ERUDITE

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- ¿ Qué te pasa ?

Tomo la mano de mi padre y muevo mi dedo en un pequeño círculo sobre sus
nudillos.

Es lo que hago cada vez que creo que está nervioso, como ahora.

- Estaba pensando en unas acusaciones contra Marcus Eaton.

La ciudad está gobernada por un Consejo de medio centenar de personas, compuesto en su totalidad por representantes de Abnegación.
Su Facción es considerada como incorruptible debido a su compromiso con el altruismo.
Sus líderes son seleccionados por su fortaleza moral.

Los representantes de cada una de las demás Facciones pueden opinar en las
reuniones, pero en última instancia, la decisión es la del Consejo.

Y mientras que el consejo técnicamente toma las
decisiones en conjunto, Marcus es el más influyente.

A veces pienso que nuestro sistema es un poco ridículo, pero supongo que persiste porque tenemos miedo de lo que podría pasar si no
lo hiciera: la Guerra.

― ¿ el informe público de Jeanine Matthews? ― pregunto tras tomar una cucharada de sopa.

Jeanine Matthews es la única representante de Erudición, seleccionada en
base a su puntuación de IQ.

Él asiente con la cabeza, y yo vuelvo a comentar. Agradezco que pueda hablar con mi padre de forma abierta, inmiscuirme en la conversación, al contrario que todos los abnegados.

- Decía que la violencia y la crueldad de Marcus hacia su
hijo es la razón por la que él eligió Osadía en lugar de su Facción de origen- recuerdo, dejando de comer. Alzo la cabeza y lo miro a los ojos perspicaz - ¿ Crees que es cierto ?

- No lo sé- suspira, relajando los hombros - Erudición ha estado publicando este tipo de ataques desde hace un tiempo. No sé si creer que es cierto, o pensar que lo hacen para intentar manchar la imagen del gobierno de Abnegación para en un futuro sustituir su lugar. Cualquier cosa puede pasar, hija - concluye, y me da un beso en la mejilla agarrando mi plato vacío-Anda, ve a descansar. Yo limpio, mañana es el gran día.

Asiento con una sonrisa y comienzo a subir las escaleras, cuando veo que me vigila con ojos asustados.

Entonces lo sé ; tiene miedo de que me vaya, tiene miedo de quedarse solo.

- ¿ Papá ? - vuelvo sobre mis pasos, y asomo la cabeza por la pared. Él alza la mirada confundido - No voy a dejarte.

Sin esperar a su respuesta, muestro mi mejor sonrisa y subo a mi habitación, saltando los escalones de dos en dos.