ERUDITE

24

Nos vuelven a dar dos días enteros libres después de la segunda etapa, al igual que en la primera.

Esta vez, en vez de aprovechar el tiempo para dormir como la última vez, decidimos salir de la sede y pasar tiempo juntos, conocernos un poco más.

Rachel, Chris e Ithan son los únicos iniciados que no vienen con nosotros.
Esos tres parecen máquinas.
Su vida se resume en una sola cosa ; ser mejor que los demás.
Sinceramente, dudo que sepan divertirse un poco.

Es una pena que las demás facciones crean que todos los eruditos somos como ellos : obsesos por tener el control, vanidosos y egocéntricos. No todos somos así.

- ¿ Listos ? - pregunta Nathan cerrando la puerta de la sala común.

Pronto avanzamos entre los árboles, en grupitos de dos o tres, siguiendo a los dos antiguos osados.

En cuestión de quince minutos, llegamos al "lago".

Luke y Nathan lo encontraron en una de sus inspecciones nocturnas (necesitaban sacar sus impulsos osados por algún lado), y en vez de guardar aquel lugar para ellos solos, decidieron compartirlo.

Enseguida, nada más llegar, el grupo se divide en dos ; Unos se sientan en el césped en círculo para charlar, y el resto se dirige hacia el agua.

Yo soy de éstos últimos.

Lo llamos "lago", pero en realidad, es una pequeña charca de agua de unos quince metros cuadrados.

Meto los pies, el agua me llega hasta las rodillas. Es todo lo que tiene de profundidad.

Es poca cosa, pero la verdad, es un milagro que el "lago" exista.
Con la guerra, todo se quemó, se destruyó, hasta el punto de que todo Chicago quedó de un color gris como las ropas de Abnegación.

Da gusto ver que la vida ha vuelto a crecer en algunas zonas, como aquí.

El bosque no tiene muchos árboles, pero es lo suficientemente verde cómo para admirarlo.

Otros iniciados se meten también en el agua.

Me doy la vuelta cuando escucho a alguien correr hacia mi.

Grito, pero es demasiado tarde.

- ¡ Allá vamos ! - grita Luke, haciéndome un bonito placaje de aquel antiguo deporte que llamaban rugby.

Cierro los ojos cuando mi cabeza se mete debajo del agua, y salgo a la superficie chillando congelada.

- ¡ Pagarás por eso maldito ! - amenazo furiosa, y sin dudar agarro la cabeza de Luke y la meto bruscamente debajo del agua.

Cuanto veinte segundos, y le dejo salir.

- Por un momento pensé que le dejarías ahí para siempre - bromea Nathan, sentándose voluntariamente en el agua y sacando solo la cabeza.

- No te negaré que me lo he planteado- sonrío satisfecha al ver a Luke toser y mirarme con los ojos entrecerrados.

Los demás iniciados estallan en carcajadas ante la escena.