La Prueba comienza después del almuerzo.Me siento en una de las mesas de la cafetería, y los administradores de La Prueba van llamando a diez nombres cada vez, un chico de dieciseis por cada sala.
Me siento al lado de Will, que es lo más cercano que tengo a un amigo.
La madre de Will trabaja con Jeanine Mathews, que se ha convertido en líder de Erudición.
Debe de ser increíble estar con ella, con semejante capacidad intelectual y sabiduría, pero por cómo actúa a veces la gente me da la sensación de que le tienen miedo.
Los administradores de La Prueba son casi todos voluntarios de Abnegación (como siempre), aunque hay un cordial en una de las salas y una osada en otra para examinar a los abnegados.
Las reglas prohíben supervisar a un miembro de tu misma Facción.Me resulta extraño que no haya ningún voluntario erudito, aunque supongo que nadie quiere perder el tiempo en hacer La Prueba a unos críos cuando podrían estar investigando cualquier otra cosa.
No podemos prepararnos de ninguna manera, así que extrañamente, no sé qué esperar.
Observo a los demás chicos, analizando sus expresiones. Me sorprendo al ver a Beatrice Prior mirar con intensidad, e incluso con anhelo, a los osados que juegan a las cartas riendo y gritando.
No sé como pueden estar todos tan tranquilos.
Los más relajados son, como siempre, los cordiales. Vestidos de naranja y amarillo, y sentados en el suelo de la cafetería, juegan a chocar las manos mientras que cantan una extraña melodía.
Cada pocos minutos alguien es eliminado y tiene que sentarse en el centro del círculo.No tiene comparación con el jaleo que están armando los de Verdad. Como siempre, deben estar discutiendo algo, porque no paran de gesticular exageradamente con las manos. Los veraces, si hay algo con lo que no están de acuerdo, simplemente lo dicen. Es agotador.
LLaman a William en el siguiente pelotón, al igual que a Caleb Prior, tres chicos osados y las cordiales que antes estaban jugando.
No me preocupo en darle ánimos, sé perfectamente que, como yo, sabe donde está su lugar.
Me acuerdo de cuando lo vi por primera vez, yo tenía cinco años. Por esa fecha, se celebraba una olimpiada matemática, en la que participan niños de entre seis a ocho años de edad.
Había faltado un erudito de uno de los equipos, Eric (ahora él es líder de Osadía ), y Will, abriéndose paso entre los adultos, corrió hacia la pizarra y le sustituyó, resolviendo el problema de álgebra tres veces más rápido que su contrincante.
Todos decían que se notaba que había heredado los dones de su madre.Beatrice Prior tiene los ojos cerrados cuando su hermano vuelve. Puedo notar cómo se pone aún más nerviosa al ver el rostro pálido de Caleb.
William también regresa, y tras limpiarse las manos de sudor en sus pantalones azules, me da una palmadita como deseándome suerte y se retira.
Me llaman en la tercera ronda, junto con Prior, Susan Black, Michael Collins, Uriah (con ese nombre nadie se molesta en recordar su apellido), otros tres compañeros de clase, y dos veraces que si no me equivoco se llaman Al y Christina.
Me levanto ansiosa por hacer la prueba, por saber de qué se trata y cómo te clasifica. Beatrice y Susan, al contrario, se quedan un poco rezagadas.
He estado en todas las habitaciones del colegio, menos en las diez que hay en frente de nosotros, destinadas solo y exclusivamente para realizar La Prueba.
Entro en la número cuatro, justo antes que Black, y me quedo mirando los espejos que cubren todas las paredes. Me hace gracia pensar en la reacción que estarán teniendo los abnegados con ellos.
Los miembros de Abnegación no pueden mirarse en un espejo más de cinco segundos, una vez al mes. Rechazan la vanidad, una de las normas de su facción.
En el centro de la habitación hay una silla como la de un dentista. Me siento sin pedir permiso, porque supongo que debo hacerlo para empezar La Prueba.
El veraz que va a examinarme alza una ceja, pero se encoje de hombros.
Me pone un electrodo en la cabeza. Preguntaría para qué sirve, si no lo supiera.
Presiona otro electrodo al lado de su propia frente, y adjunta un cable al mismo. Une ambos cables a la máquina que está detrás de la silla, y me tiende un pequeño recipiente como los que usamos en el laboratorio con una sustancia azul clara.
Por supuesto, está hecho por Erudición. Mi facción fabrica todos los sueros, incluídos los que utilizan las demás facciones.- ¿ Qué es ? ¿ Cómo funciona, qué va a pasar ? ¿ Qué elementos lo componen ? - pregunto de un tirón, y el hombre rueda los ojos mirando al techo. Suelto una risilla y me disculpo. Estoy acostumbrada a preguntar las cosas que desconozco, que a mi edad, son ya pocas.
Bebo el líquido de un trago, y me revuelvo en el asiento nerviosa.
- Tranquila, no tienes de qué preocuparte- asegura el veraz, hablando por primera vez- por lo que he visto, tu resultado será Erudición.
Sonrío satisfecha y cierro los ojos, aliviada. Los miembros de Verdad nunca mienten.
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ERUDITE
FanfictionSiempre has leído sobre la iniciación de Osadía. Pero, ¿ qué pasa con la de las otras facciones ? Ellos no son los únicos que lo tienen difícil para sobrevivir. Ella no tiene un pasado oscuro, como Cuatro. Ella no es divergente, como Tris. E...