ese hijo de perra ahora para resolver el problema que ustedes no pudieron resolver y con ustedes aquí locos de circo no podré lograr mi objetivo. Fuera de mi camino. –Intenté levantarme pero Steve Rogers me detuvo, sujetando suavemente mis hombros, yo me eché para atrás. – Oye ¿Qué te crees, eh? No me toques. ¡Qué nadie me toque! ¿Ustedes piensan que soy tonta o algo así? Yo sé que me tienen aquí por una razón porque en primer lugar, no me dañaron en el teatro, fue sólo un shock traumático y segundo, por la primera razón yo debería encontrarme en un hospital común y corriente y no encontrarme en las instalaciones de los idiotas incompetentes que no pudieron llegar a tiempo para salvarnos. –respiraba agitadamente, mis ojos estaban saltones y estaba preparada para todo, no me importaba estar en cama, iba a encontrar la manera de defenderme.

La puerta se abrió y otro personaje entró.

-Mira, sabemos por lo que estás pasando, hace años yo... -Steve quería comenzar un discurso moral, más de seguro se trataba de todos los soldados caídos en la guerra, no me importaba, yo quería salir de ahí.

-La chica tiene agallas. –a este si lo pude reconocer, el famoso Tony Stark, Ironman o como le llamen. Quería respuestas pero sabía que ninguno me las iba a dar, también quería saber si mi familia tenía algún conocimiento de lo que estaba pasando, si sabían que estaba bien, sabía que ellos no tenían el dinero suficiente para poder tomar un vuelo a Estados Unidos y lo único que quería hacer ahora era comunicarme con ellos para que supiesen que estoy bien, dentro de los márgenes, obviamente. Miré la pulsera que con tanto cariño Joseph me hizo hace días atrás y sentí como mi nariz se ensanchaba lentamente y mis labios se apretaban, quería ponerme a llorar e iba a cooperar para que así la muerte de Joseph no hubiese sido en vano.

-Yo solo... solo quiero comunicarme con mi familia, eso es todo.- dije y lentamente lleve mi mano a mi cuello para acariciarlo suavemente, me encogí de hombros y cerré mis ojos para aguantar las lágrimas, luego procedí a hablar, con mi voz quebrada- quiero... quiero que sepan que estoy bien que yo... que volveré a casa cuando esto termine... yo... -moví mi cabeza en señal de negación y luego me cubrí la cara con ambas manos, no podía más.


De papel y estrellas fugaces (Bucky Barnes y tú) (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora