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Cuando terminamos de cenar, Milicent nos reúne a todos a las puertas del comedor.

Una vez que estamos al completo (las dos cordiales son las últimas en llegar), salimos del complejo.

Es de noche y el cielo está casi negro, pero por las nubes no se pueden ver las estrellas.

Hace un poco de frío, así que me froto los brazos en un inútil intento de recuperar calor.

Una mano me tiende una chaqueta azul, y yo me giro para mirar a Caleb.

- Ya no eres un abnegado, Prior. Ponte eso, si no pasarás frío tú también - le sonrío para no sonar tan borde, y seguimos a Milicent en dirección a las casas azules.

Quince metros antes de llegar, la erudita gira a la derecha internándose en el linde del bosque.

Los nacidos en Erudición nos miramos entre nosotros. Suponíamos que dormiríamos en el Aglomerado. ¿ A dónde vamos ?

Seis minutos después, tengo la respuesta.

En el centro del pequeño claro hay un edificio de color azul marino de una sola planta.

Milicent abre la puerta y enciende la luz, y nos hace un gesto para que entremos todos.

- Aquí es dónde dormiréis. Chicos y chicas, iniciados y trasladados. Todos juntos- recalca, y se escuchan algunos soplidos de fastidio- Bien, antes de irme, os recuerdo algunas normas básicas. Tenéis que estar en el laboratorio 3 a las nueve de la mañana cada día. El entrenamiento es desde esa hora hasta las seis, con un descanso para almorzar. Podéis hacer lo que queráis después de esa hora.

- ¿ Incluido salir de la sede ?- pregunta uno de los antiguos osados. Se le nota porque tiene un pequeño tatuaje que sobresale por la manga de la camisa.

- No, está prohibido salir de la sede sin un erudito- contesta, y él y su compañero ruedan los ojos tras mirarse entre ellos. Tengo la sensación de que no van a hacer mucho caso a esa advertencia, estoy segura de que se meterán en problemas- Será mejor que escojáis una cama y durmáis un poco. Mañana empieza vuestra Iniciación.

Mientras que ella se marcha, anticipándome a los demás, me adjudico la litera que está cerca de la puerta, básicamente por dos razones; La primera, porque somos doce iniciados y necesitaré aire fresco, y la segunda, porque si alguien tiene que llegar la primera al laboratorio esa seré yo.

Me tiro en la cama de abajo, para poder salir aún más rápido.

Es entonces cuando me llega un olor raro. Me doy cuenta de que soy yo misma.

Tengo que ponerme un pijama.

- Eh, ¿ alguien ha visto ropa de recambio ? - pregunto en voz alta, llamando la atención de los demás.

Algunos echan un vistazo por su lugar, pero es la cordial la que me da la respuesta.

- He visto pijamas y mudas en la repisa del fondo, justo antes del baño- informa, y yo camino hacia allí como si estuviera por mi casa.

- Gracias, simpática - sonrío burlonamente, y por un momento, me permito sentirme superior a todos los trasladados. Yo estoy más cerca de convertirme en una erudita de lo que están ellos.

Agarro una camiseta y un pantalón corto azul claro para utilizarlo como pijama, y me quedo con la ropa que más me gusta para mañana.

La guardo debajo de mi almohada, para evitar que alguien me la quite, y observo a Caleb hacer lo mismo que yo.

Sin sentir la menor vergüenza, me desabrocho los botones y me quito la camisa. Suspiro sintiéndome más libre y cómoda y me inclino para quitarme los pantalones.

- Bonito cuerpo, empollona - silba uno de los chico de Verdad, el que tiene el cabello de color cobrizo. Su amigo ríe y revisa mi cuerpo de arriba a abajo.

Ruedo los ojos y me pongo la camiseta. Cuando cojo los pantalones, noto una mirada fija en mi, así que miro hacia arriba confundida y pillo a Caleb vigilándome.

- ¿ Te gusta, estirado ? - bromeo alzando una ceja, y él aparta la mirada como un resorte.

Entonces recuerdo que en Abnegación el contacto físico ( y la desnudez ) es algo totalmente prohibido, ya que es considerado como algo muy poderoso y auto-indulgente.

Probablemente sea la primera chica a la que ve en ropa interior en su vida.

- L-lo siento, yo - balbucea sonrojado, y yo suelto una risa tirándome en mi cama y cerrando los ojos.

- No te disculpes, Caleb. Ya no estás en Abnegación, mientras a mi no me moleste, puedes mirar todo lo que quieras. Bienvenido a Erudición.

ERUDITEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora