Era el sábado por la mañana de la semana siguiente y sabía que tenía que levantarme pronto y no era porque quisiera, debía hacerlo. Unos compañeros de universidad y yo habíamos quedado en juntarnos fuera de un comedor de beneficencia para hacer laborales de cocina las que eran prácticamente cocinar, servir la comida, lavar los platos y cubiertos, etcétera. También algunos realizarían labores de limpieza tanto como al lugar y los individuos que lo visitarían, otros ya se habían encargado de sus tareas las cuales era comprar los suplementos que pondríamos en la mesa y recoger ropa para donar. Planeábamos quedarnos hasta después de media noche y luego una furgoneta nos vendría a dejar a casa; por fortuna Berta vendría con nosotros y después se quedaría aquí hasta el domingo en la tarde. Se avecinaba un lindo día.
La alarma de mi celular sonó una vez más y perezosamente estiré a mi brazo a la mesita de luz y lo tomé, desactivando aquel terrible y chillido sonido por segunda vez, después lo dejé nuevamente donde estaba pero ahora lo había conectado al cable de su cargador y lo enchufé, si tengo suerte estará cargado al cien por ciento cuando esté pronta a irme. Me incorporé lentamente en la cama, jugueteando con mis piernas contra el colchón mientras decidía con cuál de ellas comenzaría mi día. Elegí la derecha y la bajé de la cama, hice lo mismo con la otra. Cuando me puse en mis pies, caminé por alrededor de mi cuarto hasta llegar al espejo y noté cuan cansada estaba, esta semana ha sido de locos, he tenido bastantes pruebas, tuve una cita con Joseph, salidas a terreno, me he mantenido bastantemente ocupada y cada vez que intentaba dormir, Berta me escribía un mensaje. Ya no quería más, luego de esta ayuda a personas vulnerables no haría algo el domingo ni tampoco el lunes. ¡Ya, _____! Basta de quejarte, será un lindo día. Prendí la televisión y me fui a un canal de música en donde ponen videos de canciones de hace un par de años atrás, no tenía las ganas de escuchar noticias trágicas que echarían a perder mi día. Para mi suerte, una canción que conocía bien comenzó a sonar y yo comencé a cantar.
-This is gospel for the vagabonds, ne'er-do-wells and insufferable bastards, confessing their apostasies, led away by imperfect impostors... Don't try to sleep through the end of the world and bury me alive because I won't give up without a fight. –canté suavemente para mi mientras subía el volumen de la televisión y me dirigía al baño desvistiéndome para tomar una ducha.
Entre el retrete, los dientes, la ducha y la depilación exprés me tardé una hora y media y el resto que tenía de tiempo libre, lo usé en vestirme casualmente, ponerme desodorante, perfume, maquillaje y comer unas tostadas y beber jugo, también ordené la bolsa que llevaría conmigo con las cosas necesarias y una vez lista, corrí fuera del departamento hacía la estación de tren, tenía que estar a tiempo pero por lo visto llegaría tarde en una diferencia de diez minutos o algo así.
Después de tomar el oloroso tren y bajarme en la estación que tenía que hacerlo, usé la tarjeta para pagar por el recorrido y cuando salí del subterráneo fui a la dirección donde se encontraba el comedor de beneficencia, era en un lugar que no precisamente estaba en un buen vecindario y bueno, el edificio de éste tampoco se veía como un lugar seguro, estaba un poco resquebrajado, viejo, impactos de balas y grafitis en las paredes y cuando ingresé, la situación era peor, estaba todo sucio y desarreglado.
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De papel y estrellas fugaces (Bucky Barnes y tú) (Pausada)
Fanfiction-Debo hacerlo... por ellos. -La muchacha murmuró, no despegando su vista de James. -Entonces estamos juntos en esto. -Él musitó, mirando intensamente los ojos de ella. "Daría mi vida por ti, incluso si eso nos hundiese a ambos." ---------------✿ Not...